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Nada más que música – Folk-Rock

5 octubre, 2018 - Música
Nada más que música – Folk-Rock

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Seguimos en los años sesenta. Cuando os decía que habían dado mucho de si, creo que me quedaba corto. Dieron muchísimo de si. Dieron mucho y muy bueno, algo tan bueno como lo que dio en llamarse Folk Rock.

 

 

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Bob Dylan y la popular canción, de autor desconocido, House of the risin’ sun. Esta versión estaba en el primer disco de Dylan pero fueron The Animals, con su cantante Eric Burdon a la cabeza, los que la popularizaron y fue en 1964 cuando, la historia del burdel de Nueva Orleans, fue número uno en medio mundo y docenas de Folcloristas estadounidenses, con Dylan al frente, se hicieron cargo de las posibilidades que ofrecía la fusión del folk con sus nuevos placeres inconfesables, los Beatles y los Rolling Stones.
Así fue como, sobre todo en los Ángeles, un numeroso grupo de músicos de country folk no tardaron en subirse al carro del beat británico. Y unos de los primeros fueron los Byrds.
Su primer trabajo, una versión de una canción de Bob Dylan, fue producida por Terry Melcher, por cierto, hijo de Doris Day, y fue un éxito inmediato. Mr Tambourine Man

Es muy interesante la importancia que, tanto en esta canción como en resto de su carrera, tendría la utilización por parte de Jim McGuinn, cantante y guitarrista del grupo, de una guitarra Richenbacher de doce cuerdas. Pero bueno… seguimos.
Además de McGuinn, otro importante componente del grupo era David Crosby, posterior integrante de Crosby, Stills & Nash, pero ya llegaremos a ellos.
Con su segundo álbum, lanzado en diciembre de 1965, obtuvieron un gran éxito gracias a la canción que deba título al disco: Turn, Turn, Turn. La canción, escrita por el folclorista Pete Seeger, es una adaptación del texto del libro de Eclesiastés y, en esta versión, es nuevamente el prototipo del nuevo género: el folk rock.

Después de numerosos incidentes, peleas y pleitos, separaciones y reencuentros, en 2002 fue la última vez que el grupo apareció en público como The Byrds y, a pesar de que algunos de sus miembros han manifestado su buena disposición para retomar la carrera de esta banda, los cierto es que, el fallecimiento de unos y la negativa de otros, la hace imposible.
Fue en el año 1973 cuando el grupo firmó su último trabajo de estudio, un álbum titulado The Byrds y que incluye temas como este: Full Circle.

 

        

 

Como pasa siempre, al olor del éxito del nuevo género, numerosos grupos californianos se sumaron a la fiesta, y entre ellos Sony & Cher.
Esta pareja, porque estaban casados, comenzaron su carrera a mediados de los sesenta como voces de coros para el famoso productor Phil Spector. Pero pronto, en 1965, encontraron la fama gracias a canciones como I Got You Babe

El dúo lanzó una serie de álbumes hacia finales de la década que los colocaron como referentes consolidados del movimiento hippie, además del estreno de su primera película Good Times, que no disfrutó de ningún éxito y que marcó el primer declive de su carrera.
En 1970 se reinventan mediante su incorporación al mundo televisivo, protagonizando una exitosa serie de programas de variedades titulado The Sonny and Cher Comedy Hour.
En el 72 retomaron sin éxito su carrera musical con el lanzamiento de dos álbumes de estudio. Tras diversos problemas personales entre la pareja, el dúo se divorció en 1975, dando así por finalizada su carrera juntos.
Tras esta separación, Sonny Bono disfrutó de una exitosa carrera en la política norteamericana, siendo elegido congresista para la Cámara de Representantes de los Estados Unidos por el estado de California hasta su muerte en 1998 y Cher logró el éxito como actriz y cantante, convirtiéndose en una de las artistas más exitosas, y más operada, de todos los tiempos. Vamos a escucharles en otro de sus éxitos: Baby don’t go

Si todo esto estaba pasando en la costa californiana, en la otra punta del país se cocía un estilo de raigambre más difusa. Los neoyorquinos Lovin Spoonful jugaban, según nos cuenta Bob Stanley en su libro La Historia del Pop Moderno, con una mezcla de folk, blues, jazz y rock and roll. “lo llamamos música para pasarlo bien”, decía el cantante John Sebastian. En 1965 publicaron “Do You Belive in Magic”. De ella decía Sebastian: “Si crees en la magia, no te molestes en distinguir si es música de jug band o R&B: escúchala y punto. Te arrancará un sonrisa que no podrás borrarte de la cara”. La letra de la canción también incluye un verso esclarecedor acerca de la industria musical. “Es como intentar explicarle el rock and roll a un profano, inútil.”

