Trafulla Teatro presenta una selección de poemas, realizada un poco al azar de entre sus ya numerosos poemarios publicados. La poesía de este madrileño (1961) está forjada en el ambiente granadino de la otra sentimentalidad, se caracteriza por su brillantez ingeniosa, su carácter narrativo y el gusto por la enumeración culturalista, la reflexión metapoética, la denuncia ecológica y política, también por los homenajes a sus poetas y músicos queridos. Él se confiesa influido por autores como Rafael Alberti, T.S. Eliot, Neruda o Bob Dylan. Añadir que, como novelista, es el creador, entre otros muchos personajes, de Juan Urbano, el detective privado que protagoniza su exitosa serie de novela negra. Benjamín Prado vive muy conectado a la realidad, de hecho colabora como columnista en InfoLibre y como tertuliano en TV, dejando siempre prueba de su lucidez y compromiso con sus ideas. En fin, un tipo que nos encanta. No os perdáis la grabación de estos poemas porque de verdad merecen la pena.
CRÉDITOS (Poema/Voz/Música):
1) 4 de octubre en Landmark Hotel / Mingo España / Perfect day (Lou Reed)
2) Una noche te dije / Lola Orti / Perfect day (Lou Reed)
3) En el camino / Ika Ventura / Perfect day (Lou Reed)
4) Doble o nada / José Luis Hernández / Just like a woman (Bob Dylan)
5) Frío como el infierno / María José Sampietro / Gloria (Patti Smith)
6) Conduciendo bajo la lluvia / Lola Orti / Gloria (Patti Smith)
7) Tú ya me entiendes / María José Sampietro / Gloria (Patti Smith)
8) Ecuador / Lola Orti / Mr. Tambourine man (Bob Dylan)
9) Libro de familia / José Luis Hernández / Mr. Tambourine man-Lay Lady Lay (Bob Dylan)
10) Nunca es tarde / Mingo España / Lay Lady Lay (Bob Dylan)
11) El día en que deje de quererte / Manuel Alcaine / I want you (Bob Dylan)
Selección poemas:
1) – 4 DE OCTUBRE EN LANDMARK HOTEL – Cobijo contra la tormenta-1995
-Si es un sueño no quiero que nada me despierte
-decías con El ángel que nos mira en la mano
y corriendo bajo la lluvia- decías
la tormenta es un tigre,
el tigre tiene un movimiento de árbol
que va entrando en la noche.
Bajo la lluvia,
a solas con tu vida entre cielos e infiernos,
entre nada ya es suficiente y demasiado no basta,
mirabas caer la oscuridad en los parques
-como un sonido de campanas sobre el agua-
y decías una canción es sólo
la forma de salir de un callejón sin salida,
mirabas la oscuridad,
con tu corazón perseguido por los leones,
con tus plumas azules y tus sortijas árabes.
20 años después, mientras me hablas
de pequeñas ciudades -me pregunto
si un recuerdo es algo que conservamos
o algo que hemos perdido-, de pequeñas ciudades junto al mar,
yo comprendo que sólo fuiste un sueño. Y como dice
Delmore Schwartz en una canción de Lou Reed,
en nuestros sueños comienzan nuestras responsabilidades.
La última playa es fría y tiene una luz extraña,
una luz blanca hecha de pájaros caídos.
20 años después, desde este mundo
de las cosas tal como son, tenemos
nuestras propias preguntas. y respuestas
que huyen de tu nombre
como animales asustados por un trueno.
El sueño es dulce, sientes
grandes ruedas de fuego en el calor del día.
y Lou Reed también dice
que si cierras la puerta
tal vez la noche dure para siempre.
2) – UNA NOCHE TE DIJE
-Una noche te dije: -Quien no tiene secretos
nunca tendrá piedad.
Llovía, pero abriste una ventana.
La tormenta era azul dentro del bosque.
La mancha roja de las rosas
se extendía
por el corazón de los jardines.
y el mundo era un mundo de otra época:
como la vez que estábamos en una casa abandonada
viendo un incendio antiguo.
3) – EN EL CAMINO – Un caso sencillo – 1982
Han pasado diez años y es un día de invierno.
Tú caminas por las avellanedas.
y vas junto a esos sauces amarillos que avanzan
por los ríos con luna.
No será como ahora, no tendrás veinte años;
la nieve irá acercándose a tu casa
y el aire verde moverá en tus ojos
sus bosques de cristal y de silencio.
Recuérdalo, hubo un río.
Los árboles vivían
en el imán del agua.
Por la noche, escuchábamos gotear en las sombras
la canción de los búhos.
Y, luego, la corriente se llevó nuestras caras.
No sabemos a dónde. No sabemos por qué.
Aún estamos aquí.
Pero, de pronto,
han pasado diez años
y tú y yo somos dos desconocidos.
