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Nada más que música – Stan Getz y The Oscar Peterson Trío

26 mayo, 2022 - Música
Nada más que música – Stan Getz y The Oscar Peterson Trío

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Hoy vamos a repasar un gran disco, el que grabaron en estudio Stan Getz y The Oscar Peterson Trío en 1.958. En el trío de Peterson militaban el guitarrista Herb Ellis y el bajista Ray Brown.
El año anterior, en 1957, el productor Norman Granz estaba tratando de emparejar al legendario trió sin batería de Oscar Peterson con grandes figuras del jazz. El elegido fue Stan Getz porque pensó, con acierto, que de esta conjunción saldría algo bueno. Y ya lo creo que salió.
La base rítmica que proporcionan la guitarra y el bajo, permite que el piano de Peterson desarrolle toda su técnica y que el saxo de Stan suene tan cálido como acostumbra.


CARTEL NMQM-Stan Getz-cuadro

 

El disco empieza con una vibrante versión de I want to be happy, “Quiero ser feliz”, una partitura que Vincent Youmansy escribió para el musical de 1925 No, No, Nanette.

Stanley Getz nació el 2 de febrero de 1927 en Filadelfia y ha sido catalogado por el crítico musical Scott Yanow como “uno de los grandes saxofonistas tenores de todos los tiempos”.
Sus orígenes eran de lo más diverso. Su madre había nacido en Filadelfia, su padre en Londres, sus abuelos paternos eran originarios de Ucrania y habían tenido que salir huyendo para no caer en los pogromos anti-judios que se estaban produciendo en el imperio ruso.
Durante la Gran Depresión la familia Getz se mudó a Nueva York y fue allí donde el jovencito Stand empezó a interesarse por los instrumentos musicales y tocó varios de ellos hasta que su padre le compró su primer saxofón a la edad de 13 años. Y con él, empezó a practicar nueve horas al día.
Esta dedicación le permitió ser aceptado en la All City High School Orchestra de Nueva York.
Con 16 años se unió a la orquesta de Jack Teagarden y empezó su carrera profesional. También tocó con Nat King Cole, Lionel Hampton, Jimmy Dorsey y Benny Goodman.
Después de tocar con los mejores, decidió dar el paso y formar su propio grupo, pero, al mismo tiempo, empezó también su relación con la heroína.

Getz se había casado cuando era prácticamente un adolescente y estaba bastante metido en las drogas. De hecho, fue detenido en 1954 por intentar robar una farmacia para conseguir morfina.
Este primer matrimonio se deshizo y sus tres hijos fueron recogidos, con el tiempo, por la segunda esposa de Stan con la que tuvo dos hijos más.
La nueva pareja se había trasladado a Copenhague, sobre todo para escapar del mundo de las drogas, tan asequible en aquellos días en Estados Unidos.
A pesar de todo, Stan volvió a las drogas y su esposa le abandonó y se volvió a Suecia donde vivían sus padres. Para que volviera con él, Stan le envió una copia de lo que sería su siguiente trabajo Jazz Samba y le prometió que a partir de ese momento se mantendría sobrio.
Su esposa volvió con él pero solo sería el inicio de un largo recorrido de encuentros y desencuentros que solo terminó cuando, en 1987 le diagnosticaron un cáncer terminal que acabó con su vida el 6 de junio de 1991.
I’m glad there is you es una canción escrita por Yimmy Dorsey, que se publicó por primera vez en 1941 y que se ha convertido en un estándar del jazz.

Por su parte, Oscar Peterson, la otra columna que sostiene esta estupenda obra, nació el 15 de agosto de 1925, en Montreal, y fue un virtuoso del piano, el “Maharaja del teclado”, como le llamaba Duke Ellington.
Peterson, que se crió en un barrio predominantemente negro, se encontró pronto con la cultura del jazz.
Sus primeras clases de piano las empezó a recibir a los siete años impartidas por su padre, músico aficionado, y su hermana.
A los nueve años Peterson ya tocaba perfectamente y a los catorce ganó el concurso nacional de música organizado por la Canadian Broadcastin Corporation. Y, a partir de aquí, se convirtió en pianista profesional.
Tenía por entonces un programa de radio semanal, tocaba en hoteles y salas de músico, orquestas, trios y es que, aunque su formación había sido clásica, sus tendencias gravitaron pronto hacia el boogie-woogie y el swing. Oscar Peterson había conseguido una reputación como un pianista técnicamente brillante y melódicamente creativo.
Norman Granz, al que ya conocemos por su relación con nuestros dos invitados, se hizo cargo de su representación. Su primer contrato, presentación de Peterson en la ciudad de Nueva York en un concierto de Jazz en la Filarmónica en el Carnegie Hall.
A partir de aquí, toco siempre con los mejores pero cabría destacar su colaboración con Stan Getz con el guitarrista Joe Pass. Fue en esta época, 1974, cuando ganó el Premio Grammy a la Mejor Interpretación de Jazz por un grupo. El álbum se llama The Trío.
Vamos a escuchar ahora una mezcla de baladas, incluidas en este disco, en las que los cuatro músicos dejan de manifiesto su cualidades interpretativas.
Ballad Medley

Nuestro amigo no fue un derroche de salud que digamos. Peterson padecía de artritis desde su juventud, una enfermedad que para un pianista resulta letal. Siempre fue obeso, lo cual empeoraba la situación. Fumaba mucho y cada vez que intentaba abandonar al habito engordaba un poco más. Tuvo que ser operado de la cadera y ésto todavía empeoró su movilidad. Para terminar de arreglarlo, en 1993 sufrió un derrame cerebral que debilitó su lado izquierdo y le retiró de escena durante unos años.
Aunque recuperó cierta habilidad en su mano izquierda, su destreza en la forma de tocar el piano se vio sensiblemente mermada. Su estilo pasó a basarse principalmente en su mano derecha.
Volvió a escena en 1995 y aún recibió el Grammy Lifetime, por sus contribuciones creativas en el campo de la grabación.
En 2007 su salud se vino abajo. Canceló sus planes de actuar en el Festival de Jazz de Toronto y en un concierto de estrellas del Carnegie Hall que se iba a dar en su honor. Peterson murió el 23 de diciembre de 2007 de insuficiencia renal en su casa en Mississauga, Ontario.
Vamos a escuchar ahora Tour’s end, una canción compuesta por el propio Stan Getz.

Es evidente que durante la grabación de este trabajo, los cuatro músicos se encontraban en estado de gracia. No hay un solo compás que desmerezca.
Saxofón, piano, guitarra y bajo. No hace falta nada más.
Bueno amigos, nos vamos a despedir de estos cuatro genios y del programa de hoy con otro número de su álbum: Three little words, en este caso compuesta por Oscar Peterson.
Nos vemos y nos oímos dentro de quince días, hasta entonces… ¡¡¡Buenas Vibraciones!!!.

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