Noveno y último capítulo de esta serie que esperamos poder continuar en próximas temporadas. «Paraíso crónico», la comedia de la gente corriente que, aun aceptando su insignificancia, no renuncia a intentar ser razonablemente feliz, a hallar su pequeño paraíso. Aunque, en verdad, no tengan a mano otro que el de la vida cotidiana con sus rutinas, sus obsesiones, sus despistes: un paraíso que se parece mucho a una enfermedad crónica.
Por otro lado, Paraíso crónico bien pudiera ser una apología de la vida vulgar no en tanto que isla de salvación adonde arriban los naufragios de la Historia, lo cual teñiría de melancolía a la obra, sino en tanto que remota provincia donde nacieron quienes serán grandes héroes, donde se iniciaron las acciones memorables, el oscuro lugar donde se concibieron los más nobles ideales.
Uno de los personajes, Nico, cuenta o presencia los hechos desde el mismo lugar en que suceden: la obra, pues, se presenta como una especie de crónica costumbrista en la que de manera constante se interpela a los oyentes cuya función podría recordar a la que desempeña el coro en la tragedia griega clásica, salvando años-luz de distancia.
Paraíso crónico cuenta, en fin, las minucias de una cotidianeidad en la que se ven atrapados los personajes y que constituye quizá la sustancia última de sus vidas, a medio camino entre lo patológico y la necesaria ilusión de la Belleza.
Estructura, duración, personajes:
• Planteamos nuestro proyecto en formato de serial radiofónico que, en principio, cuenta con nueve episodios de una duración media de 10 minutos cada uno. Dada la estructura dramática y expositivo-narrativa de los mismos no habría ningún problema en reducir su número o, si fuera preciso, aumentarlo.
• Intervienen cuatro personajes: Dos parejas de clase media, cuya edad podría estar en torno a los cuarenta años, que viven en el mismo rellano de una casa cualquiera, de una ciudad cualquiera de la España actual:
NICO: Es el personaje central de la comedia. O mejor: su punto de fuga. Esencialmente contemplativo, se ve obligado a actuar conforme a los dictados de una realidad que nunca o casi nunca propicia él, sino alguno de los otros tres personajes. Se trata en consecuencia de alguien muy poco seguro de sí mismo. Por otro lado, esa misma inseguridad impregna su función en tanto que cronista-narrador. En efecto, Nico hace de intermediario entre la realidad cotidiana que le toca vivir y nosotros, los oyentes. Ello se debe, sin duda, a su necesidad de encontrarle un sentido a su corriente vivir. Un sentido que queda más allá de su pequeño mundo diario y que él remite a unos imaginarios oyentes de la obra, conciencia de la misma y, también, según sospecha Nico en alguna ocasión, quienes manejan a su antojo los hilos de la trama. Es por eso Nico lo contrario de un narrador omnisciente. Como decimos, es el propio personaje quien remite la omnisciencia a un más allá: el de los oyentes, elemento esencial de la obra, auténtico quinto elemento invisible de la misma. O, como decíamos al principio, su punto de fuga.
ENCARNA: Pareja de Nico. Se presenta como algo caprichosa pero de mente ordenada y, sobre todo, buen corazón. Hay en ella un fondo de inocencia y de comprensión que la harían apta para desempeñarse como cronista-narradora. Pero ella no está dispuesta a perder el tiempo ni a perderse a sí misma.
ESMERALDA: Vecina. Nico mantiene con ella una relación de amor-odio. Por un lado, su descaro, su resolución, la confianza que tiene en su propia bondad, su pragmatismo, hacen de ella un personaje intimidatorio para nuestro protagonista. Por otro lado, no deja de ser atractiva fantasía de un Nico resolutivo, capaz, seguro, pleno. Es decir: de un Nico que tal vez pudo ser pero que no es y mucho nos tememos, nunca será.
JAVIER: Pareja de Esmeralda. En él el pragmatismo se lleva a extremos narcisistas. En mucha más medida que su pareja necesita de seres torpes, irresueltos, para mostrarles su generosa superioridad. Javier, como Esmeralda, necesita de admiradores. Ahora bien, también precisa tener todo planificado dentro de su mundo autosuficiente de pragmatismo manual: si surge algún imprevisto que lo coloca a merced de otros, suele atascarse, le cuesta salir del engrasado engranaje de su persona. Como a cualquiera, por lo demás, para regocijo de Nico quien no deja de sentir un cierto complejo de inferioridad ante su suficiencia.
Guion original de Fernando Alcaine
Reparto:
NICO: Manuel Alcaine
ENCARNA: Lola Orti
ESMERALDA: María José Sampietro
JAVIER: Carlos Sangüesa
Ilustración: Valentín Silva Bolea
Música: Les Primitifs du futur
Dirección y ambientación sonora: Manuel Alcaine