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Zaragoza te habla – La Puerta del Fin

25 octubre, 2019 - Zaragoza te habla
Zaragoza te habla – La Puerta del Fin

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En el programa de hoy vamos a recordar una de las antiguas y desaparecidas puertas menores de la ciudad, también denominadas trenques o postigos, en este caso la que fuera “Puerta del Fin”, desaparecida tras siglos de existencia en un espacio que fue radicalmente transformado hace unas décadas.
A la izquierda del templo de Santa María del Pilar y junto a la ribera del Ebro, la antigua muralla de piedra de la ciudad fue abierta tras la conquista cristiana, y se establecido un trenque de paso que a lo largo del tiempo recibió numerosos nombres: comenzó siendo el Postigo de Francoy, y luego sucesivamente de Montaner, de Ebro Viejo, del Señor de Ayerbe, de la Madera, y finalmente Puerta del Fin. Este último y definitivo nombre, hasta su desaparición, le fue dado en 1863, como una denominación que fue considerada “indiferente”, sin ninguna referencia especial a persona, evento o suceso remarcable. Hasta entonces era conocida como Postigo de la Madera, al que se llegaba desde la calleja de los Agustinos descalzos, así denominada por la impronta del cercano convento y colegio de esa Orden religiosa, en una zona donde tradicionalmente se concentraba un buen número de mesones, por la cercanía de la plaza del Pilar y por ser zona de acceso a la ciudad a través de las principales puertas de la Tripería y la de Toledo. Con la reforma del nomenclátor de 1863, esta calleja fue también redenominada del Fin, y aunque su nombre no pretendía referirse a nada en concreto, sí que parecía indicaba que con ella se llegaba al fin o final de la ciudad, accediendo a la ribera del Ebro.
A principios del siglo XIX, en el recoleto espacio exterior de esta puerta y en una zona que se extendía hasta la iglesia de San Juan de los Panetes, durante las fiestas del Pilar tenía lugar una feria de ganado, fundamentalmente de “caballerías” (mulos, mulas, caballos), donde se alcanzaba un importante nivel de transacciones de dinero y animales.
A finales de la década de los años 30, esta puerta y este espacio desaparecieron durante la radical intervención urbanística diseñada para configurar la moderna plaza del Pilar, que les dio fin. De esta forma, la calle y la Puerta del Fin dieron paso a una gran y compacta manzana en la que se construyeron los actuales edificios que allí perduran: la Hospedería del Pilar, la Casa del Cabildo, el Museo Catedralicio y el nuevo Colegio de los Infantes.

 

 

 

Paseo del Ebro c.1900 – Tener el Pilar a las espaldas, tras el Callejón del Retiro Alto, tampoco es mala cosa a la hora de capturar instantáneas en Zaragoza, en este caso, desde altura, y mirando hacia el Puente del Ferrocarril (al fondo). A la derecha, Macanaz-Ranillas, con un brazal de la acequia de Juslibol desaguando al Ebro. En el despejado Paseo, una unidad de la Línea de Circunvalación, a propulsión de sangre, dirigiéndose hacia la mitad de su periplo a lo Sísifo. Un jinete solitario completa el tráfico rodado en velocidad. A la izquierda, junto a la Puerta del Fin, un destacado concesionario de équidos, mulos, y carros, con alto y animado volumen comercial. Al otro lado de la calle del Fin, el entramado de calles que configura las traseras de la plaza de Huesca: Agustinos, de la Regla, de la Zuda, de las Flores… un espacio urbano complejo e irrepetible, con elementos desaparecidos, como el Colegio de los Agustinos Descalzos de San Nicolás de Tolentino, la iglesia de San Antón, el Hospital de San Juan de los Panetes… además de todas las casas donde los prostituidores desfogábanse a sus anchas, a cambio de unos dineros, en otro tipo de comercio de la carne. Superviven la reorientada, modificada y barroca torre e iglesia de San Juan de los Panetes, y el torreón de la Zuda, que sobresale tras la iglesia, por encima de vestigios de muralla romana. Fuente visual: AHPZ, Archivo Coyne, ca. 1900. Proyecto GAZA («Gran Archivo Zaragoza Antigua»), es un compendio de imágenes de la antigua Zaragoza (España), acompañadas de textos creados por José María Ballestín Miguel y la colaboración de Antonio Tausiet.

 

Calle del Fin años 30 – Acuarela de Ambrosio Ruste. Portada de la iglesia del antiguo Convento y colegio de San Nicolás de Tolentino de los Agustinos, situado en la calle del Fin, uno de los postigos abiertos en la antigua muralla romana, que anteriormente fue conocido como «Postigo de Montaner», y luego «de la madera», por el tráfago de este material desde la ribera del Ebro hacia el interior de la ciudad. Este colegio fue abierto en 1605, y tenía una pequeña iglesia que conectaba con el inmediato palacio de los Ayerbe, sus grandes financiadores. El colegio dio nombre («Agustinos») a la calle que desde la plaza del Pilar conducía a San Juan de los Panetes. Como todas las demás construcciones de la zona, fueran palacios, colegios, o sencillas viviendas, fue arrasado cuando la plaza del Pilar fue retro-evolucionada del barroco, al nacional-catolicismo. En la imagen, la sencilla portada de la iglesia del colegio-convento. Destaca el escudo nobiliario en altorrelieve del barón don Hugo de Urriés y su mujer, doña Beatriz de Cardona y Requesens, patrocinadores del colegio. Por la izquierda se accedía a la «puerta del Fin» que daba acceso al paseo de la ribera. Por la derecha, a la calle Agustinos. Fuente visual: Láminas de A. Ruste. Ayuntamiento de Zaragoza, 1977. Proyecto GAZA («Gran Archivo Zaragoza Antigua»), es un compendio de imágenes de la antigua Zaragoza (España), acompañadas de textos creados por José María Ballestín Miguel y la colaboración de Antonio Tausiet.

 

 

 

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