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Lope de Vega – Rimas de Tomé de Burguillos

12 mayo, 2022 - Poesía
Lope de Vega – Rimas de Tomé de Burguillos

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RIMAS HUMANAS Y DIVINAS DEL LICENCIADO TOMÉ DE BURGUILLOS
Lope de Vega (1562-1635)

Aparecidas en 1634, nueve meses antes de su fallecimiento, las Rimas de Burguillos son la última obra de Lope de Vega. El volumen reúne una serie de particularidades que lo hacen, ciertamente, singular. La primera, la referida a su autoría: Tomé de Burguillos, primer heterónimo de la Literatura en lengua española. Hay en Lope, que se presenta como mero editor de la obra, una clara voluntad de crear un ente humano independiente de él. Así, en el “Advertimiento al señor lector”, uno de los textos preliminares con que comienza la obra, el editor Lope nos dice que “no es persona supuesta, como muchos presumen, pues tantos aquí le conocieron y trataron”. Más adelante nos cuenta Lope que antes de marchar Burguillos a Italia, y ante el interés por sus escritos, consiguió que le mostrara su poema La Gatomaquia, y fue tal el entusiasmo que su lectura le suscitó que, ausente ya su autor, indagó entre sus amigos por ver de rescatar otras rimas de tan singular poeta. El libro que edita Lope (“sale a luz como si fuera expósito”, dice) es el resultado, pues, de dichos entusiasmo y rescate. No ahorra, además, en datos biográficos: se conocieron en la juventud, siendo estudiantes ambos en Salamanca, cursó Humanidades y dominaba varias lenguas, entre las que no se encontraba el griego, “que nunca quiso estudiar, porque decía que hacía más soberbios que doctos a muchos que apenas pasaban de sus principios”. Llamaba la atención por su desaliño en el vestir (“el deslucimiento de su vestido”) y pese a ser persona humilde y bienintencionada, padeció las inquinas de sus colegas y el menosprecio de los poderosos. Aunque todo esto le inclinara a la melancolía, siempre se mostró afable con los demás. Por lo demás, su dama, Juana, es auténtica, y no fingida como hacen muchos poetas, eso sí, apunta Lope, quizá fuese de tan alta cuna como la de los demás, pese a que nos la presente como lavandera, acaso por encubrirla. En fin, el gran pintor Ribalta lo retrató (de hecho, en interior del libro aparecía el supuesto retrato de Tomé de Burguillos).

Pero las singularidades de las Rimas no acaban en la heteronimia. Estamos ante un cancionero paródico dirigido a Juana (que es, en esencia, la parte que nosotros presentamos) pero sobre todo nos encontramos ante una sátira desengañada de la sociedad especialmente dirigida contra el poder: la riqueza, la justicia, la nobleza cortesana (sin faltar el mismo rey). Ahora bien, en raras ocasiones se llega al sarcasmo: lo habitual es un tono de fina ironía que, eso sí, no oculta la decepción de los años. Lope, que lo había sido todo en su juventud y madurez, se ve al final de su vida sibilinamente rechazado por los poderosos ante el escándalo de sus relaciones amorosas con Marta de Nevares, ya ordenado sacerdote. Un desengaño que impregna su visión distanciada del mundo y que, en cierto modo, vital como siempre fue, exorciza por medio de Tomé de Burguillos.

 


CARTEL - LOPE DE VEGA-cuadro

 

 

CRÉDITOS (Rima/voz/música):

Presentación / Fernando Alcaine / Jordi Savall (Folías de España)
1 / Elena Parra / Jordi Savall (Folías de España)
2 / Mingo España/ Jordi Savall (Folías de España)
3 / Néstor Barreto/ Jordi Savall (Folías de España)
4 / Manuel Alcaine/ Jordi Savall (Folías de España)
5 / Elena Parra/ Jordi Savall (Folías de España)
6 / Mingo España/ Jordi Savall (Folías de España)
7 / Lola Orti/ Jordi Savall (Folías de España)
8 / Néstor Barreto/ Jordi Savall (Folías de España)
9 / Manuel Alcaine/ Jordi Savall (Folías de España)
10 / Lola Orti/ Jordi Savall (Folías de España)
11 / Mingo España/ Jordi Savall (Folías de España)

 

 

 

1
Celebró de Amarilis la hermosura
Virgilio en su bucólica divina,
Propercio de su Cintia, y de Corina
Ovidio en oro, en rosa, en nieve pura;

Catulo de su Lesbia la escultura
a la inmortalidad pórfido inclina
Petrarca por el mundo peregrina,
constituyó de Laura la figura;

Yo, pues Amor me manda que presuma
de la humilde prisión de tus cabellos,
poeta montañés, con ruda pluma,

Juana, celebraré tus ojos bellos
que vale más de tu jabón la espuma
que todas ellas, y que todos ellos.

 

2
Bien puedo yo pintar una hermosura,
y de otras cinco retratar a Elena,
pues a Filis también, siendo morena,
ángel Lope llamó de nieve pura.

Bien puedo yo fingir una escultura,
que disculpe mi amor, y en dulce vena
convertir a Filene en Filomena
brillando claros en la sombra escura.

Mas puede ser que algún letor extrañe
estas musas de Amor hiperboleas,
y viéndola después se desengañe.

Pues si ha de hallar algunas partes feas,
Juana, no quiera Dios que a nadie engañe,
basta que para mí tan linda seas.

