Vamos a seguir con esta lista sui géneris que me preparado a mi gusto, y seguro que, al vuestro, de cantautores españoles.
Lo habíamos dejado en muy buenas manos con Carlos Cano, un andaluz de pro, y vamos a seguir con un canario de pro, Pedro Guerra.
Pedro Guerra nació en Güímar, Tenerife, 2 de junio de 1966 y a los 18 de años se trasladó a la ciudad universitaria de La Laguna, donde se incorpora a su vida musical. Allí conoce a muchos otros cantautores entre los que se encuentran Andrés Molina, Rogelio Botanz y Marisa Delgado. Es precisamente junto a estos tres músicos con los que Pedro Guerra forma el Taller Canario de la Canción, que más tarde se le llamó simplemente el taller.
Tras su salida del grupo en 1993, Pedro Guerra se traslada a Madrid para iniciar su carrera en solitario. Allí entra en contacto con el circuito de salas de música en directo y colabora con otros grupos como músico o compositor. Gente como Ana Belén, Víctor Manuel, Sabina, Marta Sánchez, Paloma San Basilio, Amistades Peligrosas o el grupo Cómplices.
En 1995 publica su primer disco en solitario, Golosinas, grabado en directo y en el que se incluye la canción Contamíname.
El propio Pedro guerra contaba en una entrevista que “la inspiración para esta canción me vino de la lectura del libro de Carlos Fuentes, el escritor mexicano “El naranjo”, que habla del mestizaje, y en una entrevista el autor utilizó el término “contaminación cultural”. Ahí se me ocurrió escribir esta canción, que habla de la mezcla de culturas”.
Siempre preocupado por los asuntos sociales, años después hizo “Extranjeros”, un poco más explícita, cuando ya habían empezado a llegar las pateras. La sensibilidad por estos temas estaba justificada porque Canarias, geográficamente es África, pero es Europa, y emocionalmente y de corazón son más latinoamericanos. Ahí, lo de la emigración siempre se entendió bien. Lástima que no se entienda igual en todas partes.
José Saramago, en su “Amor Posible” dice:
“Creo que, aunque viviésemos doscientos años, habrá puertas nuestras que seguirán cerradas. A lo mejor, las puertas que uno puede abrir quizá no sean suficientes para poder expresar de una forma completa quién eres.”
De estos párrafos, Pedro Guerra dio a luz su preciosa canción Daniela
De Paco Ibáñez dijo Manuel Vicent:
“A Paco Ibáñez lo veo siempre de negro existencial, abrazado a su guitarra, está de pie en el escenario, dispuesto una vez más a navegar el río de palabras nacido en el Arcipreste de Hita y que a través del corazón de otros grandes poetas irá a dar a cualquier mar, en catalán, castellano, francés, gallego, euskera o provenzal. De todos los dones del cuerpo, es la voz la expresión que mejor desafía el tiempo, la que está más pegada al alma. La voz de Paco Ibáñez conserva muy puro el son bronco y ritual, que se introduce en cada poema para convertirlo en una oración musical muy vivida, igual a sí misma, siempre renovada. Golpeándose dentro de ella los versos unas veces bajan encañonados por la cólera del resistente, otras fluyen sosegados por un sonido monocorde de agua, que arrastra hasta la desembocadura en cada orilla el limo turbio de una vida bohemia muy sudada. Nos queda la palabra de los grandes poetas. Nos queda la pasión de Paco Ibáñez, su coraje.”
¿Qué puedo decir yo?
Paco Ibáñez ha sido, y es, un permanente e incansable promotor de la cultura española en el mundo, un poco marginal que siempre ha rechazado medallas y premios: “un artista tiene que ser libre en las ideas que pretende defender, a la primera concesión, pierdes parte de tu libertad”.
La verdad es que es un tipo que, con la insobornable rebeldía de sus canciones nos anima a mantener la conciencia despierta.
Hoy, a sus 85 años, sigue obsesionado por la idea superior de la Libertad.
Francisco Javier Krahe Salas nació en (Madrid, 30 de marzo de 1944. Yo creo que ha sido, falleció desgraciadamente el 12 de Julio de 2015 en Cádiz, el cantautor que más y mejor utilizó la ironía y la comedia en sus canciones. Su humor es proverbial.
Después de hacer el servicio militar, conoce al amor de su vida en París, la canadiense Annick, con la que se fue a Canadá, donde empezó su carrera como letrista, inspirado por el ejemplo de Georges Brassens y Leonard Cohen. Su hermano Jorge se ocupaba de musicar los textos. Compuso algunas canciones que interpretaron, entre otros, Rosa León.
Ya en España, Chicho Sánchez Ferlosio le animó a actuar en locales como La Aurora, donde conoce a Joaquín Sabina y Alberto Pérez. Como un trío algo informal grabaron el mítico disco La mandrágora (1981), que tomó su nombre de uno de los locales donde solían actuar en esos días. De esa época es “No todo va a ser follar”.
Javier Krahe debuta como solista con el disco Valle de lágrimas (1980), en el que ya se aprecia su estilo característico de letras irónicas, rimas ingeniosas, con música sencilla (en sus inicios, Krahe llamaba al acorde de fa mayor «la difícil», porque tenía que poner la cejilla y eso eran palabras mayores). En los discos siguientes los arreglos se inclinan a menudo hacia el jazz, convirtiéndose Krahe en un habitual de pequeñas salas como el Café Central de Madrid, Galileo o Clamores.
