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Nada más que música – Pop español – III

26 octubre, 2018 - Música
Nada más que música – Pop español – III

Dejamos, el último día que tratamos la historia del Pop Español, la puerta abierta a uno de los grupos más interesantes de aquella época, Los Ángeles. Los Ángeles Azules, que así se llamaron en sus primeros años, comenzaron su trayectoria en 1963, alcanzaron sus mayores éxitos comerciales entre 1967 y 1971 con canciones como «98.6», Mañana, mañana, Créeme, Momentos, Mónica o Abre tu ventana.
La formación más estable estuvo integrada por Alfonso González Poncho, Carlos Álvarez, Agustín Rodríguez y Paco Quero.

 

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01 - Los Ángeles

 

Su primer éxito fue la adaptación del tema 98.6 del músico estadounidense Keith y que acabamos de escuchar. En aquellos años, lograron su mayor repercusión gracias a Mañana, mañana y versiones de éxitos internacionales como, ‘Dime, dime’, basada en la interpretación de American Breed, o ‘El silencio es oro ‘ (Silence is Golden) de The Tremeloes y, como era costumbre en la época, también hicieron su incursión en el mundo del cine quedando inmortalizados en los largometrajes Un, dos, tres al escondite inglés de Iván Zulueta y A 45 Revoluciones por Minuto de Pedro Lazaga.
La fama de su coro a cuatro voces les dio un sitio propio en el repertorio de la época. De su colaboración con Trabuchelli surgieron decenas de producciones. De entre todas ellas, Momentos y Mónica, conseguirían hacerles imprescindibles en el mercado hispanoamericano.

Durante 1968, Agustín, Carlos y Paco tuvieron que abandonar su militancia roquera por la mili, si, si, queridos niños, la mili. ¡Que cosas! Carlos se aprovechó de una serie de permisos ganados por la admiración que le profesaba un mando del cuartel, y continuó participando de la gira musical. Pero sus dos compañeros no disfrutaron de ese privilegio. Sus puestos fueron ocupados aquellos meses por los guitarristas/bajistas Santiago Martínez Villa-Señor y Pepe Robles. Este último firmaría algunas de las mejores piezas del grupo, como Créeme, considerada «una de las joyas ocultas del pop español», según escribió Salvador Domínguez en su compendio de la música pop española Bienvenido Mr. Rock, Los primeros grupos hispanos 1957-1975 .

En 1976, Poncho y José Luis fallecieron en un accidente de circulación que acabó, además, con la existencia del grupo.
A mediados de los años noventa, Agustín y Carlos decidieron unirse a Popi González, hijo del desaparecido Poncho, para recuperar al antiguo grupo, en homenaje permanente a un repertorio que recuerdan varias generaciones.
Pero la vida sigue y, el citado Robles, tras su paso por Los Ángeles, formaría otra de las bandas emblemáticas de esa etapa, Módulos.

 

02 - Los módulos

 

Como habéis podido comprobar, Módulos fue un grupo español de rock progresivo y sinfónico. Formado en Madrid en 1969, sus componentes originales eran Pepe Robles (guitarra y voz), Tomás Bohórquez (órgano hammond y piano), Juan Antonio García Reyzábal (batería) y Emilio Bueno (bajo).
Robles, metido en el ambiente musical de la época conoció al grupo Los Ángeles, en esos momentos uno de los más famosos, y logró hacerse con el puesto de bajista en sustitución de Agustín Rodríguez. Tanto su líder, Poncho, como Rafael Trabucchelli (que como veis estaba en todas las salsas) fueron tomando conciencia del talento que aquel joven atesoraba.
Robles, muy pendiente de lo que sucedía fuera con los grandes grupos del momento y otros menos conocidos, decidió alejarse de las corrientes musicales más extendidas en España, abandona Los Angeles y forma un nuevo grupo, Módulos, junto a Tomás Bohórquez, Emilio Bueno y J. A. García Reyzábal. Era el año 1969, un año destacado dentro del rock internacional.

Desde un primer momento, Módulos quiso perfilarse como un grupo diferente, algo que se vio reflejado en la búsqueda de profesionalidad. El secreto: ensayar 8 horas al día.
Buscaron rápidamente un buen representante (Tony Caravaca), y crearon en Madrid una oficina como centro de operaciones para tenerlo todo bajo control.
También supieron aprovechar la onda del pop de la época. Además de The Beatles, su gran referencia, se fijaron también en la música estadounidense, especialmente en The Young Rascals y los psicodélicos Vanilla Fudge.
Realidad, su primer álbum, contiene una de las baladas más destacadas del rock español, el número uno «Todo tiene su fin», que acabó con la norma de que las canciones comerciales tenían que rondar los tres minutos de duración. El álbum destaca por sus pasajes románticos y melancólicos, su cadencia, sus cambios de ritmo, la interacción de todos los instrumentos, los escalofríos que producen algunas notas del Hammond de Bohórquez y, en general, por esa sensación de que Módulos habían conseguido construir una contundente «muralla de sonido».

Aunque el éxito comercial de su canción estrella no volvió a repetirse a ese mismo nivel, Módulos se mantuvieron dentro de los grupos más destacados de la escena española, editando un álbum por año.
En 1971 fue el turno de su segundo álbum, Variaciones, en el que mantenían su estilo, aunque sin la tensión del álbum anterior. «Adiós al ayer», «Sólo tú» o «Quisiera conseguir» son algunas de sus canciones más destacadas.

Un año después aparece, como anticipo del álbum ”Plenitud”, el sencillo No quiero pensar en ese amor. Plenitud abandona la frescura de los dos anteriores trabajos, adentrándose cada vez más en el campo del rock sinfónico.

