Hola, hola, yo soy Antonio Giménez y esto es… NADA MÁS QUE MÚSICA
El 25 de marzo de 1940 nació en Busto Arsizio, la Lombardia italiana, Mina Anna Mazzini, la que a la postre sería conocida mundialmente como La Tigresa de Cremona, o sea, Mina.
Actriz, productora y una de las intérpretes más influyentes de la música italiana en el siglo pasado.
Ha vendido más de 75 millones de discos y grabado más de 1500 canciones y el reconocimiento de su cálida voz es inapelable.
Sus inicios no fueron fáciles. Tuvo que patearse pequeños locales y algún garito haciendo versiones de los éxitos del momento, y aunque grabó algunos discos sencillos, la cosa parecía estancada y no pasaba de ahí pero… su aparición en un programa de jóvenes promesas de la RAI la catapultó hasta el Festival de San Remo en el que participó los años 1960 y 1961.
A partir de ese momento su carrera tomó altura, una altura de la que no se bajó nunca.
Vamos a escucharle cantando uno de sus muchos éxitos, “Amor mío”.
Justo cuando en 1962, su carrera empezaba a despegar, su primer embarazo se convirtió en un escándalo en la pacata Italia. ¡La cantante no estaba casada!. Este escandaloso acontecimiento hizo que la RAI la censurase durante un año, al término del cual no le quedó otro que aceptar su regreso a las pantallas debido a la presión popular.
Si las mentes “bien pensantes” pretendían condenar al ostracismo a La Tigresa, consiguieron el efecto contrario. Lejos de desaparecer, Mina volvió con aires renovados, un nuevo repertorio y una imagen transgresora, dejando patente que las mentes mojigatas no habían podido con ella.
Su carrera siguió imparable, tuvo una segunda hija, ahora sí casada con el periodista Virgilio Crocco pero en 1973 la desgracia se cebó con el matrimonio. Crocco murió al ser atropellado por un automóvil en EEUU.
“Citta’ vuota”, “Ciudad solitaria”, es una versión en italiano de la canción de Doc Pamus “It’s a alone town” que Mina publicó en 1963 y que fue éxito inmediato y que, precisamente, marcó su regreso a la televisión.
La desgracia produjo en la cantante una profunda depresión que le llevó a pensar seriamente en su retiro. Rechazó numerosas ofertas de TV, canceló todas sus giras, Sinatra le había propuesto un especial televisivo, y también se negó a conceder entrevistas. Ella, que había tenido buenas experiencias en el cine, rechazó ofertas de Fellini y de Copola que le había sugerido la posibilidad de participar en “El Padrino”. Ciertamente la cantante había quedado hecha polvo.
La canción que vamos a escuchar ahora bien podría haber sido una premonición.
“E se domani” “Y si mañana”, es una canción intimista en la que Mina plantea a su amado una hipótesis desafortunada. «Y si mañana te cansaras de mí, si te perdiera, ¿Qué haría? No puedo encontrar palabras que describan lo que sucedería porque lo que es suficiente para otras personas en mí no sería ni la sombra de la felicidad que habría perdido».
La canción es preciosa. “E se domani”.
En 1974 Mina presentó junto a Raffaella Carrá su último programa de TV y en 1978 dio su último concierto. Para entonces ya se había trasladado su residencia a Lugano buscando una vida más tranquila alejada del mundillo y del acoso de los paparazzi que no la dejaban vivir. No por eso dejó la música, de hecho el estudio de grabación que tenía en Milán lo trasladó a Suiza y desde allí siguió grabando.
Poco a poco, el retiro fue definitivo y su actividad se centró en su círculo familiar, los focos, los papparacis y los aplausos quedaron atrás. Solo algunas grabaciones realizadas en su estudio suizo satisfacen su amor por la música.
Mucho se ha especulado sobre las razones de su retiro. Ya sabemos que la imaginación del personal está desmelenada. Los bulos van desde que quería ocultar los estragos del envejecimiento hasta que se estaba quedando ciega. Los motivos solo los conoce ella y además, ¿a quién le importa?. Tenemos su voz. Una voz grande como pocas. “Grande, grande, grande”, un éxito internacional de Mina que de salida llegó al número 2 de las listas, justo detrás de “Imagine” de John Lennon.
