COLEMAN HAWKINS with The Red Garland Trío, una colaboración que nos pone en bandeja una ración impagable de buena música, de buen jazz…
El 12 de agosto de 1959 el saxofonista Coleman Hawkins y el trío de Red Garland, piano, Doug Watkins, contrabajo y Charles Wright, batería, se juntaron en los estudios del sello Swingville para dejarnos grabada una de las mejores sesiones de jazz de la época.
Coleman Hawkins nació en San José, Misuri, el 21 de noviembre de 1904 y fue un reconocido instrumentista de jazz que dominaba por igual el clarinete o el saxo tenor, aunque es con este último por el que se le conoce mundialmente. Ademas, fue el responsable del reconocimiento de este instrumento a nivel popular ya que, hasta su aparición, el saxofón había estado relegado a un papel muy secundario dentro de las orquestas. Bueno, es evidente que acertó.
A Hawkins le costó decantarse por el saxofón, empezó estudiando piano a los cinco años, a los siete se pasó al chelo para, definitivamente, dos años más tarde, adoptar el saxo tenor como su instrumento principal.
El joven venía con prisa y a los doce años ya era profesional. Mamie Smith, conocida en su época como “la primera dama del blues”, le contrató en su orquesta y con ella realizó numerosas grabaciones, siempre en papeles secundarios hasta que en 1923 dejó la orquesta y empezó a trabajar de manera independiente. Estuvo también en la big band de Fletcher Henderson, aquí ya como tenor principal.
Después de muchos vaivenes, de orquesta en orquesta o acompañando a solistas, el músico se trasladó a Europa en 1934, concretamente a Inglaterra para incorporarse como solista en la orquesta de Jack Hylton. También anduvo por la Alemania nazi de donde, por cierto, fue expulsado por razón de su raza, pasó por Holanda para, definitivamente, instalarse en Francia donde hizo algunas grabaciones con músicos locales y donde coincidió con otro grande del jazz, su amigo Benny Carter.
Vamos ahora a escuchar el segundo corte de este disco, I want to be loved, Quiero ser amado.
Cuando regresó a los EEUU en 1939, Hawkins ya tenía la atención del gran público, una legión de imitadores y un rival de importancia, Lester Young, que además, era su sustituto en la orquesta de Fletcher, puesto que él había dejado para ir a Europa.
Así las cosas, Hawkins crea su propia empresa con la que grabó su versión de “Body and Soul”, el celebre standar de jazz que resultó ser su consagración definitiva. Desde este momento, el músico pasó de ser un célebre instrumentista a una de las figuras más importantes del jazz, con el aprecio unánime de público, crítica y, lo que es más significativo, de sus colegas músicos.
Seguimos con su música, Blues for ron, Blues para Ron, una cancion compuesta Doug Watkins, famoso compositor y contrabajista, un gran músico que nos hubiera dejado un gran legado de no haber sido por el trágico accidente de tráfico que se lo llevó por delante.
Hawkins tenía un sonido único, muy expresivo, utilizando todas las octavas posible de su instrumento para desarrollar su música. Era directo, agresivo en ocasiones, melódico y sensual en otras, y tenía un expresividad que llegaba al público con suma facilidad.
Sin hacer excesiva gala de ello, tenía un habilidad técnica extraordinaria con la que creaba e improvisaba frases que servían de base para la creatividad del resto de solistas de sus grupos. Unos solistas que más tarde serían grandes estrellas: Thelonious Monk, Oscar Pettiford, Miles Davis, Max Roach o Dizzy Gillepie.
En la segunda mitad de los años cuarenta fue, junto a Charlie Parker, una de las estrellas del “Jazz at the Philarmonic”, una organización musical creada por Norman Granz, el famoso empresario y mánager de grandes figuras del jazz, en la que hacía tocar a grandes solistas de jazz en un teatro como si fueran músicos clásicos. Esta iniciativa, que duró desde 1944 a 1959, contribuyó enormemente a popularizar la música de jazz y a darle una pátina cultural de la que carecía hasta ese momento.
Lo que escucharemos ahora es una versión de un éxito de los hermanos Gershwin, For you, for me, forevermore, Para ti, para mi, para siempre.
Hawkins siguió trabajando con otros músicos, en festivales como el Festival de Jazz de Newport en 1957, con el pianista Oscar Peterson hizo una grabación memorable, pero, como ocurre tantas veces, el músico había empezado a beber demasiado y apariciones en público y grabaciones fueron disminuyendo aunque aún le quedaron ganas de hacer un gran disco con Duke Ellington en 1967.
Una pulmonía acabó con su mermada salud y con una gran carrera en 1969. Su cuerpo se encuentra enterrado en el Bronx, Nueva York.
Afortunadamente nos queda su música. Poor Butterfly, Pobre mariposa, una canción que se hizo muy popular en Broadway que está inspirada en la ópera de Puccini Madame Butterfly.
William “Red” Garland, líder del trío que lleva su nombre y que acompaña a Hawkins en esta grabación, fue un músico precoz. Como tantos otros, comenzó en la música a edad muy temprana con el clarinete y saxo alto para, definitivamente, decantarse por el piano. Curiosamente, Red era muy aficionado al boxeo, tanto que llegó a pelear con un jovencísimo Sugar Ray Robinson, un futuro campeón del mundo del peso welter. Afortunadamente, ni su afición ni esta pelea afectaron las manos de Red. Bueno, y por lo que se ve, tampoco la cabeza.
Su complejo método de tocar el piano tenía una calidad más brillante que lo que se venía haciendo hasta el momento, nunca tocaba la melodía una sola nota, siempre con dos, por lo que su mano derecha era un torbellino.
Colaboró con numerosas figuras del jazz: Charlie Parker, Lester Young y, obviamente con Coleman Hawkins. Pero realmente, cuando estuvo en la cresta de la ola fue en el período que tocó en el quinteto de Miles Davis. En esa época fue considerado el mejor pianista de jazz del momento.
A partir de aquí, su evolución fue un poco errática. Tras un largo parón cuando el rock and roll eclipsó momentáneamente al jazz, volvió a tocar intentando amoldarse a los nuevo tiempos pero ya nada fue lo mismo.
Vamos a escuchar un último corte de este álbum, I’ll get by, “Me las arreglaré”, una composición de Fred E. Ahlert de 1928
Bueno amigos, esto ha sido todo hoy. Como siempre volveremos a encontrarnos nuevamente aquí, en Sienteloconoido.radio, vuestra emisora favorita, dentro de quince días. Escucharemos jazz, pop, folk, músicas del mundo, en definitiva solo buena música. Con una aclaración, la buena música es aquella que nos gusta. Sin condiciones ni prejuicios.
Os espero a todos. Un abrazo y… buenas vibraciones.