En 1973, Robles sufrió un accidente de coche que casi le cuesta la vida. Módulos siguieron funcionando con otros sustitutos, hasta recuperar a su cantante-guitarrista y grabar Módulos al año siguiente. Éste es un álbum que busca más la comercialidad que la experimentación. Su sencillo «Sólo palabras» recuerda a una mezcla del «Hey Jude» de The Beatles con «The boxer» de Simon and Garfunkel, pero se aleja definitivamente del tratamiento que acostumbraban a dar a sus temas.
Así las cosas, Reyzábal deja el grupo quizá por diferencias con Robles que ya provenían de cuando grabaron «Todo tiene su fin». Con Cánovas, acordaros de este nombre, a la batería, firman varias actuaciones en directo, todos ellos vistiendo como lo harían los miembros de Yes o Deep Purple, con túnicas y oropeles.
En 1978, graban para la modesta compañía Discos Mercurio un álbum homónimo, con mayor libertad compositiva, con nueva temática en las letras y algunos pasajes ciertamente experimentales. Tras algunas galas actuando con el nombre de TAO, Módulos comprobaron que su carrera no tendría ya mucha continuidad y se deshicieron en 1979.
Nos despedimos de los Modulos con adiós: Adiós al ayer

 

03 - Canovas, Rodrigo, Adolfo y Guzman

 

Y ahora volvemos sobre el señor que hemos señalado hace unos momentos: Juan Robles CANOVAS, batería en su momento del grupo de éxito Los Módulos. Bien pues este señor formó parte del grupo de culto por excelencia del pop español: Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, alias CRAG que nunca llegaron a dar un concierto de forma oficial, pero que “Señora azul”, su disco de debut de 1974, fue votado -en una encuesta de la revista Efe Eme- como la segunda mejor obra en la historia del pop nacional, sólo por debajo del mitificado primer LP de Veneno.

Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, también conocidos por sus siglas, CRAG, es un cuarteto español de música pop, intermitentemente en activo desde los años 1970, formado por los músicos Juan Robles Cánovas, Rodrigo García, Adolfo Rodríguez y José María Guzmán. Los cuatro juntos han publicado solamente tres elepés y, aunque en su momento no tuvieron prácticamente éxito, ni de público ni de crítica, con el tiempo han sido reivindicados por su música, sus letras y sus armonías vocales y han sido comparados con la banda estadounidense Crosby, Still, Nash and Young.

“Solo pienso en ti”, una bellísima canción.
Los cuatro componentes del grupo se unieron en 1974 provenientes de otras bandas que ya habían tenido éxito: Cánovas, como ya sabemos, había sido el batería de la banda de rock progresivo Módulos y del grupo Franklin; Rodrigo provenía de Los Pekenikes; Adolfo había sido vocalista y guitarrista de Los Íberos; y Guzmán, junto con Rodrigo y los hermanos José y Manuel Martín, habían pertenecido al grupo Solera, que el año anterior había grabado su único disco, llamado como el grupo, y del que luego hablaremos.
Pero ahora nos vamos a detener en una canción de este disco que en su momento causó un significativo revuelo por tratar, aunque de forma poética y con gran sensibilidad, el amor entre dos mujeres, algo que hoy nos puede parecer normal pero que en la época, irritaba las conciencias bienpensantes del régimen. Cosas que pasaban hace tiempo pero que no debemos olvidar, para que no se repitan.

Señora azul, que se ha convertido en el tema más conocido de CRAG, ha tenido varias interpretaciones. Según algunos era una crítica contra el franquismo y, más concretamente, contra la censura imperante en aquellos años, aunque los integrantes del grupo desmintieron este punto y señalaron que el tema estaba dedicado a los críticos musicales.
El disco apenas tuvo éxito en su época pero su influencia no ha hecho sino crecer con los años. La revista especializada Rockdelux lo situó en 2004 en el puesto número 11 entre «Los mejores 100 discos españoles del siglo XX».
Tras el fracaso comercial de su primer disco, los cuatro músicos trabajaron como banda de acompañamiento para la cantante Karina (amigos… hay que pagar las facturas) y sólo volvieron a grabar una década después, publicando en 1984 el álbum Queridos compañeros y, al año siguiente, CRAG 1985.
Dentro de escasísimas ocasiones en las que se les vio en directo, cabe destacar las actuaciones que los días 13 y 14 de diciembre de este año 1985 dieron en el Teatro del Mercado de Zaragoza y en el Teatro del Matadero de Huesca.

La precuela de este grupo debemos buscarla en otro de iguales características y, casi, componentes. Hablamos de Solera.

 

04 - Solera

 

Solera, grupo exquisito de mediados de los setenta, tuvo una vida efímera pero dejó un ramillete de temas que se cuentan entre lo más florido del pop español puro. Solo cuentan con un álbum y una de las canciones más destacadas es Linda prima, típica historia de enamorada que desoye su corazón y cae en los brazos del interés y la posición social de un burgués entrado en años dejando a su amante presa de un cruel resentimiento, de una pertinaz incomprensión.
Otra importante canción de este grupo es “Calles del viejo París”, una canción en la que se refleja la nostalgia por el tiempo pasado en el que, a lo peor, fuimos felices.

La música de Solera se caracteriza por unas armonías vocales muy cuidadas y de muy buen gusto, una base de folk y pop acústico realmente cálida y una excelente orquestación, obra del productor Rafael Trabucchelli, (otra vez) con el sello del llamado Sonido Torrelaguna, que era la calle de Madrid donde estaban los estudios de grabación del sello Hispavox.
A pesar de su calidad, el disco tuvo escaso éxito comercial lo que, unido a fuertes discrepancias musicales en el seno de la banda, provocó su disolución. Afortunadamente, las cuatro fantásticas voces de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán aún brindaron algunos momentos musicales realmente inolvidables

 

 

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