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Nada más que libros – La generación Beat

9 febrero, 2023 - Literatura, Poesía
Nada más que libros – La generación Beat

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“Cruzamos Nuevo México durante una noche negra como la tinta; en el amanecer grisáceo estábamos en Dalhart, Texas; durante la triste tarde del domingo rodamos de un chato pueblo de Oklahoma a otro; al caer la noche estábamos en Kansas. El autobús rugía. Volvía a casa en octubre. Todo el mundo vuelve a casa en octubre.”

-Fragmento de “En el camino” de Jack Kerouac.-

CARTEL NMQL - Beat-cuadrado

Los años de posguerra en Estados Unidos marcaron un choque generacional que definió la segunda mitad del siglo XX. Ese choque trajo consigo el nacimiento de una cultura juvenil que no sólo se definió por su estética o su música, sino por una forma de pensar que cuestionó a sus mayores y un estilo de vida que rompió con la sociedad tradicional. La llamada <<Generación Beat>> fue un grupo de escritores de la década de los cincuenta que escribieron y vivieron ese período. Los integrantes de esa generación se caracterizaron por su rechazo hacia los valores tradicionales estadounidenses, el consumo de drogas, el ejercicio de un grado de libertad sexual inusual para su época y, además, por cierto interés por la filosofía oriental. No está claro el origen de la palabra <<Beat>> con la que se identificó a este movimiento. La palabra deriva originalmente del argot circense y carnavalesco, para reflejar las estrecheces de la vida nómada de esas gentes. En el mundo de las drogas significaba robado o engañado. Jack Kerouac, Allen Ginsberg y William S. Burroughs son autores, respectivamente, de “On the road” (En el camino,1957), “Aullido” de 1956 y El almuerzo desnudo” de 1959, tres de las obras más destacadas de esta generación literaria. No fueron las únicas, no obstante, aunque junto a Lucien Carr conformaron el grupo inicial. Más tarde se adhirieron más autores como Neal Cassady, Herbert Huncke o Carl Solomom, entre otros.

El columnista del “San Francisco Chronicle”, Herb Caen, acuñó el término <<beatnik>> en 1957 tras el lanzamiento de Sputnik ruso, afirmando que el satélite y el nuevo tipo bohemio estaban “igualmente lejos”. Era un intento de desprestigiar al grupo a través de la parodia, pues más allá de la lejanía que evocaba el término, pretendía sugerir cierta ligazón entre los Beat y el comunismo. Así, en ese contexto de Guerra Fría, el comunismo estaba irremediablemente en contra de lo estadounidense en el imaginario colectivo. Independientemente de su nombre generacional, para la revista “Life”, fueron la única rebelión alrededor y revolucionaron el panorama social. Lo revolucionaron, además de con su literatura, haciendo autoestop, escuchando jazz en locales afroamericanos al ritmo de be-bop como banda sonora y rechazando la censura, el revisionismo o el conformismo de sus coetáneos. Con Whitman o Rimbaud como precursores, su estilo libre – mezclando prosa y verso – y autobiográfico fue denominado << prosodia de bop espontánea>> y acabaron convirtiéndose en celebridades.

En la época de posguerra y, sobre todo, en la década de los cincuenta, la ciudad de Nueva York se convirtió en un epicentro bohemio. El barrio de Greenwich Village alojaba a artistas de toda clase, desde escritores, músicos o pintores. La vanguardia se encontraba en ese momento en la costa este del país y precisamente es ahí donde nació esta generación. De hecho, en los momentos en los que la generación Beat bullía en el Greenwich, este se convertía también en el escenario propicio para que, años después, la lucha del colectivo LGTB eclosionase en los sucesos del << Stonewall Inn >>, origen de la celebración del Orgullo. De echo, Allen Ginsberg fue uno de los protagonistas de esos disturbios, los cuales también narró. Sin embargo, poco a poco, la contracultura comienza a asentarse en San Francisco. La ciudad se había convertido, desde finales del XIX, en el primer enclave de la bohemia del país. Allí se encontraron los artistas y desde ese momento, fue considerada como una de las ciudades más liberales del país y, por lo tanto, ideal para el estilo de vida de la contracultura estadounidense.

Todo esto lo podemos observar en la novela por la que Jack Kerouac saltó a la fama en 1957, “On the road”. La novela narra las aventuras del autor con sus colegas beat. Comenzando por sus primeros pasos como escritores en Nueva York, un joven Kerouac, recuerda sus aventuras con Allen Ginsberg, Neal Cassady y Williams S. Burroughs. A lo largo de la novela, mediante viajes por carretera y algún que otro incidente con la policía, las mujeres o las drogas, acaban en San Francisco. La historia salta continuamente de una ciudad a otra, con el epicentro del argumento en la carretera que separa los dos extremos del país. La novela es considerada como la obra definitiva de la Generación Beat, describiendo los viajes del grupo de forma romántica y bohemia. A su vez, es uno de los libros más influyentes del siglo XX y todo un clásico de la literatura norteamericana. El propio Kerouac asegura haberla escrito en tan solo tres semanas y mecanografiada en un rollo sin márgenes ni párrafos. De hecho el libro no tiene capítulos, sino que es toda una larga novela escrita de forma continuada. Se dice que para terminar la novela en tan poco tiempo necesitó café y drogas durante todo el proceso. Sin embargo, la novela que se publicó en 1957 es bastante diferente del rollo original, ya que Kerouac tuvo que cambiar los nombres de los personajes reales a otros ficticios y algunas partes fueron censuradas para su publicación. En total, la historia narra siete años de viajes.