El perfil de Krahe es el de un cantautor de culto. En 1986, TVE censura su canción Cuervo ingenuo (sátira de la ambigüedad ideológica del PSOE), que iba a emitirse como parte de un concierto de Joaquín Sabina.
Su irreverencia eclesiástica le trajo algún que otro problemilla, llevándole incluso ante los tribunales, pero, bueno, de todo ello salió ileso. Por ejemplo, de esta “Los caminos del Señor”.
Antonio Vega Tallés falleció a los 51 años a consecuencia de un cáncer de pulmón.
Nació en Madrid el 16 de diciembre de 1957 en el seno de una familia de clase media. Tras abandonar la universidad por la música, en 1978 formó junto a su primo Nacho García Vega, Carlos Brooking y el batería Ñete el grupo Nacha Pop.
Los Nacha Pop arrancaron en 1980 con un primer disco homónimo y fueron seleccionados para ser teloneros de Los Ramones en su concierto en la madrileña plaza de toros de Vista Alegre.
Dentro de su primer trabajo se incluía un clásico ya del pop español, la célebre ‘Chica de ayer’, una composición suya.
Ahí comenzó una carrera que se prolongó nueve años, plagada de éxitos y un enorme prestigio, pero pocas ventas
Pese a su popularidad, el cansancio y los problemas con las drogas de Antonio condujeron a Nacha Pop a su disolución y fue, con dos conciertos en la sala Jácara de Madrid en 1988, cuando dijeron adiós. El álbum en directo que grabaron y que se tituló ‘Nacha Pop. 1980-1988’ fue disco platino y rompió su mala racha de escasas ventas.
Poco después, Vega dio comienzo a su carrera en solitario. Con su estilo intimista, con canciones que él llamaba “poemas adaptados a la música” y con las que tuvo muchos altibajos comerciales.
Nunca le gustó nada que le consideraran un chico “triste y solitario”. Pero lo cierto es que nunca fue una persona fácil, un tipo de lo más reservado, pero, quien lo diría, los que le conocían bien aseguran que tenía un gran sentido del humor, que le encantaba hablar, colaborar con otros músicos, en fin, un buen tipo, cosa que desde luego, firmamos.
Imanol Larzabal Goñi, más conocido como Imanol, nació en San Sebastián el 11 de noviembre de 1947 y fue un cantante y compositor, tanto en euskera como en castellano, gran defensor de la cultura y la lengua vascas. Cosas de la vida, vivió exiliado durante la dictadura franquista y tuvo que abandonar de nuevo el País Vasco en los últimos años de sus vida acosado y amenazado por ETA.
Imanol empezó a cantar en euskera en 1964 y su primer disco apareció bajo pseudónimo, titulado de la misma manera, Mikel Etxegaray. Tres años más tarde entró a colaborar con ETA, siendo encarcelado el 29 de agosto de 1968 durante seis meses por terrorismo, organización y propaganda ilegal.
Tras la amnistía de 1977, volvió a España y continuó su carrera musical en el País Vasco, comprometiéndose en diversas iniciativas en defensa de la cultura pero alejándose del entorno de ETA.
En 1986 participó en un concierto en homenaje a la ex-activista de ETA Yoyes, asesinada por sus antiguos compañeros en la localidad de Ordizia. La participación en dicho homenaje le valió ser boicoteado por parte de su público y a partir de entonces fue vetado sistemáticamente de todos aquellos recitales organizados por Herri Batasuna y las ventas de sus discos fueron descendiendo en la medida en que se incrementaban los ataques y las amenazas contra él. El 21 de septiembre de 1989 realizó otro concierto con el mismo fin. Tras este último las amenazas se intensificaron, y un grupo de amigos, junto con algunos concejales de Euskadiko Ezkerra de Ordizia, propusieron organizar un acto de apoyo al cantante y pensaron que lo mejor era otro concierto.
El 2 de noviembre de 1989, acompañado de Anjel Lertxundi, Imanol anunciaba el acto «Todos contra el miedo», en contra de las amenazas de ETA, que se celebraría el 5 de noviembre en el Polideportivo de Anoeta con la participación de un nutrido grupo de compañeros y numerosas adhesiones. Incluso 180 expresos de ETA firmaron un comunicado en apoyo a Imanol en el que rechazaban el «pensamiento obligatorio» de la banda terrorista.
En octubre de 2000 anunció que abandonaba el País Vasco, harto de las amenazas de ETA. En ese momento dijo que en Euskadi se vivía un «ambiente irrespirable» y explicó que había venido sufriendo todo tipo de presiones desde que en 1986 participó en el concierto de homenaje a Yoyes.
El 25 de junio de 2004 falleció en Orihuela a causa de un derrame cerebral, tras permanecer varios días en coma.
Bueno, pues hemos terminado este nuevo episodio dedicado a cantautores. Creo que vendrá alguno más, pero por hoy lo dejamos aquí. A pesar de que las letras de canciones que hacen referencia a temas y momentos concretos pueden envejecer mal, creo que las que hemos podido escuchar hoy aguantan bastante frescas y actuales. Bueno, o eso espero.
Amigos, amigas, hasta la próxima semana … ¡¡¡Buenas vibraciones!!!