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La llegada de agua a través de la gran empresa ilustrada del Canal Imperial de Aragón, a finales del siglo XVIII, abrió una nueva etapa en la historia de la ciudad, y en lo que hoy denominamos barrio de San José, por su gran incidencia sobre la agricultura, la navegación y el comercio, y la industria.
Canal Imperial 1790
«Plano que manifiesta la situación del Canal Ymperial desde la Val de la Cartuja, y paso de ganados hasta la Casa de Paradas, sitio para las tres Ynclusas proyectadas segun la demarcacion hecha anteriormente», Félix Guitarte, Zaragoza, 20 de febrero de 1790.
Tramo del Canal Imperial de Aragón a la altura de la Cartuja Baja o de la Concepción (arriba).
Fuente: bibliotecavirtual.aragon.es/
Así, la tradicional acequia de las Adulas, y otras nuevas derivaciones de agua, supusieron la puesta en regadío de muchas nuevas hectáreas de cultivos en los términos del Plano, Rabalete, Miraflores, Cabaldós, y las Fuentes.
Además, y al objeto de garantizar la navegación por el Canal de mercancías, abastos, y personas, en 1796 fue inaugurado el gran puerto de Miraflores, con almacenes, fonda, casas de trabajadores, graneros, aduana, carpintería, caballería, herrería, carbonera, horno, y un lavadero público pronto denominado “la Balseta”. Fue entonces cuando se construyó en piedra el primer puente de América, y la iglesia de San Fernando, construida como parroquia de los trabajadores del Canal, tal vez el mejor ejemplo de arquitectura neoclásica de la ciudad.
Tres instalaciones fabriles fueron construidas entonces en la parte alta del camino de San José, aprovechando la energía del agua en descenso de la acequia del Plano: un molino harinero, un molino de aceite, y una fábrica de aguardiente. Más adelante, en la segunda mitad del siglo XIX, muchas industrias tendrían en esta zona su primera ubicación, para aprovechar el agua y energía proporcionadas por el Canal.
Sin embargo, la mala calidad del terreno, más allá de las esclusas de Valdegurriana, impidió completar el proyecto del Canal Imperial como vía de conexión entre el Cantábrico y el Mediterráneo, y el devenir de la historia ha convertido al Canal en un corredor verde urbano que, en la mayor parte de su trazado por el barrio de San José, sigue pendiente de ser realizado, y sin que la recuperación de su navegabilidad, siquiera en su versión recreativa, sea contemplada más allá de la propaganda preelectoral.
Proyecto GAZA (Gran Archivo Zaragoza Antigua)
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua
Canal Imperial 1899
«Promenade près de la ville», René Ancely,
Canal Imperial de Aragón, con las «casas de Salvador», y su rotundo torreón, luego Torre de Pina, al fondo. La imagen se ha capturado desde el antiguo y más elevado puente de América. A la izquierda, la denominada «playa de Torrero» (por el montecito de ese nombre), como lugar de paseo («promenade»), y el enorme complejo cuartelario de los Castillejos, donde estaba estacionado el regimiento «1º de Caballería» del ejército español. A la derecha, inmediata, apenas la sombra de la enorme dársena para reparación en seco de embarcaciones del antiguo puerto de Miraflores, y unas cercanas barcas.
Fuente: www.georgesancely.com/ – GAZA
Canal Imperial 1900 – Góndola Pignatelli
Tal vez la góndola «Sta. Cecilia» sea la más famosa de las que surcaron el Canal Imperial en el tránsito del XIX al XX, por su reconocible y característica proa en forma de cisne blanco que, tirada desde la orilla por caballerías, llevaba a los viajeros desde la playa de Torrero hasta la Quinta Julieta.
La Quinta de Julieta Sagols, arbolada, con cuevas artificiales, dos lagos para remar y una pequeña plaza de toros, era un turístico destino de la burguesía zaragozana del momento, que entonces se conformaba con merendar y pasar una buena tarde de domingo cerca del Cabezo Cortado. No como ahora.
Esta barca se guardaba en uno de los diques de Miraflores, también en la Playa de Torrero, entre el Puente de América y el actual de la prolongación de la Avenida S. José.