El grupo tuvo numerosos éxitos pero no habían pasado todavía dos años cuando aparecieron las primeras grietas en la banda. Sebastian se peleó con otro componente porque éste ridiculizó en público una de sus canciones, otros dos componentes del grupo fueron detenidos por posesión y consumo de drogas. Amenazados por la policía con la deportación, denunciaron a su camello. Es delación no gustó nada, nada, a sus seguidores que, auspiciados por la revista Rolling Stones les declararon un boicot.
A pesar de estar en un franco declive, todavía tuvieron algún éxito más, como este: Summer In the City

Antes de sucumbir al cinismo y al aburrimiento, Lovin Spoonful tuvo el buen gusto de separarse, no sin antes dejarles un regalito a los managers de la banda, una canción amarga y llena de hastió con un título revelador: Money

La antítesis de los Lovin eran Simon y Garfunkel, dúo con nombre de funeraria cuyos componentes, a simple vista, irradiaban tanta alegría como un establecimiento del ramo.
Simon, que había pasado una temporada en Inglaterra durante el auge del folk del Soho londinenese, volvió a Nueva York con un montón de canciones nuevas y, junto a Garfunkel, ascendieron rápidamente al número uno con una versión de “The Sound of Silence”, que como se puede apreciar, tiene un tratamiento eléctrico que, de nuevo, nos recuerda a los Byrds.

Simon y Garfunkel parece ser que eran un poquito pijos, un bastante engreídos y constantemente hacían alarde de sus conocimientos literarios y su educación universitaria. Vaya, que habría sido insoportables si no fuera porque Simon componía bellísimas canciones y Garfunkel las cantaba como los ángeles.
Sus letras eran tan sesudas que la gente dio por hecho que “Mrs. Robinson” consistía en una serie de complejos comentarios dylanescos sobre el personaje de “El graduado”, cuando lo cierto es que Simon había compuesto la canción antes de saber que iría en la película. Cosas de analistas sesudos.

En 1969 el dúo era realmente muy popular y conocido. A pesar del éxito obtenido, Garfunkel no se sentía demasiado cómodo, ya que Simon se encargaba totalmente de la composición de los temas, y decidió mostrar sus dotes interpretativas en una carrera cinematográfica que duró un par de películas.
La relación personal entre ambos artistas continuó empeorando. En la gira de 1969, Paul se quejaba de la poca dedicación de Art al dúo.
El 26 de enero de 1970 publican “Puente sobre aguas turbulentas”. El disco fue uno de los más vendidos de la década (vendiendo alrededor de 12 millones de copias) y tuvo una gran repercusión. Alcanzó el primer lugar en las listas de música y se mantuvo allí durante diez semanas. En marzo de 1971 se celebraron los premios Grammy y tanto el álbum como el sencillo del mismo nombre ganaron el galardón al mejor álbum y mejor single del año respectivamente, además de ganar también el premio a la mejor canción contemporánea y la mejor canción del año. Lo que se llama un completo.
Inician así una gira que les llevó por Europa, destacando el concierto en la ciudad holandesa de Ámsterdam, y finalizando el 18 de julio de 1970 en el barrio Forest Hills, el barrio que les vio crecer.
Después de esta gira, el dúo se separó definitivamente, y ambos artistas continuaron sus carreras musicales por caminos diferentes, si bien han tenidos apariciones esporádicas a lo largo de este tiempo.

Antes de dejar a Simon y Garfunkel, vamos a escuchar otro de sus mayores éxitos: “The Boxer”

 

      

 

Muy pocos grupos estadounidenses ajenos al folk rock irrumpieron con éxito en la escena musical durante el año 1965 y, los que lo conseguían era por seguir fielmente los dictados del beat británico.
Uno de ellos fue Gary Lewis & the playboys.
Descubiertos por Snuff Garrett en 1964 cuando actuaban en un baile veraniego en Disneylandia, se encontró con que tenía en sus manos al grupo estadounidense más vendedor del año. Su primer éxito fue “This Diamond Ring”

Entre que los chicos tenían buena presencia y que Gary Lewis era hijo de Jerry Lewis y que en ese año tuvieron un par de números de éxito, el grupo se convirtió en asiduo de las televisiones durante más de tres años. Uno de sus últimos éxitos fue “Jill”, una balada de amor adolescente en la que el cantante parece tener el corazón destrozado…, pero literalmente: en los últimos compases casi no le llega el fuelle ni para susurrar el nombre de la chica.

