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Nada más que música – Rosendo / Leño

14 diciembre, 2023 - Música
Nada más que música – Rosendo / Leño

“Maneras de vivir”, una declaración de principios en toda regla escrita por un hombre honrado, Rosendo.
«Lo que quería expresar con ‘maneras de vivir’ es que nos sentíamos diferentes y nos gustaba sentirnos diferentes. Ésa es la idea. Por lo demás, no sé muy bien cómo se me ocurrió la frase, la verdad».

CARTEL NMQM-Leño-CUADRO
Cuando Rosendo se inició en esto del rock and roll tuvo que empezar desde cero. Obviamente ya había gente haciendo música, como los Burning, gente muy buena pero que seguían los dictados de otros músicos, anglosajones por lo general.
Rosendo recuerda: “Nosotros no podíamos decir en una canción “baby” o “nena”, porque no hablamos así. Teníamos que hablar como cualquier persona de nuestro barrio, de Carabanchel.
Y con ese fin, se enroló en Ñu, un grupo hecho a la imagen y semejanza de Jethro Tull, con flautista incluido, pero la cosa no funcionó y esta experiencia negativa fue la que movió a Rosendo a formar Leño. Y aquí sí, haciendo una música que nadie hacía en España en ese momento, con influencias de Black Sabbath y otros, y con letras en castellano, se inició el exitoso proyecto Leño.
El tren es una canción compuesta por Rosendo en la que habla sobre el LSD. Porque en aquella época circulaba por Madrid una partida de esta droga con el icono de un tren de color azul.

Rosendo Mercado, voz y guitarra, Tony Urbano, bajo y Ramiro Penas, batería grabaron su primer trabajo, Leño, en 1979. Hasta ese momento no se había escuchado en el rock español nada tan bestia. Eran canciones largas, buenas guitarras y letras sin un ápice de optimismo. En sus directos tocaban como si estuvieran en la guerra, con muy mala leche. Decía: “No nos consideramos artistas, nosotros somos unos trabajadores del rock.
A este trabajo le siguieron otros dos, “Más madera” en 1980 y “¡Corre, corre!” en 1982. La evolución de la banda hizo que sus canciones fueran más cortas pero su sonido ganó en agresividad. También grabaron un “En directo” en 1981 durante tres conciertos en la sala Carolina de Madrid con sus temas de siempre y algunas canciones nuevas. Y aquí se acabó todo. Seis años y cuatro discos y la certeza de que lo dejaron cuando estaban camino de sus gran momento.
“Que tire la toalla”, una canción dedicada amablemente a D. Adolfo Suárez.

En 2013 Kike Babas y Kike Turrón escribieron un libro en el que cuentan las andanzas del grupo: “Maneras de vivir: Leño y el origen de rock urbano”.
En él podemos leer acerca de su disolución: “Hay dos motivos. Aunque el grupo firmaba las canciones entre los tres, igual habría que haberlo hecho de la siguiente manera: un autor y dos arreglistas. Rosendo se da cuenta de que él solo se vale como autor, y a su carrerón posterior me remito. Y la segunda razón es que hay un desgaste personal. Era una época de una España muy salvaje. Y ellos son tres macarras de barrio dándolo todo, en todos los sentidos”.
Los enfrentamientos personales eran más frecuentes entre Rosendo y Ramiro. Como siempre, como en todos los grupos, aspectos musicales y económicos eran las causas de sus roces. Discutían constantemente y el estar todo el día en el local ensayando tampoco ayudaba. Pasado el tiempo, su relación se ha normalizado y, según palabras de Ramiro, “se llevan de maravilla”.
Aunque nadie recuerda muy bien, o nadie quiere acordarse, cual fue el último concierto de Leño, Ramiro cree que fue en un pueblo de Albacete. Llegaron allí y habían puesto el escenario sobre dos remolques agrícolas, el equipo estaba por el suelo porque los montadores no podían instalarlo en ese escenario tan cutre. “Bueno, pues ya no, en estas condiciones no podemos seguir”. Y así acabó todo.
De su álbum Leño, “El oportunista”.