Existieron además otros barcos que hacían ese recorrido canalesco, con interiores aterciopelados y adamascados (en el interior), y sin apenas oleaje (en el exterior), como el «S. Fernando», «Nª Sª del Pilar», «Isabel II», «Sta. Engracia» y «D. Ramón Pignatelli».
En la imagen, la góndola «D. Ramón Pignatelli», arrastrada por un tiro de dos mulos conducido por un arriero, en uno de esos viajes, en este caso, de vuelta. La de la derecha es la ribera del «Camino de Sirga».
La navegación del Canal fue bastante anterior a la Expo 2008, en que se prometió recuperarla. Otra promesa incumplida, hasta la fecha. Ahora parece más trascendente el Bronce de Botorrita, del siglo I antes de la Era, que con poner un monumento gratis, ya está la foto garantizada.
Sin embargo, hay noches de invierno en que una espectral góndola parece recorrer el Canal hacia la Quinta Julieta, dejándose llevar por la corriente. Son cosas de la niebla. – GAZA
Canal Imperial 1900
Góndola «Sta. Cecilia» en un posado en el embarcadero de la Quinta Julieta Sagols, que queda a la izquierda. Al fondo, la pronunciada curva del Canal hacia la derecha para dirigirse al puente-acueducto del Barranco de la Muerte, por donde originalmente pasaba el Canal.
En la actualidad, unas biondas que quitan el miedo tratan de evitar que los coches caigan al Canal. Los peatones, mientras tanto, juegan a la pista (norte)americana para evitar ser atropellados.
En 2003 se desvió el Canal y se construyó una nueva estructura sobre el Tercer Cinturón más hacia la izquierda, por donde en la actualidad el Canal supera el barranco.
El cisne tallado en la proa, al modo y manera de las góndolas venecianas, aun abatido y un tanto taciturno, acabó por apropiarse con el nomenclátor de la embarcación, y la santa de la música, los poetas, y los ciegos, apenas es recordada. Aquí lo hacemos. – GAZA
Canal Imperial.1907
Fototipia del Canal Imperial editada como postal, capturada desde el nuevo puente de América, enfocando hacia el oeste, aguas arriba. A la derecha, la almenara de Santa Engracia. A la izquierda, la terminal para las grandes barcazas del transporte de mercancías. Al fondo, apenas un atisbo de la pasarela peatonal de Venecia.
Fuente visual: M. Arribas, AMZ.
Canal Imperial 1925
Imagen convertida en postal por Lucien Roisin, tomada desde la margen derecha del Canal Imperial, en el entorno de la acentuada curva que, hacia la derecha, lo conduce al largo y recto tramo del embarcadero de Venecia, y el puente de América. A la izquierda aparece parcialmente el chalet Buenavista y el camino que conduce al cabezo del mismo nombre, en el parque de Buenavista, antes de que el dictador Primo de Rivera lo inaugurara oficialmente. Al fondo, un descenso en pronunciada pendiente nos llevaría al camino viejo de Cuarte, al del Sábado, y a la acequia de las Adulas, o de San José. A la derecha, asoma la fachada de la harinera «La Imperial de Aragón», esquinera con el paseo de Ruiseñores. En el lugar escogido por Roisin para capturar esta fotografía, varias décadas después será construida una alta pasarela peatonal sobre el Canal para conectar con el barrio de Venecia, que subsiste.
Fuente visual: www.todocoleccion.net/ – GAZA
Canal Imperial 1925
Imagen parcial de la arbolada Playa de Torrero, desde el mirador a la izquierda del Puente de América. Al fondo, la «torre» de Pina.
Fuente visual: Archivo Público Municipal, F. Mesas. – GAZA
Esclusas de Casablanca 1933
«El Canal Imperial i el riu Huerva (Saragossa)»
El título (la fuente visual así lo cataloga) no se corresponde exactamente con la captura: se trata de una imagen parcial del complejo de las esclusas de Casablanca, donde se salva un importante desnivel del Canal Imperial, que «Eléctrica Reunidas» aprovechaba también para una «fábrica de electricidad» que allí tenía.
Muy cerca quedaba la carretera de Zaragoza a Valencia, y la línea de ferrocarril a Caminreal, con un andén junto a la Fuente de los Incrédulos. La carretera y el ferrocarril salvaban el Canal por medio de sendos puentes.