Otro de los grandes representantes de esta generación fue Allen Ginsberg, íntimo amigo de Kerouac, que saltó a la fama con su poema “Aullido” de 1956, denunciando las fuerzas del capitalismo y en lo que se había convertido la juventud de su época o, como el llamó, las grandes mentes de su generación. En esta obra el autor mezcla frases cortas con largas, prosa y rima. Fue considerada de escandalosa debido a su crudeza e incluso llegó a ser prohibida tras su publicación. Escribía sin restricciones: las primeras líneas de “Aullido” dicen así: “He visto las mejores mentes de mi generación destruidas/ por la locura histéricos famélicos muertos de hambre/ arrastrándose por las calles, negros al amanecer/ buscando una dosis furiosa”. Ginsberg nació en Nueva Jersey y fue expulsado de la Universidad de Columbia en el primer curso. Allí conoció a Kerouac y Burroughs. Desde muy joven se preocupó por la situación política de su país y esto se plasmó en sus poemas y en su activismo durante la década de los años sesenta. Gindberg era homosexual y, tanto en “On the road” como en muchos de sus poemas o libros de sus compañeros destaca su relación con otro de los miembros de la generación, Neal Cassady, con el cual mantuvo una correspondencia amorosa. Entonces la homosexualidad estaba prohibida en Estados Unidos y hay que apuntar que, cuando los beats hablaban de homosexualidad, se referían exclusivamente a la masculina. Estos estándares rompieron estereotipos y se popularizaron entre los jóvenes, ya que Cassady además era bisexual. Era el comienzo de la idea de liberación sexual que proliferó en los sesenta y setenta.

Por muchas de estas cuestiones, que en definitiva definieron su vida, Allen Ginsberg se convirtió en un verdadero activista durante esas décadas. Tanto él como Neal Cassady se convirtieron en puentes entre la generación Beat y el movimiento Hippie. Ginnsberg defendió también el consumo de drogas como la marihuana o el LSD, además del movimiento homosexual. Así la estética de la generación Beat fue calando desde la contracultura a la cultura de masas; algunas de las obras literarias de los beat se convirtieron en obras de culto. Además su concepción de la espiritualidad terminó derivando en otras cuestiones también muy representativas del grupo literario como, por ejemplo, la liberación sexual, por eso, la elevada representación del colectivo LGTB entre la generación Beat hizo que, culturalmente, sirviera como catalizador de otros muchos asuntos: el feminismo, la lucha antirracista, la emergencia hippie y la lucha del propio movimiento LGTB. Pero, además de esto, fueron decisivos en el mundo de la cultura. Dejaron su impronta en músicos como Bob Dylan, Janis Joplin, Jim Morrison o Patty Smith, también estrechamente relacionados con lo hippie; por eso, la eclosión del hippismo y la generación beat tuvieron mucho que ver.

El movimiento hippie comenzó a popularizarse en la década de 1960, concretamente en el área de San Francisco. El barrio de Haight-Ashbury se convirtió en centro neurálgico de esta comunidad hippie, cada vez más creciente; como hemos mencionado, San Francisco era una ciudad ideal debido a su gran libertad. Neal Cassady se mudó a Frisco junto con su mujer de entonces, Carolyn, y Kerouac visitó a la pareja en numerosas ocasiones. Sin embargo esta vibrante ciudad, pronto afectó a Cassady, pasando a ser de un firme miembro de lo que fue la Generación Beat de los cincuenta a ser uno de los miembros más importantes y conductor de los <<Merry Pranksters>>(alegres bromistas) en el movimiento hippie. Este grupo fue liderado por el escritor Ken Kessey, que tras la experimentación con el mundo psicodélico de la marihuana y, especialmente el LSD, se convirtió en un verdadero gurú espiritual. En su casa de La Honda, en California, como no, se dedicaba a acoger a un gran número de hippies, a dirigir sus viajes espirituales y transformar su modo de vida en comunal
Los alegres bromistas de Ken Kesey se dedicaron a conducir un autobús escolar pintado por ellos mismos con pintura psicodélica, al que llamaron <<Furthur>>, a lo largo y ancho de todo el país. Su conductor no era otro que el mismísimo Neal Cassady, pasados ya los cuarenta años de edad. Sus viajes fueron inmortalizados en el libro “Ponche de ácido lisérgico”, publicado en 1968, de Tom Wolfe, autor del que hablaremos algún día. En uno de los fragmentos del libro, los “Pranksters” llegan a Nueva York, donde se reunen con Jack Kerouac. Según Wolfe, se encontraron a un Kerouac alcohólico, que había subido considerablemente de peso a su mediana edad y que parecía totalmente fuera de lugar dentro del contexto de los Pranksters. Existen imágenes de ese encuentro, y de los viajes del grupo, en el documental “Magic Trip: Ken Kesey`s Search for a Kool Place” del año 2011.

