yo que voy a lo sutil y a la unidad
me oriento para despertar al alma
para estar en alma para vivirme alma
para dar alma y darme alma
ofrezco la tierra de mi cuerpo
de mis metales y minerales
“a mí mismo a mis muertos
antepasados y a las entidades”
para retornar a la unidad originaria
en el ciclo de la tierra
ofrezco los líquidos de mi cuerpo
para retornar a la unidad originaria
en el ciclo de los líquidos
ofrezco el aire de mi cuerpo
para retornar a la unidad
en el ciclo del aire
ofrezco el calor de mi cuerpo
para retornar a la unidad
en el ciclo del fuego
para beneficio propio de todos y de todo
estoy en agradecimiento
(100 poemas para abrirme al alma
RECITACIÓN 14)
Es la voz de José Antonio de Marco, una de las muchas recitaciones que nos dejó en su espacio “Nueva Consciencia”. José Antonio murió de un infarto el pasado domingo, en Angües. El trance fue rápido, murió totalmente consciente, con la entereza y lucidez que siempre tuvo en vida, acompañado de Herminia, su compañera –también colaboradora de este programa –, de sus dos hijos y de su cuñado, José María Ballestín. Nadie más pudimos acompañarle. Se ha marchado sin hacer ruido, con toda naturalidad.
Nos unimos al dolor de ellos y al de todos sus amigos.
En un momento complicado, en el que nos estábamos adaptando a nuevas formas de producir y emitir nuestro programa, como consecuencia de la alerta sanitaria que vivimos, este hachazo nos ha dejado tocados, pero la vida sigue y nos queda el consuelo y la certeza de que él estaba preparado para esta despedida. Para qué no estaba preparado José Antonio, me pregunto.
En ese sentido, María Pescador que ha colaborado estrechamente con José Antonio en la redacción y edición de sus libros, también en nuestro programa, nos recordaba otros de sus versos, dicen:
“Cuando deje el respiro
Me voy en el mar del no tiempo”
Herminia nos decía que momentos antes de morir le dijo: “dejo las dualidades y me sumerjo en la eternidad”.
También nos quedarán para siempre sus lúcidas reflexiones, el recuerdo de su bonhomía, de su humor, de su paciente escucha, de la paz que irradiaba…
Escuchamos música de Tinariwen, de la tribu Tuareg de la que nos hablaba y que conoció bien en sus largas estancias en el desierto, como antropólogo. En fin, nunca te olvidaremos José Antonio, nunca.
4 pensamientos sobre “José Antonio de Marco. Retorno a la unidad”
Yo veía a José Antonio con frecuencia, cada 2-3 meses o así, en Angues. Le mandé un mensaje y no me contestó. Lo presentí antes incluso de enviarle el mensaje. No sabes cuánto lo siento. Me quedo, de algún modo, huérfano. Un abrazo fuerte!!!
Gracias por tus palabras, luis. Todos los que hacemos «Siéntelo con oído» compartimos tu sentimiento de orfandad. Cuidate mucho y recibe otro abrazo.
Gracias.
Conocí a josé Antonio de Marco en unas convivencias en Alcanar, En La Casa Del Sol. Mi agenda está llena de sus sabias citas que suelo releer. Gracias, José Antonio.