¿Por qué una guerra en Oriente Medio iba a desestabilizar el mundo de la música? ¿Qué tenía que ver el problema entre Israel y el mundo árabe con la bonanza rockera del mundo occidental? Pues muy sencillo: en la industria discográfica todo dependía del petróleo y sus derivados. Cuando el 6 de octubre de 1973 se declaró la guerra del Yom Kippur, la cuarta guerra entre árabes e israelíes, y en seis días el ejército israelí ocupó el Sinai, los árabes reaccionaron cortando el grifo del petróleo para presionar a Occidente, situando al planeta en su primera gran crisis global desde el final de la segunda guerra mundial.
Uno de los segmentos de la industria que con más virulencia sufrió las consecuencias de esta crisis fue la discográfica: no había vinilo para los discos, también era difícil fabricar e imprimir las fundas de los discos, no se podían fabricar tampoco las cintas de los casetes, en fin… un caos.
Los nuevos artistas fueron los que más sufrieron las consecuencias de la escasez de materiales ya que las discográficas preferían, con el poco material del que disponían, grabar a figuras consagras que garantizaban un nivel de ventas determinado que grabar a artistas noveles que no les garantizaban nada.
Una de las primeras consecuencias de esta crisis en Inglaterra fue la segunda huida de sus músicos, como ya había sucedido unos años antes, a causa de los impuestos. Ya recordareis, el fisco se llevaba el 83% de las ganancias de un artista, hubiese editado un disco y hecho una gira ese año, o no. Uno de los primeros grupos en hacer las maletas fue Emerson, Lake and Palmer.
La diáspora fue general. No tardaron en seguirles gente de tanto peso como Led Zeppelin…
También lo hicieron los mismísimos The Rolling Stones…
Y el ínclito Rod Stewart
Y, bueno, otros muchos como Olivia Newton-John, los Bee Gees, Jethro Tull y tantos otros.
No obstante estas duras medidas fiscales sirvieron para que gente como Eric Clapton, que salía por entonces de una profunda crisis y problemas con las drogas, se pusiera las pilas y reapareciera a lo grande para no dejar ya su trono de mejor guitarra de rock. Lo hizo en un concierto en el Rainbow de Londres, el día 13 de enero de 1974, para festejar la entrada de Gran Bretaña en el Mercado Común Europeo. Ya puestos, podrían celebrar otro concierto para celebrar su salida. Como dice la canción… la vida te da sorpresas…
Vamos a escuchar un directo de ese concierto memorable. Se trata de una grabación remasterizada realizada en el 25 aniversario del evento. Eric Clapton.
Por estas fechas se produjeron regresos bastante sonados. Como, por ejemplo, el de Bob Dylan. Aunque nunca se demostró, pero que Dylan regresara a los escenarios y realizara su primera gira después de ocho años parece que pudo tener mucho que ver con la guerra del Yom Kippur. Dylan es judío.
La gira iniciada con la Band en enero de 1974 motivó que muchos argumentaran que lo hacía para recaudar fondos para la causa sionista. Sea como fuere, la vuelta de Dylan fue un hito en la historia de la música. De esta época es su famosa Forever Young
El otro regreso que teníamos preparado es nada más y nada menos que el de Elvis Presley, el 13 de enero, retransmitido desde Hawai, vía satélite a todo el mundo. Lo vieron 1.000 millones de personas. El planeta se hacía cada vez más pequeño. Esta es la grabación del directo del rey del rock. Así empezaba el programa.
Aloha from Hawaii
La semana pasada vimos como Queen se convertía en el grupo de referencia para muchas décadas, bueno pues, como artista individual más sorprendente del momento debemos destacar a un músico excepcional: Mike Oldfield
Michael Gordon Oldfield nacido en un pueblo cerca de Londres el 15 de mayo de 1953 es un músico, compositor, multiinstrumentista y productor, ganador de un Grammy en 1975 a la Mejor Composición Instrumental por el álbum Tubular Bells (1973).