Por su parte, Allen Ginsberg pronto se unió al movimiento hippie de la mano del psicólogo Timothy Leary, quién realizaba experimentos con el LSD mientras ejercía como profesor e investigador en la Universidad de Harvard. Cuando descubrió las capacidades de la droga, decidió convertirse en un gurú espiritual, enseñando y promocionando los efectos alucinógenos de la droga. Se convirtió así en un verdadero personaje público y, en 1966, fundó su propia religión, “La liga para el Descubrimiento Espiritual”, con el LSD como su santo sacramento. También se presentó a las elecciones para gobernador de California contra el republicano Ronald Reagan y, para eso, usó a personalidades como John Lennon para que apoyaran su campaña; incluso le compuso la canción “Come Together” de 1969, cantada por “Los Beatles”. Allen Ginsberg pronto se interesó por Leary y el uso de la droga psicodélica. Pero el 6 de Octubre de 1966, California, entonces gobernada por Ronald Reagan, prohibió el consumo de LSD y en seguida le siguió el resto del país. Posteriormente, en 1968, se modificó la Enmienda convirtiendo la posesión en delito menor y la venta en delito grave.

Sin embargo, esto solo aumentó su popularidad y no frenó su consumo. El <<Human Be-in>> de San Francisco fue organizado en 14 de enero de 1967 y es considerado el preludio al <<Verano del Amor>> y “una reunión de las tribus” (esto último según un periódico de la ciudad). La idea principal era protestar contra la ilegalización del ácido, con la participación de personalidades como el propio Ginsberg o Leary. Se sentaron en el césped quemaron incienso, tocaron la flauta, la guitarra y el tambor mientras los altavoces aullaban rock. En realidad, el olor del incienso pretendía camuflar el olor real a marihuana. Leary también trató de utilizar la influencia de famosos para impedir la prohibición, pero fracasó. En los propios miembros de la Generación Beat se pudo observar el cambio de mentalidad tan fuerte que se experimentó en los ámbitos culturales entre el movimiento beat y el hippie. De un movimiento desgastado, atormentado y pesimista, a otro lleno de energía, libertad y amor.

No hay que olvidar, por supuesto, que la forma de tratar a las mujeres por parte de la Generación Beat no les hizo justicia, ya que convirtieron a la mujer, como sujeto, en un personaje secundario sin argumento propio. Poco se sabe además de las escritoras beat y, de lo poco que se conoce es, en parte, gracias a las parejas de estos. Pero literariamente también tuvieron relevancia, se integraron en la generación y participaron de su estética y su temática, pero también hablaron de temas que tenían que ver con su experiencia como mujeres. Y es que en los años cincuenta, en Estados Unidos, si eras hombre, podías ser un rebelde, pero si eras mujer tu familia te encerraba. Hubo varios casos. Joice Johnson, que fue pareja de Jack Kerouac en su libro “Personajes secundarios” de 1983, narra con maestría las aventuras de este colectivo desde la perspectiva femenina. Otra de las más importantes por su relación con uno de los miembros del grupo fue Carolyn Cassady, esposa durante muchos años de Neal Cassady y amante de Kerouac. Su historia fue contada en su libro “Off the road” de 1990 y en el , no sólo cuenta con todo detalle su relación con Cassady, sino también su propia versión de lo que ocurría mientras transcurría la historia contada en “On the road”.

Pero sin duda, la historia más trágica de todas es la de Elise Cowen. Al igual que Ginsber o Kerouac podían hablar de homosexualidad masculina sin ser juzgados, ella hablaba sobre lesbianismo, sexo y drogas. Para una mujer en la década de los cincuenta eran demasiados estereotipos que romper. Elise Cowen procedía de una familia judía de clase media y, por esto y muchas otras similitudes en sus vidas, se hizo muy amiga de Ginsberg, llegando incluso a ser pareja antes de que éste le confesara su verdadera orientación sexual. Al igual que sus compañeros beat masculinos Cowen mantuvo relaciones tanto con hombres como con mujeres. Fue internada en varias ocasiones por sus padres en hospitales psiquiátricos y acabó suicidándose el 27 de febrero de 1962, a los 28 años. La mayoría de sus polémicos escritos fueron destruidos por su familia. Lo que queda de su poesía fue publicado de forma póstuma por uno de sus mejores amigos.

La generación beat, es, en todo caso, uno de los hitos culturales norteamericanos de pasado siglo y ha dejado huella en otros muchos otros elementos contraculturales, como por ejemplo, la cultura pop. Quizá menos conocida que los sesenta y su estallido hippie, la Generación Beat constituye también una corriente cultural de gran interés y que, como corriente literaria, realizó algunos de los aportes más valiosos a la literatura contemporánea estadounidense. La impronta que dejaron en la explosión contracultural posterior, que empezó con los Beat, es innegable.

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