4) – DOBLE O NADA – “Todos Nosotros”-1998
Un hombre q – ue se ríe es una fuente;
el que mira la lluvia
cae muy despacio encima de sí mismo.
La sombra de los árboles
pertenece a las olas.
El sabor del aceite se escucha en los mercados.
Eso es cierto
También es verdad que hay palabras
que suenan a lo lejos,
como el mar
que abandona en la playa los restos de la luna;
palabras construídas
con la luz de los bosques,
el metal del que está hecho el ruido de los trenes
Eso es cierto,
Y también: en los motores fríos
agoniza el león blanco de la mañana.
El olor de una rosa sube de las bodegas.
Del corazón del muerto escapan las palomas.
Todo es verdad.
Un río es del tamaño
Del hombre que se aleja de ese río.
La mujer es azul cuando ve las montañas.
El que pisa la nieve camina sobre el cielo.
Todo es cierto. Tú dices:
– Las campanas
convierten la ciudad en un barco perdido.
Y yo sé que eso es cierto.
Abro los ojos.
y tu ves un jardín;
miro la noche
y para ti estos versos
son esa noche.
Tú sabes que es verdad. Tú has venido a decirme:
– O lo aceptamos todo o es que todo es mentira.
5) – FRÍO COMO EL INFIERNO
Estamos en invierno y esto es Roma
y tú no estás.
Yo voy de un lado a otro
de tu nombre,
lo mismo
que un oso en una jaula;
marco un número;
pongo la radio, escucho una canción
de Patti Smith dar vueltas dentro de Patti Smith
igual que un gato en una lavadora.
Estamos en invierno y yo busco un cuchillo;
miro la calle;
pienso en Pasolini;
cojes una naranja con mi mano.
Y esto es Roma.
La nieve
convierte la ciudad en una parte del cielo,
ilumina la noche,
deja sobre las casas su ángel multiplicado.
Y tú no estás.
Yo cierro una ventana,
miro el televisor,
leo a Ungaretti,
pienso:
la distancia es azul,
yo soy lo único que hay entre tú y este frío.
Estamos en invierno y esta ciudad no es Roma
ni ninguna otra parte.
Miro atrás
y puedo verlo: acabas de apagar una lámpara;
has cerrado los ojos
y sueñas con un bosque;
de repente
alargas una mano,
buscas una manzana
que está en el otro lado de la mujer dormida…
Mientras,
yo odio este mundo frío como el infierno
y el cansancio que caza lentamente mis ojos;
odio al lobo que has puesto en la palabra noche
y la forma en que llenas la habitación vacía.
Odio lo que veré
desde hoy y para siempre: tus pisadas
en la nieve de Roma, donde nunca has estado.
6) – CONDUCIENDO BAJO LA LLUVIA
Conduciendo bajo la lluvia,
la luna es del color de los coches que pasan.
Atrás queda el pequeño
hotel de carretera junto a un bosque.
Conduciendo bajo la lluvia,
en los jardines públicos brillan ángeles fríos.
Atravesando calles
tranquilas,
soledad edificada.
Conduciendo de vuelta hacia nosotros mismos.
La última frontera es nuestro corazón.
7) – TÚ YA ME ENTIENDES – ‘Ya no es tarde’-2014
Las veces que no quiero formar parte de mí.
Las veces en que todo lo que piensas te engaña.
Las veces que te das por desaparecida.
Las veces que sería cualquiera menos yo.
Las veces en que muerdo la mano que me cura.
Las veces que seguirte es andar sobre el hielo.
Las veces que tu nombre da vueltas en mi anillo
como un tigre enjaulado.
Las veces que no somos quienes tú y yo creemos.
Las veces que el orgullo nos tiende una emboscada.
Las veces que brindamos para romper las copas.
Las veces en que acaba el cuento y gana el lobo.
Las veces en que hay sombras que te hablan al oído.
Las veces en que somos dos francotiradores.
Las veces que el dolor es lo que dijo Shakespeare:
la piedra en que se afila la venganza.
Las veces que preguntas de qué lado se esconde
lo que te hizo construir el muro.
Las veces en que olvido que tú serías única
si no fuera porque lo somos todos.
Tú ya me entiendes: sabes que esta guerra es mentira,
que no habrá derrotados,
que nadie va a caer:
sólo quiero vencerte
y después compartir mi victoria contigo.
8) – ECUADOR – Iceberg-2002
Hace falta la noche para ver las estrellas.
Igual que ayer, hoy busco -lo dijo Juan Ramón-
una verdad aún sin realidad;
busco en la tinta verde de todo lo que escribo
un planeta sin nombre o una jungla perdida.
Y hace falta la noche.
Yo me siento en las sombras,
prendo un fósforo,
tallo mis esmeraldas, construyo mis panales.
Todo es igual y todo es diferente.
La vida,
que fue un río,
es ahora un océano,
el pasado es la arena y el agua es el futuro.
Hace falta la noche.