Cuando la decisión de disolver el grupo ya estaba tomada, el grupo aceptó un último trabajo, acompañar a Miguel Rios en su gira “Rock de una noche de verano”, una gira que tenía visos de ser, como lo fue, la mayor gira del rock en España hasta ese momento. De junio a septiembre de 1983 dieron treinta y tres conciertos con audiencias que rondaban las 40.000 personas en algunos recintos. Leño nunca antes se había visto en algo parecido, acrobacias moteras a cargo de la compañía Los Bordini, rayos laser, fuegos artificiales, 60 mil vatios de sonido, 250 mil de iluminación y dinero. Según cuentan, cada uno de ellos ganó más de 1 millón de pesetas, pero ojo, en cuatro meses y en 1983. No estuvo mal. Los conciertos los abría Luz Casal, tras ella iban Leño y cerraba el concierto la estrella Miguel Rios.
Como recordareis, este concierto vino a Zaragoza, a la Romareda, el 30 de junio de 1983. Fue un éxito, lo puedo asegurar porque yo estaba allí, codo a codo con un porrón de gente.
Vamos con Leño, “Sodoma y chabola”

La carrera en solitario de Rosendo Mercado ya empezó con problemas, como no. Unos problemas burocráticos con su anterior compañía, retrasaron la salida de sus primer trabajo “Loco por incordiar”. A pesar de todos los inconvenientes, el disco fue un éxito y representó el momento álgido de su carrera.
Tras un buen número de discos y un sin fin de conciertos solo o en compañía de otros, el día 5 de marzo de 2018 Rosendo anunció que, al finalizar su gira de despedida, abandonaba los escenarios. Y así fue.
En el año 2000, la ciudad de Leganés, puso su nombre a una calle del municipio. En el acto, Rosendo declaró: “No puedo decir nada más que gracias. Estas cosas pasan solamente una vez en la vida, si pasan. Me siento avergonzado, orgulloso y contento, muy contento.” En algún otro momento le propusieron hacerle una estatua. “No gracias” dijo.
Con el nombre de la calle ya estaba lo suficientemente contento y agradecido.

El historial de Rosendo Mercado está limpio, sin mácula. No se le puede achacar un patinazo o una concesión. Nunca se plegó a nada. Podría haber manifestado alguna inclinación política que le diera más galas, pero no lo hizo. A lo único que se ha abrazado es a su Telecaster y eso la gente lo hemos percibido y agradecido siempre.
Decíamos al principio del programa que íbamos a hablar de un hombre honrado. Y así es, nunca ha sacado pecho en los momentos que podría haberlo hecho, que han sido muchos, siempre ha ido con la humildad por delante.
Él, al igual que sus compañeros, nunca han dejado de tener la conciencia de ser un obrero. A fin de cuentas, durante mucho tiempo tuvo que compaginar la guitarra con el trabajo manual. Esa conciencia de proletario no la perdió nunca. Seguro que por eso se jubiló a la edad de todos los trabajadores españoles, a los 65 años.
Flojos de pantalón, otro de sus éxitos más sonados, nos habla de una juerga de un garito de borrachuzos, del estado de ánimo de cada uno y de sus ansias de libertad.

Rosendo vive retirado del mundanal ruido en un pueblo de Burgos, aislado del mundo de la industria de la música, pero componiendo para su satisfacción personal. Dijo que se retiraba y lo hizo. Al contrario del arquetipo de artista que no sabe vivir sin los focos y nunca encuentra el momento de retirarse.
Ha habido varias ofertas millonarias para que el grupo volviera a los escenarios pero, por unanimidad, siempre han dicho que no. Al respecto Rosendo decía que: “Si hoy salimos al escenario, la estampa que daríamos sería lamentable. No quiero cargarme el recuerdo de la gente.”
La banda ha desaparecido sin ensuciar su reputación. La leyenda de Leño sigue viva.
Corre, corre.

Pues también nos vamos nosotros corriendo pero con un gran sabor de boca. Un gran tipo este Rosendo, integro y de fiar. Una estrella que nunca quiso serlo porque, él, solo quería tocar.
Hasta el próximo programa. Nos despedimos de todos vosotros con otra canción de Rosendo que le hace justicia: Sorprendente.

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