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Nada más que libros – La Metamorfosis

25 enero, 2019 - Literatura
Nada más que libros – La Metamorfosis

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“Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto. Estaba echado de espaldas sobre un duro caparazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo y oscuro, surcado por curvadas callosidades, sobre el que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a punto de escurrirse hasta el suelo. Numerosas patas, penosamente delgadas en comparación con el grosor normal de sus piernas, se agitaban sin concierto… ¿Qué me ha ocurrido?”

 

La Metamorfosis, de Franz Kafka

 

 

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Hoy vamos a comentar una novela, enmarcada dentro de lo que se llamó el expresionismo, cuyo ámbito generacional fue la Europa Central y que surgió en el decenio de la primera guerra mundial. El expresionismo se puede considerar como la aportación alemana al proceso de una renovación intelectual de una Europa definitivamente abocada a la desintegración de los valores del antiguo orden burgés. Se trata de “La metamorfosis”, de Franz Kafka.

Su autor, el checoslovaco Franz Kafka, y por cierto, recordemos que en la época este país formaba parta del Imperio Alemán, nació en Praga el 3 de Julio de 1.883 y falleció en Viena el 3 de Junio de 1.924, a la temprana edad de 40 años. Estudió derecho y alternó la literatura con su trabajo en una compañía de seguros hasta dos años antes de su muerte.
Kafka publicó poco, a pesar de la insistencia por hacerlo de su amigo Max Brod, y además, destruyó buena parte de sus escritos. Es a ese amigo a quien, a sabiendas de que en su testamento el autor dispuso que se destruyeran todos sus manuscritos inéditos, debemos la publicación de sus grandes novelas: “El proceso”, “El Castillo” y “América”, entre otras.

La novela nos cuenta que, tras una noche llena de inquietos sueños, el viajante de comercio Gregorio Samsa, se despierta una mañana para verse transformado en un monstruoso insecto. Cree seguir soñando, pero la visión de su cuarto y de una serie de objetos familiares empieza a convencerlo de lo contrario. Intenta, no obstante, dormir un poco más y olvidar esa locura, pero ahora es su propio cuerpo el que lo convence: dada su nueva configuración física le resulta imposible echarse de lado, posición en la que suele dormir. Y entonces comienza su aterradora pesadilla, narrada por el autor con su objetividad y detallismo habituales, esa minuciosidad descriptiva de una forma elevada por Kafka, a la categoría de método creativo, de ir dislocando la realidad a base de registrar pequeños signos, indicaciones y síntomas de desplazamientos generadores, a su vez, de angustia y desorientación.

 

 

Gregorio Samsa, ante la insistencia de su familia, comparece ante ellos y tras la sorpresa inicial de su padre por la aparición del escarabajo en su dormitorio, reacciona violentamente y, silbando y pataleando en forma grotesca, lo obliga a volver a su cuarto sin ninguna consideración.
Cuando Gregorio, de nuevo, se aventura fuera de su habitación, es literalmente bombardeado por el Sr. Samsa que, de aspecto terrible a los ojos del insecto (por ejemplo; levantaba los pies hasta una altura inusual y se asombró de lo gigantescas que eran las suelas de sus zapatos), va arrojando manzanas sobre el infeliz y lo hiere con una de ellas en la espalda. La hermana de Gregorio, compasiva con el escarabajo al principio, acaba por desear también su desaparición, y hasta la madre se resigna a esa idea.
La muerte del protagonista supone una liberación para los tres, y los padres constatan en el curso de un paseo en tranvía, con el que cierra el relato, que su hija se había convertido entre tanto en una muchacha hermosa y muy desarrollada, imagen de la vitalidad que sustituye a la de la ruinosa desolación del hijo muerto.

La metamorfosis fue publicada en 1.916 y constituyó, junto con casi todo lo escrito por el autor, uno de los motivos esenciales y recurrentes en la producción del genial escritor checo: su rechazo visceral a la institución familiar y, sobre todo, a la figura del “pater familiae”, y el conflicto padre – hijo, tan recreado en la literatura expresionista de su generación. Pero en la imagen paterna se ha visto también un símbolo del poder absoluto en cuanto tal, del autoritarismo y la arbitrariedad sin límites basados en una relación jerárquica de dependencia que conlleva a la degradación del ser humano.
En La Metamorfosis, el horrible cuerpo de Gregorio lo expone implacablemente al desprecio y al olvido gradual de su familia, cuyo sostén material había sido él hasta entonces. La humillación, otro de los motivos fundamentales de la obra kafkiana, opera en este caso un proceso irreversible: la familia condena al insecto a ser lo que es en forma definitiva, olvidándose incluso de hacer desaparecer sus restos, tarea de la que los exime la criada, algo que ha sugerido a más de un estudioso el sometimiento extremo del ser humano bajo los regímenes totalitarios.
La tremenda autenticidad del universo kafkiano, adjetivo cuya popularización como sinónimo de lo absurdo/siniestro es ya harto elocuente, hicieron de este autor uno de los más importantes de la literatura europea y mundial del pasado siglo.

 

 

Ambientación musical: Gustav Mahler, Adagietto 5ª Sinfonía.

 

 

 

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