En 1965 Gary Lewis fue elegido «vocalista masculino del año» por la revista Cash Box ganando a otros nominados entre quienes se encontraba ni más ni menos que Elvis Presley y Frank Sinatra, y fue el único artista que coloco sus primeros 7 temas en los primeros 10 de la lista de popularidad Hot 100 de la revista Billboard. Lewis fue enrolado en el ejército americano en enero de 1967 y liberado al año siguiente. Inmediatamente regresó a los estudios de grabación pero fue incapaz de recuperar el impulso inicial del grupo. Lewis continuo efectuando giras, frecuentemente promocionando a la banda en giras de nostalgia.
Pero si los Playboys eran tiernos cual florecillas, Paul Revere & the Raiders parecían una manada de lobos.
Eran del noroeste de EEUU, una región aislada en la que el rock and roll clásico había perdurado más que en ningún otro lugar y había producido grupos duros como vigas de hormigón. Pero si los Raiders sobresalieron entre todos ellos fue porque eran unos profesionales y no les importaba hacer el tonto con tal de ganar dinero. Así que, disfrazados de soldados de la revolución americana, con tricornios y todo, se lanzaron a la fama, fama que les llegó de la mano de canciones como esta, Kicks

La ruidosa propuesta de los Raiders fue la variante de más éxito comercial del garaje punk. La boyante economía de la que disfrutaba EEUU permitía que los adolescentes de clase media que había visto a los Beatles en el programa de Ed Sullivan consiguieran de sus padres los ansiados instrumentos para formar sus propias bandas, bandas que inexcusablemente ensayaban en los garajes de sus casas.
La grabación que se adelantó a la llegada de los Beatles, y que sigue siendo protogarajera sin discusión fue “Louie Louie”, de Richard Berry y que ahora escucharemos en la versión de los Raiders, aunque esta canción ha sido grabada por numerosos artistas: Beach Boys, Otis Redding, los Kinks, Led Zeppelin, los Fat Boys, entre otros.

El look del garaje punk era sencillo: melena lacia con flequillo o peinada a raya, chalecos de cuero y pantalones ceñidos y no había más que hablar. Y si el batería se daba un aire a Brian Jones, tanto mejor.
El sonido, en cambio, acusaba marcadas diferencias geográficas: en Chicago había grupos de influencia soul, como los Outsiders, algunas bandas californianas, como los Daily Flash parecían inspirarse en el viejo oeste pero lo cierto era que, a estas alturas, millares de bandas locales inundaban el circuito local de conciertos y habían empezado a grabar sus propios sencillos. Era un estilo tosco, lascivo y tremendamente emocionante que no vendía absolutamente nada. Aunque, de vez en cuando, saltaba la sorpresa, como con los The Standells y su “Dirty Water”. Memorable era su letra: “!Los adulteros, los atracadores y los ladrones son buena gente¡”. Bueno, pues eso.

 

         

 

En 1974, lo digo por si alguien estuviera muy interesado en este género, se editó un doble álbum que recopilaba un gran número de canciones que en su día pasaron desapercibidas. La obra se titula Nuggets y, a pesar de que no todo merecía ser rescatado, no es menos cierto que hay canciones de especial valor, como esta de The Litter: “Action Woman”

Pero bueno, el mejor de todos los grupos americanos posteriores a los Beatles fue The Turtles. Después de pasearse por todos los estilos posibles, el surf, folk de café, en fin, un disloque, se pasaron al fokl rock y tuvieron su primer éxito con una versión de la canción de Bod Dylan “It aint me babe”, con un estilo muy parecido, como no, a los Byrds.

Fieles a su trayectoria, en 1966 volvieron a cambiar de derrotero, esta vez para pasarse al pop eufórico de armonías corales con “you Baby”, luego al garaje punk más vigoroso y después al raga jazz agorero, una de las cosas más raras de la época. Con todo este ir y venir, los tortugas flojeaban en el aspecto comercial hasta que en 1967 dieron el pelotazo con “Happy Together”, canción de amor tan gozosa que cada vez la escuchas te dan ganas de abrazarte al ser humano más próximo.

El sencillo llegó al número uno en el verano de 1967, y a Tricia Nixon le gustaba tanto que convenció a su padre para que tocasen en la Casa Blanca. Hasta el mismísimo Elvis había tenido que pedir gentilmente que lo invitasen a tan insigne morada, pero los tortugas pasaron por delante de los guardias entre risitas. Seguramente iban colocados y todo. La monda.
Supieron separarse en el momento justo, en el año 1969. Nos despedimos de ellos y del programa de hoy con otro de sus éxitos: “Eleonore”

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