En nuestro programa número 35, Chus Sanjuan da vida con su voz a dos preciosos cuentos de Cortázar “Cuento sin moraleja” y “Camello declarado indeseable”, éste último es la historia de Guk, un camello que intenta infructuosamente cruzar la frontera en busca de una tierra mejor. Finalmente, Guk muere triste y solitario, olvidado por un inoperante y corrupto aparato administrativo… ¿Os suena…? Claro, la historia de Guk se repite tristemente una y otra vez. Ahora mismo, en nuestras mismas narices, tras el monotema catalán y el de las corruptelas de los sinvergüenzas que nos gobiernan, hay cientos de miles de refugiados esperando como Guk llegar a una tierra mejor, huyendo de la pobreza o de la guerra en sus lugares de origen, ante la actitud vergonzosamente insolidaria, por decirlo suavemente, de las autoridades de prácticamente todo el mundo.
Sabemos que nuestra voz y nuestras fuerzas son poca cosa, pero los que hacemos “Siéntelo con oído” queremos alzar nuestra denuncia de la única forma que sabemos y podemos: poniendo nuestra voz a un gran poeta. En este caso a Pablo Neruda y su precioso poema “El barco”. Un poema que a los españoles nos debería hacer recordar, pues hace 79 años éramos nosotros los refugiados. En 1939, recién finalizada nuestra guerra civil, más de medio millón de compatriotas nuestros, derrotados por los fascistas, se hacinaban en campos de concentración franceses, huyendo de las cárceles de Franco o, en muchos casos del pelotón de fusilamiento. Fue Pablo Neruda, el autor de este poema, por entonces Cónsul de Chile en España, quien logró el milagro de salvar a un buen número de españoles, en gran parte menores de edad, del hambre, de la intemperie y falta de higiene de los míseros barracones en los que fueron confinados por las autoridades francesas. Neruda, tras superar no pocas dificultades, consiguió fletar un viejo carguero francés, el Winnipeg, que fue adaptado de urgencia para acomodar a los más de 2200 refugiados españoles que partieron el 4 de agosto de 1939 del puerto fluvial de Pauillac, rumbo a Chile.
Han pasado casi 80 años desde que “El barco” de Neruda zarpó, pero su poema, además de conservar toda su belleza, sigue actual como si lo hubiese escrito hoy mismo. Por eso nunca deberíamos olvidar que todos somos pasajeros del Winnipeg.
PABLO NERUDA – «El barco»
Ambientación musical: The Cider House Rules (Rachel Portman)
Voz: Manuel Alcaine