Su hermana Sally y su hermano Terry también son músicos y trabajaron en algunos de los álbumes de Mike. Su hermano pequeño, David, tuvo síndrome de Down y falleció en la infancia.
El pequeño Mike empezó a componer a los 10 años y a publicar discos, junto a su hermana Sally, a los 15. A lo largo de su carrera ha trabajado con numerosas figuras, como Kevin Ayers o David Bedfors.
Pero fue en el año 1970 cuando empieza a dar cuerpo al trabajo de su vida: Tubular Bells. Lo grabó definitivamente en los estudios Abbey Road en el año 1972.
Al principio, el trabajo no fue bien recibido por las compañías discográficas que lo rechazaban por no ser comercial. A fin de cuentas, la obra se compone de dos canciones de 25 minutos cada una, que no era música pop, no era folk y no era rock.
Tuvo que ser Richard Branson, propietario de la primera tienda de discos Virgin, que por aquel entonces su estudio de grabación era solo un proyecto, el que decidiera publicarlo. Cuando el disco estuvo grabado se presentó en el festival de música de Cannes, donde ninguna casa discográfica mostró interés en él excepto American Mercury Records, pero querían añadir letra a la música.
Definitivamente, Richard Branson toma la decisión de ser ellos mismos los que lanzasen el disco, cosa que hicieron en junio de 1973. El día 28 de ese mismo mes, Tubular Bells se presenta en directo en el London’s Queen Elizabeth Hall. Desde entonces, se han vendido millones de copias en todo el mundo, siendo este el mayor éxito de la casa Virgin y uno de los discos más vendidos de la historia.
En 1975 dirige a la Royal Phylarmonic orchestra de Londres para la versión sinfónica de Tubular Bells. Este mismo año sale también Ommadwn.
En el año 1979 realiza una gira mundial que acaba con pérdidas de un millón de libras. Como está de deudas hasta las cejas se pone el mono de trabajo y, en lugar de repetir sistemáticamente su Tubular, presenta en 1980 su disco QE2, donde todos los temas tienen, más o menos, una duración convencional. Como en tubular, también en esta ocasión interpreta varios instrumentos y se acompaña con la voz de Maggie Reilly y con músicos como Phil Collins en la batería y Tim Cross en los teclados. Entre los temas de esta obra se encuentra Taurus, que forma en los sucesivos discos una trilogía con Taurus II y Taurus III.
En esta época, en EEUU se había producido una especie de sequía creativa y los grupos británicos eran los que llenaban la escena de conciertos y grabaciones. Pink Floyd, los Who, Deep Purple, Paul McCartney, en fin, la crema. Sería en 1975 cuando explotaría el mayor hallazgo musical eminentemente estadounidense: Bruce Springsteeen. Pero al “jefe” le dedicaremos otro programa.
No obstante la sequía a la que hemos hecho referencia, todavía hay grupos en los que merece la pena detenerse, como este grupo blanco que hacía un soul muy creíble: Average White Band.
También merecen atención, a pesar de su corta carreta, Graham Central Station.
Y no faltó un grupo maldito, con pocos discos pero mucha importancia por su propuesta y su legado: New York Dolls, antesala del punk americano, tremendistas, espectaculares, vestidos como prostitutas y travestidos. En fin, lo mejor de cada casa.
No tenemos tiempo para más. Hemos conseguido reunir alrededor de nuestro dial a lo mejorcito que nos deparó la crisis del petróleo. La necesidad agudiza el ingenio y nuestros grupos de hoy lo tenían, o tienen, a raudales. El equipo de Nada más que música espera que la selección os haya entretenido. Si ha sido así, habremos conseguido nuestro objetivo.
Volveremos la próxima semana, como siempre, con más música, más músicos y más historias. No os lo perdáis. Hasta entonces… ¡Buenas Vibraciones!