Habíamos dejado al grupo saboreando las mieles del éxito de su Sgt. Pepper’s pero… este éxito abrió la caja de los truenos y ya nada fue igual. John andaba con su nueva pareja, la artista conceptual Yoko Ono, y Paul pronto rompería lazos con el pasado y se enamoraría de la fotógrafa Linda Eastman.
En 1968, tras el lanzamiento de su discográfica Appel, se habían convertido en un monstruo y antes de que este monstruo les devorara, quisieron recuperar sus propias identidades. Se reunieron para grabar, pero John y Paul ya no trabajaron juntos. Cada uno aportaba sus propias canciones (George hacía lo mismo) y las grababan como grupo, nada más. En este caldo de cultivo, nada propicio, se cocieron los últimos álbumes de la banda.
El primero, Magical Mystery Tour, que era la banda sonora de su próxima película, apareció como un doble EP de seis temas a principios de diciembre de 1967. En los Estados Unidos las seis canciones aparecieron en un LP titulado de la misma manera, en el que se incluyeron también los temas de sus últimos sencillos. Allmusic, que es una guía de referencia para los aficionados, decía que las canciones contenidas en el Magical Mystery Tour americano eran: « «enormes, gloriosas e innovadoras».
Pero amigos, no siempre se acierta y, aunque el álbum estableció un nuevo récord en sus primeras tres semanas de venta inicial en los Estados Unidos, la película, Magical Mystery Tour, dirigida básicamente por McCartney, les trajo la primera crítica negativa por parte de la prensa del Reino Unido, con artículos bastante duros. El Daily Express la calificó de «una indudable basura» y la describió como «una sucesión de imágenes sin editar mostrando a un grupo de gente subiendo y bajando de un autobús y viajando todo el tiempo». El Daily Mail la calificó como «un proyecto vanidoso», mientras que The Guardian la calificó como «una especie de juego de fantasía moral sobre la grosería, la calidez y la estupidez de la audiencia». Les fue tan rotundamente mal que fue cancelada en Estados Unidos.
Hay en este disco, en la edición americana, una canción editada también en sencillo sobre la que merece la pena detenerse, es Strawberry Field.
Strawberry Field era el nombre de un orfanato del Ejército de Salvación, muy cerca de la casa de John Lennon en Woolton, un suburbio de Liverpool. Lennon y sus amigos de la infancia solían jugar en el jardín arbolado que se encontraba detrás de la casa. Allí, en ese jardín, todos los veranos se celebraba un fiesta donde el niño Lennon se lo pasaba en grande escuchando la música de la banda del Ejercito de Salvación.
Él mismo dijo que esta canción refleja la nostalgia y el recuerdo de aquellos primeros años vividos en Liverpool. A pesar de que se está refiriendo a lugares reales, también se detectan fuertes connotaciones surrealistas y psicodélicas. El productor George Martin dijo que cuando escuchó por primera vez la canción, pensó en un «mundo de sueños brumoso e impresionista».
Para Lennon el periodo de tiempo en el que compuso la canción fue, por decirlo de alguna manera, complicado. A la controvertida frase «somos más populares que Jesucristo» y el desaire a Imelda Marcos, tenemos que añadir que el matrimonio de Lennon con Cynthia Powell estaba fallando y que había comenzado a consumir LSD de forma habitual.
Con todo, la canción es preciosa.
Entre tanto, apareció lo que sería el álbum The Beatles, un doble LP popularmente conocido como el White Album —Álbum Blanco— debido a su funda totalmente blanca. En contraposición a las anteriores fundas o cubiertas, el Álbum Blanco —publicado con el plus del diseño minimalista de Richard Hamilton— contrastaba con anteriores diseños de las cubiertas de estilo pop-art como los que realizaba Peter Blake. La inspiración creativa para este álbum llegó de la mano de su nuevo gurú Maharishi Mahesh Yogi. El caso es que el grupo participó en un «curso-guía» de tres meses de meditación transcendental que se convirtió en uno de sus períodos más creativos, produciendo allí un gran número de canciones, incluyendo la mayor parte de las treinta grabadas para el álbum. Pero pronto se cayeron del guindo: Ringo se marchó después de diez días de estancia allí, comparando aquel lugar con un campamento familiar de verano, y McCartney finalmente se aburrió con el comportamiento de sus compañeros en aquel lugar y se fue un mes después. A Lennon y Harrison les tuvieron que abrir los ojos gente de su entorno. Al constatar la manipulación a la que estaban siendo sometidos, Lennon quedó convencido y se fue abruptamente, llevándose a Harrison y al resto de la comitiva consigo. McCartney dijo: «Hemos cometido un error. Pensábamos que había algo más en el Maharishi de lo que realmente había».