Los edificios del fondo, al otro lado del Canal Imperial, se corresponden con el convento y colegio de los Padres Pasionistas de Casablanca, que en 1928 allí se habían instalado, tras adecuar las previas instalaciones de lo que había sido una harinera, y luego dependencias militares. Entre diciembre de 1939 y junio de 1940, como forma de descongestionar la atestada cárcel de Torrero, fue reconvertido en «Prisión Habilitada de Casablanca», hasta que fue desalojado por la oposición de los PP. Pasionistas. En 1978 se culminó su derribo.
Fuente visual: Fotografía de Gonzalo Reparaz Ruiz (cartotecadigital.icc.cat/) – GAZA
Canal Imperial 1934
Foto Heraldo de Aragón.
«Revistió gran brillantez el homenaje a Pignatelli celebrado el domingo», El Noticiero (Zaragoza, 16-X-1934, p. 5).
El 14 de octubre tuvo lugar una gran fiesta náutica en la Playa de Torrero. Surcaron las aguas 9 barcazas decoradas con símbolos agrícolas, barrios de la ciudad y de pueblos ribereños del Canal, como «Alagón», «Bajo Aragón», «Rabal», «Lumpiaque»… Música, rondallas, jotas, flores, dos aeroplanos volando por los cielos…
Y todo dentro del programa de actos festivos en homenaje al gran impulsor de la obra del Canal Imperial, en el aniversario 200 de su natalicio. Otro acto fue el proyecto de realización de un monumento en su honor en el Hogar del mismo nombre, cuya primera y única piedra se colocó en estas fechas. – GAZA
Canal Imperial 1943
Foto: Marin Chivite.
Segunda travesía del Canal Imperial a nado, el 11 de octubre de 1943.
Fuente: Heraldo de Aragón. – GAZA
Esclusas de Valdegurriana 1949
Las antiguas «inclusas de Val de Gurriana» (por estar en la val, o barranco, de ese nombre) formaban parte de la inmensa obra civil del Canal Imperial acometida a finales del siglo XVIII con el propósito de proveer de agua suficiente a Zaragoza, y de permitir la navegación Cantábrico-Mediterráneo.
En este caso, cuatro kilómetros aguas abajo de la «Playa de Torrero», y para salvar los 13 metros de acentuado desnivel, sobre un terreno de muy mala calidad, se construyeron cuatro esclusas en piedra sillar maravillosamente tallada, y unas compuertas de paso. Junto a la primera esclusa se levantó la «Casa de Compuertas», o Almenara de San Bernardo, para regular el Contra-Canal y un riego de inmediatos campos de cultivo. Pero esta descomunal obra fue estéril en su propósito principal, pues la porosidad del terreno calcáreo, y las simas, hicieron del todo imposible continuar la obra tal y como estaba diseñada. Las siguientes esclusas construidas, las de Torrecilla de Valmadrid, tres kilómetros aguas abajo, quedaron así varadas entre la estepa, sin ver pasar gota de agua. Luego fueron depredadas de sillares, y maltratadas por la desidia, el abandono.
En la imagen, aspecto de la enormidad de la voluntad política y dineros públicos que fueron necesarios para levantar las esclusas de Valdegurriana. Toda una joya de la demediada Ilustración en Zaragoza, y jalón inexcusable para paseantes del Canal Imperial.
Fuente visual: fotografía de Mariano Lacruz Berdejo, amablemente aportada por Mariano Lacruz Pérez (Archivo Familia Lacruz Pérez). – GAZA
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Un pensamiento sobre “Zaragoza te habla. El Canal Imperial de Aragón”
Soy Fernando de fuentes de Ebro y. resido en Checa ,un ingeniero que dirigió las obras del Canal ;luego lo enviaron a Castellote (Teruel) a construir nuestro querido Pantano de Santolea .Se nombra el Platanero de Sombra ,el terror de las personas que tenemos alergia a su polen e nuestra delicada vista .Los días de Cierzo ,mejor pasar x calle Venecia pues si no,sales sano y retornas enfermo de la vista ..¡Cuanto echo a faltar mi Soto Aguilar en Fuentes .Enhorabuena x el reportaje!