Mina «Grande, grande, grande»
Pero esta canción no solo peleó con John Lennon, al que más adelante apeó del número uno, también es verdad que solo en Italia, si no que también lo hizo con ella misma. Otra canción suya pugnaba por los primeros puestos en las listas. “Parole, parole, parole”, cantada a dúo con el actor italiano Alberto Lupo. Un dialogo entre ambos en el que el hombre habla y habla, le regala los oídos y le llena de cumplidos pero ella responde que no le cree, que todo se reduce a “palabras, solo palabras”.
Mina es ciudadana suiza desde 1978 y vive apaciblemente retirada junto a su familia. Retirada exclusivamente de los focos porque desde su propio estudio helvético ha sacado al mercado un buen número de trabajos: recopilatorios, duetos e infinidad de colaboraciones, Centelleante, Serrat, Mónica Naranjo, Miguel Bosé, Tiziano Feerro o Alberto Lupo, especiales sobre Nápoles, la Navidad, The Beatles, una forma de seguir en contacto con la música pero sin exponerse al público. Durante una entrevista reciente manifestó: «Yo no nací para cantar. Nadie me cree cuando lo digo, pero si hay algo que no me apetece hacer es cantar. En público, quiero decir. Nunca me ha emocionado el aplauso. Me hice cantante porque a los 20 años yo era otra mujer. Hoy no lo volvería a hacer. Quizás elegiría otra actividad artística, pero una en la cual no tuviese que exhibirme. Es muy difícil vivir la propia vida desde un escenario. Dije que desaparecería y lo hice».
Bueno pues, para desdecirle, porque yo estoy con los que si creen que nació para cantar, vamos a escuchar tres opiniones al respecto:
– “Ella es la mejor cantante de raza blanca del planeta” (Firmado: Louis Armstrong)
– “Si no tuviera mi voz, querría tener la de una joven cantante italiana llamada Mina” (Firmado: Sarah Vaughan)
– “Mina es la más grande cantante que existe” (Firmado: Liza Minnelli)
Pues eso. Seguimos con su música. “Non credere”, un sencillo que Mina lanzó en 1969 y que muy pronto se convirtió en número uno en las listas italianas.
“No creer”
A lo largo de su carrera Mina ha hecho versiones de numerosos autores, por supuesto también hispanos. En todas ha dejado su sello personal de tal manera que, desde el primer compás, el oyente puede reconocer la canción y la voz.
Vamos a poder apreciarlo en la interpretación que Mina hace del famoso tango “Nostalgias”, escrito por Juan Carlos Cobián en 1935. La historia de esta canción nace a raíz de la muerte de Carlos Gardel. Un empresario teatral encargó al músico la creación de una obra teatral musical. “Nostalgias” es uno de los números de esta obra que se llamó “El cantor de tangos”.
En la recreación que Mina hacer de la canción el tango desaparece para dar paso a una preciosa balada. “Nostalgias”.
Aunque Mina no es una cantante de formación clásica, su rango vocal abarca cerca de tres octavas que, francamente, es mucho decir. De hecho, durante su retiro, grabó un LP con diversas arias de ópera, música que escuchaba en su casa de pequeña. Su repertorio abarca desde el jazz hasta la canción napolitana pasando por el pop o la ópera y lo que se ha dado en llamar “canción textual”, con algún mensaje.
Ella siempre ha sido una mujer de carácter, tremendamente independiente que no se ha dejado mangonear por nadie. Ya sabemos que creó su propia discográfica pero lo que no hemos dicho es que, en contra de lo habitual en la época, ella dio una especial importancia a las portadas de sus discos, dándoles una imagen novedosamente asombrosa.
Mina fue, es y será una gran diva, una extraordinaria cantante a la que seguiremos hasta que ella quiera.
Nos vamos a despedir por hoy no sin antes volver a escucharla. “Un anno d’amore”, una versión de la canción francesa “C’est irreparable”, escrita por Nino Ferrer en 1964. La versión de Mina es preciosa pero no lo es más que la que Luz Casal hizo para la película de Almodóvar. Bueno, podemos comparar.
Amigas, amigos, os dejo en buena compañía. Os espero a todos aquí, en Siéntelo con oído radio, para una nueva entrega de “Nada más que música”. Hasta entonces… ¡haced lo que podáis!.