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Tere Irastortza – El laberinto de la huida

31 enero, 2020 - Poesía
Tere Irastortza – El laberinto de la huida

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Nacida en Zaldibia (Guipúzcoa), en 1961, presidió la Asociación de Escritores Vascos entre 2002 y 2006. Su primer poemario, Gabeziak (Ausencias) data de 1980. A partir de ahí van a ir apareciendo sus libros con cierta regularidad. En 1995 publicó una selección de los poemas escritos hasta esa fecha: Gabeziaren khantoreak (Cantares de la Ausencia). Una nueva etapa poética comienza con la publicación en 2001 de Izan gabe direnak. Haurdunaldi beteko khantoreak (Sin nombre, son. Cantares de un embarazo), dominado por la búsqueda de la concreción vivencial y su acomodación al ciclo de la Naturaleza: “Era la memoria atributo de los Dioses/y el olvido, nuestra defensa”. En 2003 publicó Glosak. Esana zetorrenaz (Glosas. Sobre lo que estaba dicho), Premio de la Crítica de España y finalista del Premio Nacional de Poesía, también de España.

 

Tere Irastortza – El laberinto de la huida

 


 

 

 

CRÉDITOS: (poema – voz – música)

Presentación – Manuel Alcaine – Kepa Junkera (Bok-Espok)
1 – Néstor Barreto – Benito Lertxundi (kaixo ardizain)
2 – Lola Orti – Benito Lertxundi (kaixo ardizain)
3 – María José Sampietro – Benito Lertxundi (Gure bide galduak)
4 – Néstor Barreto – Benito Lertxundi (Gure bide galduak)
5 – Lola Orti – Benito Lertxundi (Itsasoari begira)
6 – María José Sampietro – Benito Lertxundi (Itsasoari begira)

 

 

 

 

 

 

Selección poemas:

1
EN LOS PARALELOS de la tibieza
y en todas las latitudes que estrechan el mundo
ni una sola isla para la inocencia.

Por eso, espérame
sobre la trampa de la memoria:
ahí donde no molesten los encadenados a sueños
vanos y
a los más crueles olvidos.
Espérame en el único oasis que conozco
y cuando lleves un tiempo esperando
con los peldaños que hay en la escala entre cielo y tierra
cuenta las palabras dichas en vano: el único oasis que he conocido.

 

2
LAS ESTRELLAS se tambalean
y por las cloacas
tira el amanecer
cloc-cloc
los sueños al estornudar
como deseos a la luz de los faroles
Las estrellas se tambalean
y al amanecer
los borrachos las guardan
el pacharán bajo el brazo
en antros nocturnos.

 

3
MIRA por la cerradura de la noche y
verás un gato negro lamiendo el mar
un gato negro que lame el mar
y la mano enguantada del cosmos
que mata la luz
matando la luz y
la luna violácea vomitando carbón
y cruzando el semáforo
la muerte.

 

4
CUANDO HAWKING se dedicó a tratar de cambiar
la historia del tiempo
los inviernos fueron crueles
con sus eneros;
las gaviotas, para huir del frío
llegaron hasta el interior
subiendo el curso de los helados ríos.

La gente se quedaba mirando al cielo
como no lo hacía desde hacía años,
porque al final podría aparecer cubierto por un manto de nieve.
Hawking se dedicaba a
insertar su historia en el tiempo

y al final, incluso los físicos
lo aseguraron:
cada vez que nos quedamos mirando al cielo
tenemos el pasado más cerca.

 

5
PENSAR que un libro pueda ser algo acabado
significa creer que la vida tiene un fin,
y mientras, si las páginas están llenas,
puede ser, acaso, porque las palabras
no saben garantizar su significar, en lugar alguno;
en todo caso, porque nacimos silenciados
y sólo dormimos más allá de la frontera.
Pensar que un libro pueda ser algo acabado,
creer que la vida tiene un fin,
es anteponer la vida a la palabra;
sin embargo para escribir, sólo queda el margen
del precipicio en el que otros abandonaron la pluma,
y , mientras, todos los caminos son caminos de fuga;
las palabras que nos persiguen, todas,
son las del fugitivo
y las páginas de los libros resultan incomprensibles
en el laberinto de la huida.

 

6
LA ESTACIÓN de la burla y el olvido
dilata el aire
en la ciudad desolada.
Sólo el dolor te retiene en ella,
y es que el tiempo no conoce fisuras.
Otoño tras otoño, se han detenido los días
sobre cables de alta tensión,
sin que, por ello, regresaran las ocasiones fallidas.
Mientras continúan alejándose las hileras
de quienes aguardan la víspera del último día
en la ciudad, en la hora punta del olvido.
En esa ciudad, el tiempo no acaba de saciarse,
y a este lado ,
la vida no acaba de componerse.

 

 

Un pensamiento sobre “Tere Irastortza – El laberinto de la huida

Neus Aguado

Es impresionante y de una belleza que salva o pierde, sin término medio.

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