 

3

Espíritus sanguíneos vaporosos
suben del corazón. a la cabeza,
y, saliendo a los ojos, su pureza
pasan a los que miran, amorosos.

El corazón, opuesto, los fogosos
rayos sintiendo en la sutil belleza,
como de ajena son naturaleza,
inquiétase en ardores congojosos.

Esos puros espíritus que envía
tu corazón al mío, por extraños
me inquietan, como cosa que no es mía.

Mira, Juana, qué amor; mira qué engaños;
pues hablo en natural filosofía
a quien me escucha jabonando paños.

 

4
Juana, mi amor me tiene en tal estado,
que no os puedo mirar, cuando no os veo;
ni escribo ni manduco ni paseo,
entretanto que duermo sin cuidado.

Por no tener dineros no he comprado
(¡oh Amor cruel!) ni manta, ni manteo;
tan vivo me derrienga mi deseo
en la concha de Venus amarrado.

De Garcilaso es este verso Juana:
todos hurtan, paciencia, yo os le ofrezco
Mas volviendo a mi amor, dulce tirana,

tanto en morir y en esperar merezco,
que siento más el verme sin sotana,
que cuanto fiero mal por vos padezco.

5
Hermoso desaliño, en quien se fía
cuanto después abrasa y enamora,
cual suele amanecer turbada aurora,
para matar de sol al mediodía.

Solimán natural, que desconfía
el resplandor con que los cielos dora;
dejad la arquilla, no os toquéis señora,
tóquese la vejez de vuestra tía.

Mejor luce el jazrnín, mejor la rosa
por el revuelto pelo en la nevada
coluna de marfil, garganta hermosa.

Para la noche estáis mejor tocada:
que no anocheceréis tan aliñosa
como hoy amanecéis desaliñada.

6
Tomé la pluma, Fabio, al gallicinio,
pasada la intempesta nocturnancia,
y no para buscar pueblos en Francia
que no tengo historiógrafo desinio.

Y haciendo de las cosas escrutinio
deste mundo visible mi ignorancia,
en todo hallé disgusto y repugnancia
con tanto descompuesto latrocinio.

Intenté comenzar por desengaños,
del mar de nuestra vida breve espuma,
que a tantos necios consumió los años;

pero al mirar la inumerable suma
de inve[n]ciones, de máquinas, de engaños,
dejé los libros y arrojé la pluma.

7
Muérome por llamar Juanilla a Juana,
que son de tierno amor afectos vivos,
y la cruel, con ojos fugitivos,
hace papel de yegua galiciana.

Pues, Juana, agora que eres flor temprana
admite los requiebros primitivos;
porque no vienen bien diminutivos
después que una persona se avellana.

Para advertir tu condición extraña,
más de alguna Juanaza de la villa
del engaño en que estás te desengaña.

Créeme, Juana, y llámate Juanilla;
mira que la mejor parte de España,
pudiendo Casta, se llamó Castilla.

8
Señor Lope, este mundo todo es temas,
cuantos en él son fratres son orates;
mis Musas andarán con alpargates,
que los coturnos son para supremas.

Gasten espliegos, gasten alhucemas,
perfúmenlas con ámbar los magnates;
mi humor escriba siempre disparates,
y buen provecho os hagan los poemas.

Merlín Cocayo vio que no podía
de los latinos ser el siempre Augusto,
y escribió macarrónica poesía.

Lo mismo intento, no toméis disgusto:
que Juana no estudió Filosofía,
y no hay Mecenas como el propio gusto.

 

9
O sean justos, Fabio, o sean injustos,
celos han de tener dos voluntades;
si justos, por temor de las verdades,
y por el susto cuando no son justos.

Si celos suelen excusar disgustos,
mejor es no tener seguridades,
que como son los gustos novedades,
no hay que fiar a novedades gustos.

Siempre quien ama ha de tener recelos,
no ha de vivir la voluntad segura,
aunque ventura igual le den los cielos.

Amar y no celar no fue cordura,
porque tener un hombre amor sin celos,
más parece inorancia que ventura.

 

10
Abría el sol, dejando el alba a solas,
con manos de oro la oriental ventana,
y en el primero albor de la mañana,
trinaban filomenas y tortolas.

Cuando cantando jácaras y andolas,
calva una piedra, acicalaba Juana,
dando a los campos más jazmín, más grana,
más risa al río y más nevadas olas.

Aunque decir que entonces florecieron,
y por ella cantaron ruiseñores,
será mentira, porque no lo hicieron.

Pero es verdad que, en viendo sus colores,
a mí me pareció que se rieron
selvas, aves, cristal, campos y flores.

 

11
Don Juan, no se le dar a un hombre nada
de cuanto va ni viene, es cuerdo efeto:
que toda la quietud del que es discreto
en sólo este aforismo está fundada.

¿Qué gobierno, qué ejército, qué armada
corre por vuestra cuenta? Lo perfeto
es el descuido y el tener secreto
cuanto da pesadumbre y cuanto enfada.

Nunca os halléis en juntas ni en corrillos,
que es cuerdo de las bestias el rodeo,
ni en estas ruedas de amolar cuchillos.

Haced de la virtud secreto empleo;
que yo, en mi pobre hogar, con dos librillos,
ni murmuro, ni temo, ni deseo.

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