Hoy vamos a escuchar blues, que viene a significar, más o menos, melancolía, tristeza, bueno, que no es la alegría de la huerta. El blues, tiene, musicalmente hablando, un patrón repetitivo que suele seguir una estructura de 12 compases y utiliza acordes específicos de este género.
El blues ha ido evolucionando desde la música vocal, sin acompañamiento, interpretada por trabajadores negros y pobres, a una gran variedad de subgéneros y estilos y su popularidad ha saltado las fronteras que le eran propias en el sur de los Estados Unidos para extenderse por todo el mundo.
Hoy, y en días sucesivos, vamos a recordar a un grupo de músicos de blues que dejaron su huella en la historia de la música.
Y nos encontramos en primer lugar con uno de los más conocidos, John Lee Hocker, cantante y guitarrista de blues, que nació, como no, en el estado de Misisipi, uno de los 50 estados de los EEUU, que está considerado como el más pobre de la unión, con altas tasas de desempleo y la menor renta per cápita del país. Paradójicamente, es la más religioso, el más conservador y el que tiene leyes más restrictivas con el juego y el alcohol.
Bueno, pues aquí nació John Lee Hocker. Vamos a escucharle en su conocido Boom Boom.
Chester Arthur Burnett, o lo que es lo mismo y para entendernos, Howlin Wolf (lobo aullador), fue un músico afroamericano, cantante de blues, guitarrista y armonicista que nació, como no, en Misisipi.
Con una voz y una presencia física características, Burnett se colocó entre los principales artistas del blues eléctrico; el músico y crítico musical Cub Koda declaró, «nadie puede igualar a Howlin Wolf en su singular capacidad para el rock.»
El tipo medía 1,98 m de estatura y pesaba cerca de 136 kg, cosa que hizo de él un músico “imponente”. Su voz ha sido comparada con «el sonido de las máquinas pesadas que operan en un camino de grava». Junto con su contemporáneo y rival profesional Muddy Waters, formaron los dos pilares del Memphis blues.
Lo oímos ahora interpretando Litle red rooster.
Y aquí tenemos al contrincante del lobo aullador, Muddy Waters, otro vecino de Mississippi; un músico de blues estadounidense, generalmente considerado como el padre del Chicago blues. Su figura y su sonido fueron, del mismo modo, una de las máximas inspiraciones para la escena del blues británico, que comenzó a despuntar en el Reino Unido hacia principios de la década de 1960.
Sus giras por Inglaterra a principios de esta década marcaron, posiblemente, el primer antecedente de una banda amplificada haciendo algo cercano al hard rock.
Entre sus admiradores prominentes en la escena rhythm & blues inglesa de los años 60 sobresalen los Rolling Stones, quienes se bautizaron con ese nombre por la canción de Waters de 1948 «Rollin’ Stone”.
Eric Clapton es un gran admirador de Waters, de hecho, Cream grabaría una versión de «Rolling and Tumbling» en su álbum debut Fresh Cream, de 1966.
El gran éxito de Led Zeppelin «Whole Lotta Love» está basado en la canción de Muddy Waters «You Need Love”.
Y, en fin, Jimi Hendrix, que versionaría la mencionada «Rollin’ Stone», citó a Waters como «el primer guitarrista que le llamó la atención y le impresionó de joven».
Angus Young, de AC/DC, Led Zeppelin, bueno, un largo etcétera. Muddy Waters: Hoochie Coochie Men.
Por cierto, su última aparición en vivo fue durante un concierto de Eric Clapton en Florida, en el otoño de 1982.
Si en el rock and roll Elvis Presley es el rey y Chuck Berry su poeta, Bo Diddley, nuestro siguiente invitado, fue su arquitecto. Su estilo personal ha influido y sigue influyendo de tal modo que según pasa el tiempo su figura se agranda en el panorama de la música rock. Por otro lado, su fama no fue premiada en el aspecto económico como cabría haber esperado. La crudeza de su estilo le cerró las puertas a ventas millonarias, puertas que sí se abrirían de par en par para muchos músicos y bandas en los que influyó.
Su instrumento, con marca registrada, es la guitarra square-bodied que él mismo desarrolló y con la que tocó en miles de conciertos; desde sudorosos clubes de Chicago a giras con viejas glorias del rock and roll, pasando por actuaciones como telonero para The Clash o de artista invitado por los míticos Rolling Stones. Su entusiasmo por este instrumento le hizo poseer una espectacular colección de guitarras. La recordareis, es una guitarra con caja rectangular. El era un gran músico, pero la guitarra era más fea que yo.