Durante las sesiones de grabación para el álbum, que se extendieron desde fines de mayo hasta mediados de octubre de 1968, las diferencias y los desacuerdos comenzaron a dividirlos. Ringo los dejó por un tiempo, lo que hizo que siguiesen adelante con McCartney tocando la batería en varios temas. El romance de Lennon con la artista vanguardista Yoko Ono contribuyó a crearles tensiones, haciendo que Lennon perdiese el interés en escribir canciones con McCartney. Desobedeciendo el acuerdo que ellos mismos establecieron de no llevar parejas al estudio, Lennon insistió en llevar a Ono a todas las sesiones de grabación, situación que no le agradaba a Harrison. También era cada vez más despectivo con los aportes creativos de McCartney, al que empezó a identificar como «autor de música para abuelitas», calificando la canción «Ob-La-Di, Ob-La-Da» como «música-basura para abuelitas». Recordando las sesiones del White Album, Lennon ofreció un abreviado resumen de la historia que había vivido con sus compañeros a partir de ese momento, diciendo: «Es como si sacaras cada tema de ahí y lo convirtieras en todo mío y todo de Paul […] solamente yo con músicos de acompañamiento por un lado y Paul igualmente por otro; y me lo pasé bien. Entonces fue cuando nos disolvimos». McCartney también recordó que las sesiones marcaron los comienzos de la ruptura, diciendo: «Hasta ese momento, el mundo era un problema, pero nosotros no lo éramos», lo cual siempre había sido «la mejor cosa de The Beatles».
Publicado en noviembre, el White Album fue el primer álbum de The Beatles editado por Apple Records. El sello discográfico era una de las divisiones de la empresa Apple Corps, formada por el grupo a su regreso de la India.
El álbum tuvo más de dos millones de pedidos anticipados, vendiendo casi cuatro millones de copias en los Estados Unidos en poco más de un mes, y sus temas dominaron las listas de las emisoras de radio estadounidenses. A pesar de su popularidad, el doble álbum no tuvo, en los primeros días, una buena acogida. La crítica osciló entre la confusión y el desencanto. Finalmente, la opinión general de la crítica se decantó a favor del White Album, y en 2003 la revista Rolling Stone lo consideró el décimo mejor álbum de todos los tiempos.
Esta es una de las mejores aportaciones de Harrison al album.
Para ese entonces, el interés por las letras de The Beatles estaba tomando un aspecto más serio. Cuando la canción de Lennon «Revolution» se había publicado en un sencillo, como anticipo del White Album, su mensaje parecía claro: «libera tu mente» y «no cuentes conmigo» para cualquier conversación sobre la destrucción como medio para alcanzar un fin. En un año caracterizado por protestas estudiantiles que se extendían desde Varsovia hasta París y Chicago, la respuesta de la izquierda radical fue mordaz. Sin embargo, la versión de la canción en el White Album, «Revolution 1», añadía una palabra extra: «count me out… in» (traducible por: «no cuentes conmigo…, cuenta conmigo»), lo que implicaba un cambio de ideas desde la publicación del sencillo. De hecho, la cronología se había invertido: la ambigua versión del álbum se había grabado antes, pero algunos creyeron que The Beatles ahora decían que la violencia política podía ser, a pesar de todo, justificable.
El LP Yellow Submarine apareció finalmente en enero de 1969. Contenía sólo cuatro de sus canciones inéditas, junto a la pista del título, ya aparecida en Revolver; una canción editada en sencillo en 1967; y siete piezas instrumentales compuestas por George Martin e interpretadas con su orquestada. Debido a la escasez de música nueva que la agrupación proporcionaba, Allmusic sugirió que quizás el álbum «no fuese esencial», salvo por el tema «It’s All Too Much» de Harrison, «la joya de las nuevas canciones […] resplandecida por un mellotron envolvente, una percusión increíble, y un feedback de guitarra fastuoso […] una excursión virtuosa en la por otra parte confusa psicodelia reinante».
Aunque Let It Be fue el último álbum que lanzaron, la mayor parte de su contenido fue grabado antes de Abbey Road. Inicialmente llamado Get Back, Let It Be se originó de una idea que Martin atribuye a McCartney: preparar nuevo material e interpretarlo por primera vez en un concierto, grabarlo para un nuevo álbum y filmar sus sesiones de grabación. En este caso, mucho del contenido del disco vino del trabajo en estudio, muchas horas de las cuales fueron capturadas en película por el director Michael Lindsay-Hogg. Martin dijo que los ensayos y la grabación para el proyecto, que ocuparon gran parte de enero de 1969, «no fue en absoluto una experiencia feliz. Fue una época en la que las relaciones entre los miembros de The Beatles estaban en su punto más bajo». Agravado por las relaciones entre McCartney y Lennon, Harrison abandonó los ensayos durante una semana. Regresó con el teclista Billy Preston, que participó en los últimos diez días de las sesiones del álbum y que fue acreditado en el sencillo «Get Back», el único músico en recibir tal reconocimiento en una grabación oficial de The Beatles.
Pensando en la localización para realizar el concierto, a los miembros de la banda se les agotaron todas las ideas, rechazando, entre otros escenarios, un barco en el río Támesis, el desierto de Túnez y el Coliseo de Roma. Finalmente, acompañados por Preston, llevaron a cabo y filmaron la actuación en la azotea del edificio de Apple Corps en el 3 de Savile Row, Londres, el 30 de enero de 1969.
