El Pirineo no se vende. El Pirineo se defiende. Canal Roya Parque Natural
Hace un par de semanas me fui al Pirineo. Tenía pendiente revisar los restos de uno suelo empedrado que había encontrado el año pasado en Planillo, en el solar que ocupaba la antigua sacristía de la iglesia ahora abierto al cielo sin más protección que dos muros ruinosos.
Llegué una tarde de miércoles sin nubes y de temperatura tibia y cálida. La primavera ha sido muy lluviosa por aquí y los campos que rodean la carreterita que une Fiscal con Jánovas bullían de color. La brisa se colaba entre las copas de los árboles mientras caminaba entre el sol, la sombra y las curvas escuchando a Tony K por un camino que ya he hecho mío, abierto a praderas y pastos. Una vez más, como siempre que paseo por aquí, estoy alerta para no perderme nada, y acabo conteniendo la respiración ante el respeto y la admiración que me producen lo que veo.
Cuando pasé por el desvío que lleva hasta la casa de Tom salía él a pasear a los caballos. Iba con tres, ya que en este momento no tiene más en su cuadra-hospital. Jara y Tavira son dos de ellos, el tercero es una yegua muy mayor y muy despeluchada que casi se va arrastrando. Nos vamos haciendo compañía un rato hasta que llegamos al arroyo de San Juste, un manantial que llega desde lo alto, de las pardinas del Villar. Tom dice que es agua sanadora y que sus caballos la buscan. Vamos hablando cuando aparece un grupo de personas frente a nosotros; van acaloradas y cansadas, pero contentas. Delante de ellas, una pancarta con el lema “No a Canal Roya”.
Van a casa de Francisco, un jienense que vive en San Juste desde que se jubiló hace unos años. Se refrescarán y tomarán unos vinos y algo de queso. Se paran, hablamos un rato y se hacen fotos con los caballos y con Tom. Tavira es un caballo imponente que fue modificado genéticamente para las carreras y después lo abandonaron, hasta que Tom lo encontró y le dio un hogar. En un mal español nos va contando la vida de Tavira y nos muestra los tendones cortos de su cuello y otras alteraciones. Se la ve muy feliz en estas praderas del Ara con Tom, va mordisqueando hierbas y flores después de haber bebido el agua sanadora del arroyo.
Los de la marcha de protesta por la invasión y la destrucción de Canal Roya vienen desde Aínsa, hoy ha sido su quinta jornada, la más larga desde que salieron de Huesca hace cinco días. Mañana llegarán a Sabiñánigo, y después seguirán camino hasta Jaca y Canfranc, donde el domingo se internarán hasta el maravilloso corredor rojizo de la Canal Roya y está prevista una gran concentración de protesta ante el destrozo de este territorio que Martínez de Pisón calificaría como “santuario”.
Acabamos cenando juntos y decido unirme a la marcha al día siguiente. Saldremos de Fiscal y llegaremos a Sabiñánigo sin pisar la carretera. Bueno, la tocaremos momentáneamente, unos 50 m. Chusé, una especie de sherpa pirenaico sonriente, es el guía, el ángel custodio. Lleva varias semanas reconociendo, limpiando, desbrozando y acondicionando los caminos que todos recorreremos después. Su compañía, como la del resto de las personas que iniciaron esta marcha en Huesca o las que se han ido uniendo a ella día a día, es un regalo.
Escuchad la crónica y la breve entrevista a José Luis Martínez el Negro, representante de la Plataforma de las Montañas de Aragón, que junto a Ecologistas en Acción, son quienes organizaron esta caminata reivindicativa.
Junto a ellos, y con tantos otros, gritamos desde aquí: “El Pirineo no se vende. El Pirineo se defiende. Canal Roya Parque Natural”.