“…! Se ahoga…! !! Lucita se ahoga!! !! Sebastián grita, grita!!. Sebas quiso avanzar, pero las uñas de Paulina se clavaban en sus carnes, sujetándolo.!Tú no, Sebastián! – le decía sordamente -! tú, no; tú, no ;tú,no…! Resonaron los gritos de ambos, pidiendo socorro, una y otra vez, horadantes, acrecentados por el eco del agua. Se aglomeraban sombras en la orilla, con un revuelo de alarma y vocerío. Ahí cerca, el pequeño remolino de opacas convulsiones, de rotos sonidos laríngeos, se iba alejando lentamente hacia el embalse. Luego sonaron zambullidas; algunas voces preguntaban: ¿ por donde, por donde ?…”
El Jarama – Rafael Sánchez Ferlosio
Rafael Sánchez Ferlosio nació en Roma el 4 de Diciembre de 1.927, hijo del escritor Rafael Sánchez Mazas, y de Liliana Ferlosio, de nacionalidad italiana. Su padre era, por entonces corresponsal del diario ABC, y fue fundador, junto a otros como José Antonio Primo de Rivera, de Falange Española y uno de sus principales ideólogos. Es hermano del filósofo y matemático Miguel Sánchez Ferlosio y del poeta y cantante Chicho Sánchez Ferlosio, dos personas destacadas en sus campos respectivos. Sus estudios los realizó en el colegio Jesuita y luego en la Universidad Complutense de Madrid, donde obtuvo el doctorado en Filología. En 1.953 se casó con la escritora Carmen Martín Gaite. Tuvieron dos hijos, Miguel, que falleció a causa de una meningitis a los nueve meses de edad, y Marta, que moriría en 1.985 a la edad de 29 años, víctima del SIDA por inyectarse heroína con agujas infectadas. En 1.970 el matrimonio de separó y poco después Rafael Sánchez Ferlosio se casó con Demetria Chamorro Corbacho teniendo otra hija juntos. El autor, roto de dolor por la muerte de su hija, escribe algunos poemas para ella, y muchas dedicatorias en otros libros. Rafael Sánchez Ferlosio pertenece a la llamada generación del “50” denominado así por todos aquellos escritores nacidos en los años 20 y que comienzan a publicar sus obras en los años 50. Fue miembro del Círculo Lingüístico de Madrid, junto a Agustín García Calvo, Isabel Llácer, Carlos Piera y Víctor Sánchez de Zavala. Asímismo, junto a autores como Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos, la propia Martín Gaite y Alfonso Sastre, fue fundador y colaborador de la revista literaria “Revista Española”. Estos autores tuvieron una fuerte influencia del llamado neorrealimo italiano, movimiento narrativo y cinematográfico de la primera mitad del siglo XX .Su obra es extensa: novelas, poesía y numerosos ensayos. De sus novelas destacamos “Industrias y andanzas de Alfanhuí”, de 1.951, “El Jarama”, de 1.955 que ganó el Premio Nadal de ese mismo año y “El testimonio de Yarfoz”,de 1.986; en cuanto a relatos: “Dientes, pólvora, febrero” (1.956); “Y el corazón caliente” (1.961); “El escudo de Jotán” (1.983) y “El geco. Cuentos y fragmentos” (2005). En cuanto a su obra ensayística y poética, esta es copiosa y se puede encontrar en publicaciones de sus obras completas en diversas editoriales. A lo largo de su trayectoria, Rafael Sánchez Ferlosio ha obtenido numerosos premios entre los que destacan el mencionado Premio Nadal de 1.955, el Premio Cervantes en 2004 y el Premio Nacional de las Letras Españolas en reconocimiento de toda su carrera profesional en el año 2009.
En “El Jarama” todo comienza con la descripción del río Jarama. A partir de ahí nos encontramos con una serie de personajes que se dejan ver por un bar, cuyo propietario, Mauricio, junto a otras personas como su esposa, el barbero, el chófer, el pastor, el carnicero y otros aparecen como representantes del pueblo. Por contra aparecen gentes que vienen de Madrid que van a pasar el domingo en el campo. La novela narra dieciséis horas en la vida de once jóvenes amigos, de excursión en las riberas del río, donde reposan, juegan o conversan y los habituales parroquianos del bar de Mauricio, donde beben, discuten o juegan a las cartas. Al acabar el día un acontecimiento inesperado, el descubrimiento de que una de las jóvenes del grupo se ahogó en el río, da a la descripción de la jornada una extraña sensación de tristeza por la pérdida de la amiga, que hubiera podido ser salvada, tal vez, si la amistad tuviese algún poder para evitar lo ya ocurrido. Esto da a la novela un giro imprevisto ya que el tono de una narración trivial donde nada importante parece suceder se convierte en un relato más serio que nada hacia prever.
Esta novela es de un realismo absoluto, ya que el narrador no se permite ninguna expansión sentimental o interpretativa ni sondeo alguno en la psicología de los personajes. El lenguaje coloquial de los diálogos está presidido por el máximo rigor. La novela es característica del realismo social que en los años 50 fue predominante en la literatura española y en gran parte de la literatura europea y mundial. Rafael Sánchez Ferlosio revela un profundo y minucioso conocimiento, tanto de la realidad física en donde se desarrolla la obra, como el espíritu de cuantos personajes aparecen en ella. A estas cualidades une un diálogo que tal vez sea el más eficaz y directo que ha producido la novela española en mucho tiempo. A la meticulosa observación de los hechos y personajes se une un gran encanto poético.
Para terminar, quisiera leerles un fragmento de un poema del autor, titulado “Vendrán más años malos y nos harán más ciegos”, que, en mi opinión, da idea de la gran calidad de su obra:
“ Si la cabeza cortada, que, como una piedra más, rueda hacia el mar por la empinada ladera pedregosa, acelerándose en rebotes cada vez más largos, pudiese, antes de ahogar su voz en el fragor y en la espuma de las olas que han de estrellarla contra el acantilado, gritar el nombre de la amada, no cabe duda de que lo gritaría, sin hacerse cuestión de la inutilidad de malgastar así su aliento postrimero”.