Pero había que hacer el disco. Martin se sorprendió cuando McCartney se puso en contacto con él y le pidió que produjera un nuevo álbum, ya que las sesiones de Get Back habían sido —según el productor— «una experiencia desagradable» y que había «pensado que era el final del camino para todos nosotros […] se habían convertido en personas desagradables – para ellos mismos como para las demás personas.» Las sesiones de grabación de Abbey Road se iniciaron a finales de febrero de 1969.
El 4 de julio, mientras iba progresando el trabajo en el álbum, apareció el primer sencillo de un miembro de The Beatles en solitario: «Give Peace a Chance» de Lennon, acompañado por la Plastic Ono Band.
El día que terminaron de grabar «I Want You (She’s So Heavy)», de Abbey Road, el 20 de agosto, fue la última vez que los cuatro Beatles estuvieron juntos en el mismo estudio. Lennon anunció su retirada de la formación el 20 de septiembre de 1969, pero se llegó a un acuerdo por el cual no se haría ningún anuncio público hasta que no se resolvieran algunos asuntos legales aún pendientes.
Lanzado seis días después de la declaración de Lennon, Abbey Road vendió cuatro millones de copias en dos meses y encabezó las listas del Reino Unido durante once semanas.
Su segundo corte, la balada «Something», se publicó también como sencillo, la primera y única composición de Harrison en aparecer como un lado A en los sencillos de The Beatles. Abbey Road recibió críticas muy variadas: Allmusic considera que es «un oportuno canto de cisne para el grupo» con «algunas de las mejores armonías que pueden ser oídas en cualquier disco de rock». Por otro lado, MacDonald, un importante crítico de la época, lo resaltó como «errático y, a menudo hueco»: «Si no hubiera sido por la aportación de McCartney, Abbey Road carecería de la semblanza de unidad y coherencia que hace que parezca mejor de lo que es». Martin lo colocó como su favorito entre todos los álbumes de The Beatles y Lennon dijo que era «competente», pero «no tenía vida en él», tildando a las aportaciones de Paul como más música de abuelas.
El 3 de enero de 1970 se grabó la última nueva canción de The Beatles, «I Me Mine», de Harrison, para el aún incompleto álbum Get Back. No había participado Lennon, que se encontraba entonces en Dinamarca. Para completar el álbum, ahora retitulado Let It Be, dieron las cintas de grabación de Get Back al productor estadounidense Phil Spector. Conocido por su característico muro de sonido, Spector había producido recientemente el sencillo en solitario de Lennon «Instant Karma!». Además de remezclar el material de Get Back, Spector editó, empalmó y sobregrabó varias de las pistas que The Beatles habían concebido como grabaciones «en vivo». McCartney estaba insatisfecho con el tratamiento que Spector le dio al material, y particularmente con la orquestación en «The Long and Winding Road», que involucró a un un coro y una orquesta de treinta y cuatro músicos. Por ello, intentó sin éxito detener el lanzamiento del álbum en la versión de Phil Spector. Finalmente, McCartney anunció públicamente la separación del grupo el 10 de abril de 1970, una semana antes de la publicación de su primer álbum en solitario.
El 8 de mayo se lanzó el álbum Let It Be, y la película documental del mismo título le siguió más tarde. En la ceremonia de los Premios Óscar del siguiente año ganaría el Óscar a la mejor banda sonora. Pero los Beatles ya no eran un éxito seguro. The Sunday Telegraph la calificó como «una película muy mala, pero tierna al mismo tiempo, sobre la ruptura de esta tranquila, perfecta, y a veces atemporal familia de compañeros». Let It Be es el único álbum de The Beatles que ha recibido reseñas negativas, incluso hostiles.
Paul McCartney presentó una demanda para la disolución de The Beatles el 31 de diciembre de 1970. Las disputas legales continuaron mucho tiempo después de la ruptura, y la disolución de la asociación no surtiría efecto hasta 1975.
Esta versión de Don’t let me down es la del concierto en la terraza.
Al final, cada uno de ellos recuperó su individualidad, y por primera vez en su vida, pudieron ser ellos mismos en lugar de ser un Beatle.
Y entonces, como si el manto mágico que siempre les había protegido se esfumase de golpe, descubrimos que John era un grosero que se compadecía de si mismo, que Paul era malicioso y transmitia tensión por donde pasaba, que George, con sus barbas y su postura de loto era un pedante redomado y un roñoso y que Ringo, que se bebía el Nilo, cantaba country sensiblero acodado en la barra.
Pero es que siempre habían intentado decírnoslo y, al final, no tuvimos más remedio que aceptarlo: solo eran cuatro seres humanos que hacían muy buena música.
Y esto, queridos oyentes, es el fin. The End, The Beatles.
Hasta aquí llegaron los Beatles y hasta aquí hemos llegado nosotros en el día de hoy. El final del mito dio paso a otros muchos músicos que, con el mismo genio, con el mismo talento, nos han proporcionado momentos musicales memorables y de los que nos ocuparemos. Eso si, ellos fueron los primeros.
Amigos oyentes, disfrutad de la semana lo máximo posible y el próximo día os espero a todos aquí, en vuestra casa, en Radio La Granja. Hasta entonces… Buenas vibraciones!!!