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Nada más que música – Mayte Martín y Tete Montoliu (Boleros)

27 enero, 2022 - Música
Nada más que música – Mayte Martín y Tete Montoliu (Boleros)

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“Un bolero es una melodía nocturna y próxima, olorosa y frutal, que sirve para llorar, para adorar, para abrazar como la hiedra, para apagar un loco amor que más amor es un sufrir, para olvidarse del tiempo, del mundo y de todo; para ver la luz del otro lado de la luna, para borrar antiguos besos en los besos de otras bocas, para pedirle a un reloj que nunca amanezca. Un bolero es la última oportunidad para cortarse las venas con el filo de una metáfora antes de hacerlo con el cuchillo del pan.
Mayte Martín y Tete Montolíu, dos seres hechos de música que nacieron para el bolero el día en que se conocieron.”

De esta preciosa manera presentaba Jordi Saladrigas el disco FreeBoleros que los dos artistas grabaron en directo los días 1, 2, y 3 de julio en el auditorio del Convento de San Agustín dentro de la programación del Festival de Verano de Barcelona Grec 96.


CARTEL NMQM-Mayte Martín y Tete-cuadro

Hoy vamos a repasar el disco. La conjunción de dos extraordinarios talentos artísticos que beben de fuentes tan distintas y a la vez tan próximas como el flamenco y el jazz nos ha dejado una obra perfecta.
Vamos a escuchar el primero de los temas del disco,

Contigo en la distancia.

Cuando se grabó este disco, Tete Montolíu era uno de los maestros indiscutibles del jazz europeo y llevaba sin tocar con una cantante desde los años cincuenta, en los que Tete interpretaba unos boleros que algunos puristas tenían como un pecado de juventud. Lo cierto es que esta extraña pareja estaba muy contenta con el proyecto.
Mayte Martín, en una entrevista contaba: “Un día estaba en el escenario en uno de esos clubs de jazz de Barcelona cuando veo entrar a Tete, se sienta en primera fila y se pide un whisky. Un rato después se levanta y le dice al pianista “sal de aquí”. Hubo un momento de pánico hasta que comenzó a tocar el mismo bolero. Los siguientes conciertos que hicimos fue intentar reproducir ese momento. Nunca ensayamos. Por cierto, nunca quiso escucharme cantar flamenco”.

Nostalgia

Tete Montolíu nació en Barcelona en 1933. Fue ciego de nacimiento y empezó a tocar el piano muy pronto, influido por su familia, unos buenos aficionados. Su inclinación por la música de jazz se debe a la influencia que tuvo en él otro pianista ciego, Art Tatum.
Profesionalmente comenzó a trabajar en 1954 como pianista en la orquesta del bolerista venezolano Lorenzo González. En uno de los clubs en los que trabajaba, el Hot Club de Barcelona conoció a lIonel Hampton que le invitó a participar en una grabación suya en 1956.
En 1958 toca por primera vez fuera de España, en Cannes. Desde este momento se abren las puertas de Europa: Berlín, Copenhague, París, Londres… y Estados Unidos.
Sus colaboraciones son interminables: Chick Corea, Paquito D’Rivera, Stan Getz, Stéphane Grappelli.
Tete Montolíu falleció en Barcelona en 1997 cuanto tenía 64 años victima de un cáncer de pulmón.

Adoro

La catalana Mayte Martín es, básicamente, una cantaora y, esporádicamente, bolerista. Hija de malagueños, se empapó de flamenco gracias a los disco que su padre había metido en la maleta. Juanito Valderrama fue su epifanía: “Aquello me atrapó. Fue el primero que hizo emocionarme con el flamenco”. Y desde ese momento, todo fue un obsesión. En su adolescencia, encontró en esta música una vía de escape para hablar de lo que le pasaba. El amor, las rupturas, sus dudas y decepciones. Y es que Mayte es un espíritu libre y difícil.
Pero, esta actitud rebelde y luchadora tiene un precio. Un ejemplo: su último disco “Tempo Rubato”, ha salido adelante gracias a una campaña de “Crowdfunding”, y todavía le queda pendiente el resto de los costes que correrán a cargo de la artista y que serán sufragados poco a poco mediante los royalties.
Otro bolero… Mía

“Ya nadie llama a mi puerta. Soy una artista que va por libre y eso tiene sus consecuencias. Hay que pagar un precio muy alto: no te llaman para conciertos, festivales o promoción. Soy una artista muy poco, nada, mediática, pero para mí, es la única forma de crear en paz.”
Así se expresaba Mayte Martín en una entrevista.
Pero esta actitud aparentemente pesimista de su carrera, no debe engañarnos. Es la actitud de una luchadora que, por motivos ajenos a su arte, ha visto torpedeada en algún momento su carrera.
Debería bastarnos oírla para comprender por qué, otro artista que ya estaba en lo alto de su carrera jazzistica , volvió a sus orígenes para acompañar, deliciosamente, a una cantaora de flamenco. Su trabajo, “Free Boleros” es hoy un hito en la historia del jazz en español.
Otro ejemplo… Tú, mi delio.

Parece ser que el bolero nació en Cuba, se paseó por América Latina y terminó posándose en el resto del mundo.
Su fecha de nacimiento la podemos anotar alrededor de 1840 y hay un acuerdo generalizado que dice que el primer bolero fue “Tristezas”, compuesto por el cubano Pepe Sanchez.
Al principio, el bolero se interpretaba con tríos de guitarras, hay numerosos ejemplos, pero ya en los años 30 fueron apareciendo orquestas, primero de estilo tropical para más tarde hacerlo las big band, sobre todo en Cuba y México. Fueron las big band las que consiguieron fusionar de forma impecable los dos géneros: bolero y jazz.
Es curioso como se repite la historia, la utilización de algo popular como la música, con fines políticos.
La era dorada del bolero coincide con las dictaduras militares en los años treinta, cuarenta y cincuenta. Como paso aquí, en España, con la copla y el franquismo.
En fin, a pesar de todo, el bolero ha vuelto a su sitio y hoy disfruta, con otros estilos, con otros arreglos, de un salud envidiable.
Escuchamos ahora a esta dúo irrepetible: La hiedra.

“Creo que es una gran suerte que momentos tan emotivos y tan especiales puedan pasar a la posteridad.
Mi decisión de que este disco fuera grabado en directo, obedece a un acto de lealtad a esa suerte y de entrega al placer de lo irracional y lo auténtico. Era la mejor forma de plasmar, con absoluta veracidad la magia que vivimos en el escenario”.
Así se expresa Mayte Martín en la carátula del disco, y tiene razón porque esos momentos que ellos y el público vivieron fueron irrepetibles, y no solamente por el fallecimiento de Tete, si no porque cuando la magia de la que nos habla hace su trabajo, es imposible resistirse al disfrute por que sabemos que nunca más volverá a suceder. Tendremos otros, pero no este. Seguramente será por eso por lo que nos gusta tanto la música.

Somos

Bueno pues nada más por hoy. Otro día nos pararemos a revisar algunos de los muchos discos que nos dejó grabados el gran Tete Montoliu en su faceta más jazzera.
Hasta entonces os deseo ¡¡¡Buenas vibraciones”.

 

 

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