Menu

Zaragoza te habla – Elegancia automovilística

9 marzo, 2023 - Zaragoza te habla
Zaragoza te habla – Elegancia automovilística

Sharing is caring!

Zaragoza te habla/temporada 2022-23/Programa 6/09-03-2023
“Elegancia automovilística”

CARTEL ZTH - eleganvcia-cuadro

En este sexto programa de la temporada, tercero del presente año 23 os propongo volver la vista medio siglo atrás para recordar un bizarro, y algo casposo, episodio de la Zaragoza de principios de los años 70: la celebración del “Concurso Nacional de la Elegancia Automovilística” organizado en el incomparable marco de las Fiestas de Primavera que tenían lugar en el mes de mayo de aquellos singulares años tardo-desarrollistas.

El origen de este singular concurso arrancó de una singular campaña de promoción turística de la ciudad que tenía como eslogan “¿Y no ha visto Zaragoza?” que la Escuela de Turismo convirtió en un homenaje al automóvil de turismo “como elemento importante en la evolución del turismo de masas en nuestra Patria”, como se decía en el lenguaje de esa época. Así y contando con el patrocinio público de la Comisión de Festejos del Ayuntamiento, que incluyó el evento en el programa de las Fiestas de Primavera de 1970, el patrocinio privado del centro comercial “Gay”, de varios hoteles de la ciudad y otras empresas comerciales, y la colaboración de los más importantes concesionarios automovilísticos de la ciudad, este evento se escenificó en al parque de Primo de Rivera, precisamente en el llamado “paseo de coches” frente a la Rosaleda.

¿Y en qué consistía este “Concurso Nacional de la Elegancia Automovilística”, pues en un desfile o parada de coches particulares que en número de unos 50 eran valorados por un jurado formado por “relevantes personalidades de la vida deportiva, turística, de la enseñanza y de los medios informativos de la ciudad” entre los que estaban representantes de la Delegación provincial de Información y Turismo, la Universidad laboral, la reina de las fiestas del Pilar, la Escuela de Turismo, la Comisión de festejos del Ayuntamiento y la Agrupación sindical de Radio y Televisión. Los vehículos participantes se agrupaban en tres categorías: coches de lujo y deportivos, coches “normales” de todas las categorías y marcas, y coches de época, y en todos los casos el conductor y sus acompañantes debían ir vestidos acorde con esas categorías, pues varios premios tenían que ver precisamente con la conjunción entre vehículo y ocupantes. Había galardones a la “elegancia masculina” y a la “elegancia femenina” para hacer honor al nombre del concurso, además de premios al “conjunto de coche y ocupantes”, al “coche de época mejor presentado”, al “coche más pop”, al “coche más familiar”, al “coche de humor”, e incluso un “premio infantil”… Y mientras desfilaban los participantes, el jurado era agasajado con degustaciones gratuitas de cervezas y refrescos azucarados aportados por empresas del sector a cambio de publicidad gratuita, mientras el numeroso público asistente se quedaba mirándolos con cierta insana envidia.

Terminado este concurso y en el mismo escenario desfilaban inmediatamente varias decenas de coches de diversos modelos presentados por los concesionarios de automóviles colaboradores, que luego continuaban circulando en caravana bajando desde el parque y hasta la plaza del Pilar recorriendo algunas de las principales calles de la ciudad, precedidos por un retén de la Policía municipal.

Todos los premios de este concurso se entregaban ceremoniosamente el día siguiente en el edificio del Ayuntamiento con presencia del alcalde Cesáreo Alierta Perela el primer año y Mariano Horno Liria los dos siguientes. Y al terminar la entrega de galardones el Ayuntamiento como no podía ser de otra forma, obsequiaba a los asistentes con un “espléndido vino de honor”.

La escenificación de este concurso fue valorada unánimemente como un “éxito de crítica y público”, si bien este se celebró sólo en tres ocasiones (años 1970, 1971 y 1972), ya que el de la edición de 1973 fue suspendido por el fallecimiento de Fernando Casamayor, principal impulsor de la celebración de este evento… y ya no volvió a celebrarse nunca más.
Es evidente que aunque este concurso tenía en su título la consideración de que se trataba de una convocatoria supuestamente de ámbito “Nacional”, en realidad esta era una ficción de la que tanto los organizadores como los participantes eran más que conscientes, un eslogan publicitario ideado para “vender ciudad” en unos años en los que el turismo era una verdadera obsesión para las autoridades de esa época… más o menos como continúa sucediendo en la actualidad. Curiosamente, el autor del eslogan “¿Y no ha visto Zaragoza?”, que dio origen a este concurso, se lamentó públicamente de la poca vida que las autoridades municipales le dieron al eslogan, y eso que había sido premiado en un concurso convocado por… efectivamente, el Ayuntamiento de Zaragoza…

Vale.

José María Ballestín Miguel

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.