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Nada más que música – Joaquín Sabina – ‘Juez y parte’

24 junio, 2021 - Música
Nada más que música – Joaquín Sabina – ‘Juez y parte’

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“Juez, porque cuento y opino sobre lo que veo, y parte, porque estoy metido en lo que veo”. Así justificaba Joaquín Sabina en una entrevista publicada en 1984 la elección del título de su cuarto trabajo de estudio. Juez y parte.

 


CARTEL Sabina-Juez y parte-cuadro

En este disco colabora la banda que le acompañó en directo durante muchos años, Viceversa, y aparece por primera vez en los crédito el Sr. Pancho Varona, su alter ego para siempre, hasta el momento, en los escenarios, en los estudios y en su repertorio.
A Sabina nadie le negará su extraordinaria capacidad para el retrato y el autorretrato. Y si no, vamos a escuchar su canción Whisky sin soda, y luego hablamos.

¿Si o no? Bueno, ahí queda.
Vamos a hacer una breve semblanza del artista de Úbeda. Nació en 1949, o sea, 72 añitos. Siempre ha escrito, tanto poemas como música y ya, a los catorce años, tenía su primera banda.
Por aquella época, Joaquín supo simultanear sus andanzas con la lectura y empezó a leer a Fray Luis de León o Jorge Manrique. También a Proust o Joyce.
Su padre, que por cierto era policía, quiso comprarle un reloj cuando aprobó cuarto y reválida pero él prefirió un guitarra. El reloj se lo quedó su hermano. Según cuento él mismo, este detalle fue un pequeño detonante que propició un distanciamiento con su hermano. Éste se hizo policía como su padre y él…, cantante.
Un cantante que sigue autorretratándose. Cuando era más joven.

De la Universidad de Filosofía y Letras de Granada tuvo que salir por piernas por pertenecer al Partido Comunista. Para entonces ya había colaborado con la revista Poesía 70 compartiendo páginas con Luis Eduardo Aute y Carlos Cano. El lanzamiento de un cóctel molotov contra una oficina del Banco Bilbao como protesta por el proceso de Burgos fue la gota que le obligó a exiliarse. Como no tenía pasaporte, le dejaron uno y, con nombre falso, y acompañado por una novia inglesa que tenía en ese momento, puso pies en polvorosa, dirección París y posteriormente a Londres.
Durante esta época, su casa de Londres sirvió de refugio para miembros de ETA. Años más tarde dijo que: “la izquierda de este país, a la que orgullosamente he pertenecido y creo pertenecer, debería pedir perdón por su complacencia con ETA durante muchos años. Yo tuve en mi casa de Londres a etarras y era una gente encantadora que pegaban tiros en la nuca, algo que nos parecía una cosa muy graciosa en ese momento. Y hacíamos mal. Porque de aquellos polvos vinieron estos lodos. Así que creo que la gente como yo está obligada a estar muy en contra y decirlo muy alto por cobardes que sean. Y yo lo soy como el que más.”
Pues eso.

Finalmente, tras la muerte de Franco, volvió a España con un pasaporte legal que le había proporcionado el cónsul español en Londres, a la sazón, D. Fernando Moran.
Una vez en Madrid, comenzó a frecuentar el circuito de bares y fue en uno de ellos, La Mandrágora, donde conoció a Javier Krahe y Alberto Pérez. El periodista Fernando García Tola los vio actuar y les invitó a su programa de televisión Esta Noche, que presentaba Carmen Maura y mas tarde a Si yo fuera presidente.
Los éxitos se sucedieron ya interrupción. Actuaciones multitudinarias en Las Ventas, giras por México, Argentina y Venezuela, gestión de la sala de conciertos Elígeme, en Malasaña, etc.
Junto a su inseparable Pancho Varona, fundó en 1989 Ripio, una editorial con la que desde ese momento registró todas sus canciones.
Los discos y las giras se sucedieron, y las colaboraciones con otros artistas se hicieron habituales, como la gira que hizo con Ana Belén y Víctor Manuel en 1994, o la que hizo con los Rodríguez en 1996 que les llevó por toda España y Latinoamérica.
Por cierto, en Latinoamérica, fue sonada la bronca con Fito Páez que, después de grabar un disco conjunto, “Enemigos íntimos”, suspendieron más de 70 conciertos que tenían vendidos y promocionados.
Incompatibilidad de caracteres.

Nuestro amigo Sabina disfruta de una delicada salud. Después de sufrir un leve infarto cerebral del que, afortunadamente se recuperó sin secuelas, cayó en una profunda depresión que le hizo reflexionar sobre su modelo de vida un tanto “excesiva”. Así que dejó la cocaína. También dejó de fumar durante ocho meses, “los más largos de mi vida”, según sus palabras.
La depresión sigue haciendo estragos en su carrera y le obliga a suspender conciertos y a reducir su actividad musical. Sin embargo, este contexto le permite desarrollar su faceta literaria como poeta.
Como apoyo a nuestro hombre, en octubre de 2003 apareció el disco “Entre todas las mujeres”, donde artistas de la talla de Rosario Flores, Ana Belén, Chavela Vargas o Julieta Venegas versionan varios de sus temas.
Temas como este “Rebajas de Enero”.

La vida y milagros de Joaquín Sabina dan para mucho más, y desde luego, nos ocuparemos de ello más adelante. Por hoy nos despedimos de “Juez y parte” con, creo, la canción más famosa de Sabina. Una canción compuesta por Juan Antonio Muriel, un cantautor malagueño que puso música a una letra de Sabina.
La canción es tremenda pero refleja fielmente la historia real de una chica de Logroño. Nos cuenta Sabina: “Una chicha muy hippie y extraordinariamente hermosa a la que conocía y con la que me acostaba cuando iba a Logroño. Luego vino a Madrid y cayó en picado. Eso le llevó a la heroína y en ese momento hice la canción.”
“Princesa”

Y nos vamos, nos vamos hasta la próxima temporada. Ha sido un placer hacer esta sección. Espero que os haya entretenido porque ese es nuestro objetivo fundamental al hacerlo. Volveremos en Septiembre con más música, más músicos y más historias. Os esperamos a todos. Hasta entonces ¡buen verano! Y… ¡Buenas vibraciones”

 

 

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