Siguiendo con la historia del rock, como siempre de la mano del documentado libro de Jordi Sierra i Fabra, Historia del Rock, libro que, por supuesto os recomiendo, la crisis había dejado en Inglaterra tres millones de parados, pero el problema iba más allá: las chicas y chicos en edad laboral se encontraron con el peor de los futuros. No es de extrañar, pues, que el lema punk fuese “no hay futuro”. Cientos de jóvenes se lanzaron al ruedo de la música como única oportunidad. Bastaban tres acordes de guitarra y un cantante gritón. Y por supuesto… ser provocadores.
El punk fue rompedor, marcó un cambio profundo no solo en la música, sino en la moda y el comportamiento de los adolescentes de 1976 y 1977. En menos de dos años llegó al máximo y luego se devoró a sí mismo. Quedó el legado, algunos grupos supervivientes, y poco más, aunque, como en el caso de los hippies, los punkis ya no desaparecieron. Sobrevivió su esencia más allá de las modas.
Escrutando la historia, se encuentran antecedentes como este “Gloria” de Them. Fue en este grupo, por cierto, donde empezó su carrera Van Morrison.
Los Beatniks había sido idealistas, los hippies románticos. Los Punkies se decantaron por el lado oscuro y el feísmo. Maquillajes negros, ropas oscuras, los pelos cortados a lo loco, con muchos colorines y con una serie de “complementos” nada despreciable: imperdibles en la nariz, cadenas, candados colgando del cuello, cuchillas de afeitar y ropa rota. Cuando un joven rompía su camiseta y salía con ella a la calle, ése era su grito de rebeldía. Lo malo era que al otro día las tiendas ya vendían ropa rota, ropa punk.
Esta generación, además, se atrevió a atacar a sus mayores, como a los Rolling Stones, a los que tachaban de viejos (por cierto, no se lo que les dirían hoy), o a los Who, parafraseando su lema acerca de llegar a los 30 años. Los Punkies clamaban que “Si pasas de los 25 estás acabado. Si tienes 30, muérete”.
Otro precedente podemos encontrarlo en “Louie, Louie” de The Kingsmen.
De todas estas bandas que podemos seleccionar como precursoras del punk, debemos destacar a The Velvet Underground. Esta banda se formó en 1964 cuando Lou Reed, que había tocado en algunas bandas de poca duración, conoció al galés John Cale, que se había mudado a los Estados Unidos para estudiar música clásica. Reed y Cale congeniaron y pensaron en fundar un nuevo grupo. Para ello buscaron a Sterling Morrison, a quien Reed había conocido en la universidad y con quien ya había tocado, y a Angus McLise, vecino de John y Lou.
El nombre de la banda surgió del título de un libro sobre sadomasoquismo de Michael Leigh titulado The Velvet Underground que Jim Tucker, amigo de Reed y Morrison, encontró tirado en la calle.
Andy Warhol, que los había oído tocar creyó que era una buena idea tener una banda de rock en su Factory.
Tanto la música, llena de ruido y distorsiones, como las letras que trataban tópicos inusuales para la época, como el sadomasoquismo, el travestismo, o la adicción a la heroína, los distanciaban mucho de las bandas típicas de la escena estadounidense de ese momento, en la cual la psicodelia y la cultura hippie alcanzaban su momento cumbre en San Francisco.
Hablar de la influencia de The Velvet Underground en el rock y en la música en general es hablar de un legado bastante amplio. La banda fue la primera en experimentar directamente con la forma y el ruido dentro de la música pop, incluyendo influencias tomadas directamente de la música clásica contemporánea.
La influencia de The Velvet Underground puede ser apreciada a lo largo y ancho del mundo de la música rock. Así, son ampliamente considerados los precursores del punk, habiendo influenciado a bandas tan emblemáticas como, por ejemplo, los Sex Pistols
Las letras de The Velvet Underground le valieron a la banda grandes controversias y la desconfianza de la industria discográfica. Sus canciones hablaban sobre drogas; un ejemplo «White Light/White Heat», que es la que acabamos de escuchar. Las drogas era un tema que hasta entonces había sido tabú en la música pop, y como si fuera poco no lo hacían en tono condenatorio. De hecho, Lou Reed luchó una larga batalla contra su adicción a la heroína a lo largo de toda la década del 70.
Y aunque muchas de las canciones menos controvertidas de la banda están plagadas de personajes excéntricos, perdedores, travestidos, la canción que despertó más controversia fue «Venus in Furs», una canción sobre sadomasoquismo basado en el libro La venus de las pieles.
Si la Velvet Underground fue el antecedente del punk, The Clash fue el grupo más importantes e icónico de la primera ola del punk originada a fines de los años 70.
A diferencia de la mayoría de las bandas punk que se caracterizaban por su simplicidad musical, incorporó reggae, rock, rockabilly, ska, jazz o funk, entre otros muchos y variados estilos en su repertorio. The Clash llegó a ser una banda muy influyente en la música mundial.
Además, The Clash tuvo una intencionalidad política en sus letras que con el tiempo se convertiría en su característica distintiva fundamental. El idealismo expresado en las composiciones The Clash contrastó con el nihilismo de Sex Pistols y la sencillez de Ramones, las otras bandas punteras del punk en la época, y aunque su éxito en el Reino Unido fue inmediato, la banda no se ganó al público estadounidense hasta los años 80.
El 4 de julio de 1976, The Clash tocó por primera vez actuando como teloneros de los Sex Pistols en un recital en Sheffield donde la banda interpretó los temas “Janie Jones”, “London’s Burning” y “1977”, mostrando un estilo punk puro con una diversidad musical casi nula. Luego del recital, la revista New Musical Express publicó una frase que con el tiempo se haría famosa:
“The Clash es la clase de banda de garaje que debería rápidamente regresar a su garaje, preferiblemente con la puerta cerrada y el motor en marcha.”