Todo está en mí
lo mismo que un clavo en la madera:
cada paso en la nieve,
cada luz apagada,
cada piel encendida.
9) – LIBRO DE FAMILIA – ‘Ya no es tarde’-2014
Hoy que tú y yo
no somos todavía nosotros.
Hoy que aún
no está claro
qué busco
y dónde voy.
Hoy que esperas saber
lo único que importa
de alguien:
lo que nunca sería y lo que es.
Pregunta lo que quieras.
Te contaré mi historia,
día a día
y de principio a fin.
He aprendido a nadar en los libros de Conrad;
a huir en los poemas de Vallejo y Rimbaud.
Hablo cualquier idioma. Viví en todas las épocas.
Me llamaban Machado:
mi tumba está en Collioure.
Lo que sé de la muerte, me lo enseñó Quevedo.
Mi nombre es Anna Ajmátova;
mi nombre es Sylvia Plath.
He luchado con Frankenstein,
Drácula
y los franceses,
y naufragué con Gulliver y Robinson Crusoe.
Crucé a caballo América junto a Pablo Neruda.
Vine a España con Hemingway en la Guerra Civil.
He visto un hombre-lobo y una ballena blanca.
Compartí con Cervantes las mazmorras de Argel.
He jugado en la India con panteras que hablaban.
Vi en un bosque los tigres rojos de William Blake.
Dejé sobre la nieve pasos de hombre invisible.
He dormido en Comala, Oz y Nunca Jamás.
Viajé del Mississippi de Mark Twain hasta Ítaca,
la Isla del Tesoro,
la Esfinge de Gizeh…
He sido dios en Roma, héroe en Grecia y mendigo
en el Londres de Dickens y el Madrid de Galdós.
Mientras hablaba Góngora, existió Polifemo.
Borges puso en mis manos la esfera del Aleph.
He llevado en mi dedo el anillo de Tolkien.
Navegué siete mares al lado de Simbad.
Quise ser Isak Dinesen en las selvas de África;
en Moscú, Boris Pasternak y Lorca en Nueva York;
y un marinero rubio en brazos de Cernuda;
y el hombre que quisiera a Madame Bovary.
Si algo sé de la gente real, lo he aprendido
de Hamlet o Jane Eyre; Don Juan o Robin Hood;
Ligeia me dio el miedo; Ulises, la aventura;
Heathcliff me enseñó el odio; D’Artagnan, el valor.
En los versos de Alberti escuché a las sirenas.
Kafka me llevó a Praga, Victor Hugo a París.
He bajado al infierno con Dante, y con Ovidio
me he transformado en lluvia, en el eco, en laurel…
Sufro como Pavese; fumo al modo de Auden;
sonrío como Anne Sexton; bebo igual que Verlaine;
Rilke me hizo viajero y Paul Éluard de izquierdas;
Pessoa me ha enseñado a fingir que soy yo.
Ésa también ha sido mi familia,
como tú vas a serlo
de todos los que lean y no olviden
los poemas
que ahora
escribo
para ti.
10) – NUNCA ES TARDE – ‘Ya no es tarde’-2014
Nunca es tarde para empezar de cero,
para quemar los barcos,
para que alguien te diga:
-Yo sólo puedo estar contigo o contra mí.
Nunca es tarde para cortar la cuerda,
para volver a echar las campanas al vuelo,
para beber de ese agua que no ibas a beber.
Nunca es tarde para romper con todo,
para dejar de ser un hombre que no pueda
permitirse un pasado.
Y además
es tan fácil:
llega María, acaba el invierno, sale el sol,
la nieve llora lágrimas de gigante vencido
y de pronto la puerta no es un error del muro
y la calma no es cal viva en el alma
y mis llaves no cierran y abren una prisión.
Es así, tan sencillo de explicar: -Ya no es tarde,
y si antes escribía para poder vivir,
ahora
quiero vivir
para contarlo
11) – EL DÍA EN QUE DEJE DE QUERERTE – ‘Ya no es tarde’-2014
Sé que llegará el día en que deje de quererte.
Todo será tan rápido:
primero pensaré que la vida se acaba,
que nunca fui más lejos que al dejarte marchar;
después
vendrá el olvido.
Estos poemas
hablarán todavía de nosotros
pero de tí y de mí, ya no, ya nunca más.
Cuando África amanezca cubierta por la nieve
y en los cuadros de Goya luzca el sol.
El día en que las águilas se vuelen de los dólares,
Pompeya se despierte
de su sueño a la sombra del volcán,
entonces,
sólo entonces
dejaré de quererte.
El día que no acabe a las doce de la noche.
El día en que el cielo de Marte cubra el cielo
o Raskolnikov salga de ‘Crimen y castigo’
a poner unas rosas
en la tumba de Dostoievsky,
entonces
todo habrá terminado,
no te voy a querer.
Pera hasta que eso ocurra,
sólo tú y yo
podríamos
separarme
de ti.