Le escuchamos ahora interpretando su Diddy Wah.
Albert King fue un influyente guitarrista y cantante de blues. Está considerado como uno de los TRES REYES DEL BLUES a la guitarra junto con B.B. King y Freddie King.
Albert King nació en el seno de una humilde familia de Indianola, Misisipi, en una plantación de algodón, donde trabajó sus primeros años. La primera influencia musical la recibió de su propio padre, Will Nelson, que tocaba también la guitarra habitualmente
El tipo era otro tiarron, por lo que, sus más de 1’90 metros y sus 118 kilos de peso le valieron el sobrenombre de The Velvet Bulldozer (la apisonadora de terciopelo).
El sello característico de Albert King fue, a parte de su calidad artística, su forma de coger la guitarra: como intérprete zurdo la usaba invertida, pero a diferencia de otros guitarristas zurdos como, por ejemplo, Jimi Hendrix, King jamás invirtió el orden de las cuerdas, de modo que para él las cuerdas más agudas permanecen arriba.
Gente como Jimi Hendrix, Eric Clapton, Mike Bloomfield, Gary Moore, y Stevie Ray Vaughanle tuvieron presente en sus oraciones durante toda su vidapara agradecerle todo lo que les había enseñado. Para los curiosos, el solo de guitarra de Eric Clapton en el éxito de Cream, Strange Brew es una emulación del solo de King en su éxito con Stax, Oh, Pretty Woman.
Le escuchamos interpretando Born Under a bad sing.
Aleck Ford, que más tarde se haría llamar Rice Miller, pero que realmente fue conocido como Sonny Boy Williamson, fue un poeta, músico, cantante y compositor estadounidense, que ha sido considerado como la leyenda definitiva del blues.
Sonny Boy nació en la plantación de Sara Jones, en el estado de Misisipi y, aunque no es seguro, parece que nació alrededor de 1912.
Vivió y trabajó en la plantación hasta 1930, fecha en la que decidió dedicarse profesionalmente a la música y empezó a trabajar con grandes artistas como Big Joe Williams, Elmore James y Robert Lockwood, Jr. Fue durante esta época cuando Miller desarrollaría su estilo y personalidad.
Al comienzo de los años sesenta permaneció algún tiempo en Inglaterra, donde grabó con numerosos grupos y artistas, como The Animals y Jimmy Page.
Que el estado de Misisipi es la cuna de los mejores bluesman de la historia ya no lo duda nadie. Nuestro siguiente invitado, Elmore James también nació en el Condado de Holmes, Misisipi y fue un guitarrista de blues considerado el padre de laslide guitar.
Comenzó su carrera musical en Misisipi junto a nuestro viejo amigo Rice Miller (más conocido como Sonny Boy Williamson II), con el que permaneció varios años hasta que consiguió su primer contrato de grabación en 1951. Fue entonces cuando se trasladó a Chicago, donde inició su carrera solista acompañado del grupo «The Broomdusters».
Su estilo sin trabas y apasionado se distinguía por el sonido característico del slide blues, que puede apreciarse en canciones como «Dust my broom».
Nos despediremos por hoy del blues con, casi, el mejor, con B.B. King. Este músico es ampliamente considerado uno de los músicosde blues más influyentes de todos los tiempos, recibiendo el apodo de «Rey del Blues» y el sobrenombre de «uno de los tres reyes de la guitarra blues» junto, como ya hemos comentado, a Albert King y Freddie King. Según Edward M. Komara, King «introdujo un sofisticado estilo de solos basados cuerdasdobladas y en sus brillantes vibratos que influirían prácticamente en todos los guitarristas de blues eléctrico que le siguieron».
Con los años, King desarrolló un estilo de guitarra identificable gracias al uso su guitarra eléctrica Gibson ES-335, a la que llamaba “lucille”, y que dio nombre a una línea de guitarras creada por la compañía en 1980. King es también reconocido por su gran cantidad de actuaciones en directo, con un promedio de 250 o 300 conciertos anuales durante la década de 1970. Alguna de ellas, aquí, en Zaragoza.
Volveremos con el rey, ahora le escuchamos interpretar “Sweet Sixteen”