Pero bueno, ya en 1977, el grupo lanzó su primer sencillo, “White Riot”, en marzo y un mes más tarde salió al mercado el primer LP homónimo, The Clash, caracterizado por una crudeza musical y letras políticas, sociales y agresivas. El álbum alcanzó un éxito considerable en el Reino Unido, pero Epic Records, la discográfica responsable de la banda en los Estados Unidos, no lo publicó en primera instancia en el mercado americano ya que lo consideraba demasiado crudo y un poquito bestia. Dos años más tarde, y después de que el disco se convirtiera en el más importado de la historia de los Estados Unidos, se editó una versión modificada del mismo para este público tan melindroso llamada The Clash US.
Hay un álbum de The Clash que merece la pena citar. Hacia finales de 1980,el grupo lanzó un álbum triple al que llamaron Sandinista!, nombre utilizado para hacer referencia al Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua. Los miembros insistieron en que los tres discos se vendieran al precio de uno, pagando de sus propios bolsillos la diferencia.
¡Sandinista! mostró una variedad de estilos aún más amplia y experimental que cualquier otro álbum del grupo y se encontró con reacciones diversas por parte de los críticos y los seguidores. Durante las sesiones, y aquí radica lo curioso del asunto, el grupo grabó cada idea que se les pasaba por la cabeza en cada momento, alejándose del punk y recurriendo a la experimentación con el jazz, el hip hop, la música de cámara e incluso el gospel.
Al igual que su anterior material, ¡Sandinista! tuvo un gran éxito de ventas, lo cual no es común en álbumes triples. Luego del lanzamiento del disco, The Clash emprendió su primera gira mundial que incluyó shows en lugares tan alejados como el este de Asia y Australia.
Durante estos años, las tensiones y los conflictos dentro de la banda comenzaron a crear rumores de separación. Las giras, la fama y la constante convivencia no daban descanso, desvelando ciertas asperezas en el seno del grupo. Sin embargo, The Clash se las arregló para seguir grabando y de esta manera editar su álbum de mayor número de ventas alrededor del mundo, Combat Rock. En dicho álbum se encontraban su éxito “Should I Stay or Should I Go”, que ya hemos oído y su no menos famoso “Rock the Casbah” que escucharemos ahora.
Bien, todo esto pasaba en el Reino Unido, pero en EEUU, la banda que inició el movimiento y se puso al frente del punk nacional fueron los Ramones.
Esta banda se formó en Queens (Nueva York) en 1974 y se disolvió veintidós años más tarde, en 1996.
Pioneros y líderes del naciente punk, cimentaron las bases de este género musical con composiciones simples, minimalistas, repetitivas y letras muy simples o incluso sin sentido, en clara oposición a la pomposidad y la fastuosidad de las bandas que triunfaban en el mercado de los años 1970, con sus largos solos de guitarra, las complejas canciones de rock progresivo y sus enigmáticas letras. Su sonido se caracteriza por ser rápido y directo, con influencias del rockabilly de los años 50, el surf rock, The Beatles, The Who, The Velvet Underground, las bandas de chicas de los años 1960 como The Shangri-Las y el garaje protopunk de MC5.
Ramones lideró la primera ola del punk en Nueva York, compartiendo el escenario del mítico club CBGB con otras bandas de punk como Blondie, Patti Smith o Televisión y de new wave como Talking Heads entre otros, sirviendo de inspiración para la gran mayoría de las bandas de punk surgidas en la década de 1970 tanto de EE. UU. como en el Reino Unido.
“Blitzkrieg Bop” apareció en el primer álbum de la banda, Ramones, de 1976 y fue lanzada como sencillo en noviembre de 1975 en Estados Unidos y en julio de 1976 en el Reino Unido. Este tema es considerado un hito no sólo del punk, sino también del rock and roll en general. Quién lo diría…
El nombre de Ramones fue inventado por uno de sus componentes. A partir de ese momento, todos los miembros llevarían el apellido Ramone, de modo que los tres primeros miembros serían conocidos como Joey Ramone (Jeffrey Hyman), Johnny Ramone (John Cummings) y Dee Dee Ramone (Douglas Colvin. Para rellenar el hueco en la batería se eligió a Thomas, el representante y amigo de los componentes, que pasó a llamarse, inevitablemente, Tommy Ramone.
A lo largo de su carrera, los Ramones publicaron 14 discos de estudio y varias recopilaciones y discos en directo, haciendo un total de 21 álbumes y un total de 212 canciones. A pesar de su fama actual, el grupo solo consiguió dos discos de oro gracias al recopilatorio Ramonesmania (1988) y su álbum debut en 2014, y únicamente dos de sus álbumes consiguieron sobrepasar el top 50 en el Billboard estadounidense. Ninguno de sus sencillos consiguió repercusión comercial. La banda se disolvió en 1996. Tres de los cuatro miembros originales (Joey Ramone, Johnny Ramone y Dee Dee Ramone) murieron en un intervalo de tres años desde la desaparición de la banda y el último miembro original superviviente de la banda, Tommy Ramone, falleció en la madrugada del 12 de julio de 2014, víctima de un cáncer de las vías biliares. Amén.
Y no, no nos olvidamos de los más grandes: “Sex Pistols”, solo que éstos tendrán que esperar hasta la próxima semana. Así que, hasta entonces, nos despedimos prometiéndoos más música, más historias y más músicos. ¡¡¡Señoras, Señores… Buenas Vibraciones!!!