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Nada más que música – Años 60 – La Vanguardia – II

5 abril, 2019 - Música
Nada más que música – Años 60 – La Vanguardia – II

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Recordareis que habíamos dejado de citar a uno de los grupos que también tuvieron una enorme importancia en el prestigioso grupo que denominamos “de vanguardia”. Esta banda no es otra que Jethro Tull.

 

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Jethro Tull fue una banda de rock progresivo británica, que comenzó su andadura a finales de 1967, hasta su separación en el 2014, siendo uno de los grupos de rock más longevos. Desde sus inicios, este grupo ha vendido más de 60 millones de copias de sus más de 30 álbumes, siendo uno de los grupos con mayores ventas de la historia del rock.
Siempre ha sido liderado por el cantante y flautista escocés Ian Anderson, que es el autor de prácticamente todas las canciones del grupo, y de hecho el grupo se ha comportado siempre como el apoyo de este músico, y es que es el único que ha estado en toda la historia de la banda desde el primer disco, y solo el guitarrista Martin Barre se le acerca, estando en el grupo desde el segundo.
La banda logró mucha popularidad en la primera mitad de los años setenta con álbumes emblemáticos en la historia del rock como Aqualung y Thick as a Brick, y con el tiempo llegó a convertirse en un grupo de culto.
Hemos escuchado el corte que da título al disco, Agualund. Oiremos ahora Thick as a brick, otra delicia de canción, perteneciente al disco del mismo título.

 

La música de este grupo, encuadrada en el rock progresivo, constituye una mezcla muy original de blues, folk inglés y hard rock, con pinceladas de música barroca, música medieval inglesa e incluso renacentista. El grupo desarrolla además una vertiente dedicada a originales canciones acústicas de difícil clasificación. En su sonido, destaca de forma particular la flauta de Ian Anderson, tocada de una forma magistral, que ha sido y sigue constituyendo una de las inconfundibles características de la banda, así como el sonido desgarrado de la guitarra eléctrica de Martin Barre, finamente entrelazado con el de la flauta de Anderson. Vamos a pararnos por un momento en una serie de solos de este magnífico guitarrista: Martin Barre a la guitarra.

Durante algunos años, el grupo incluyó también, al mismo tiempo, dos brillantes teclistas, con lo que obtuvo un sonido de particular colorido y dimensión: los maestros John Evan y David Palmer. Este último realizaba además los arreglos orquestales. La participación del sobresaliente bajista y cantante John Glascock, -fallecido en 1979- dotó a la banda de un timbre muy personal, con una segunda voz y un excelente apoyo vocal y armónico. La formación también ha utilizado una gran variedad de instrumentos, barrocamente combinados, en su mayoría tocados por el propio Ian Anderson, como el laúd, la mandolina, la balalaica, el saxofón, la armónica, la gaita, el acordeón y diversas clases de flautas. Salvo contadas excepciones, todos los temas interpretados por el grupo han sido compuestos por Ian Anderson, auténtico líder y factótum del grupo. Anderson es un personaje camaleónico, tanto en su aspecto como en su capacidad para reinventar continuamente su propia música, lo cual ha permitido a Jethro Tull mantenerse joven a pesar de los años. Los despedimos con otro de sus éxitos: Nothing Is Easy

 

En esta época, y alejándonos ya de esta vanguardia, se dio un fenómeno de mercadotecnia que alumbró a una serie de grupos “fantasma” o que, por lo menos, no se regían como bandas al uso sino que servían fielmente a los intereses exclusivos de las discográficas. Lógicamente eran grupos comerciales a más no poder. Uno de ellos, que en España tuvo una buena acogida, fue Ohio Express. Este grupo estadounidense se creó a finales de la década de 1960, editó multitud de sencillos de éxito en sus orígenes, entre los que destaca Yummy Yummy Yummy. Tras su separación en 1970, el grupo ha vuelto a estar activo de forma esporádica. Aunque el nombre hacía referencia a un «grupo», es más realista considerar a Ohio Express como una marca empleada por la compañía discográfica Super K Productions para hacer dinero rápido.

 

Otro de estos grupos que alcanzó el éxito en la época y que pertenece a la misma categoría de “Grupos Fantasma” son The Monkees. Fue una banda de rock formada en 1966 en Los Angeles y fue creada originalmente para una serie de televisión del mismo nombre en la cadena NBC.
Los miembros de la banda fueron seleccionados entre más de 500 jóvenes (entre los rechazados estaban músicos que después fueron famosos como Stephen Stills, ya que los productores estaban más interesados en crear un producto comercial que tener músicos con talento que tocasen o compusiesen música). El espectáculo contaba con un sentido del humor irreverente, muy similar o más bien copiado al de «A Hard Day’s Night», la primera película protagonizada por The Beatles; además de esto sólo dos de ellos eran músicos y el resto aprendió a tocar sobre la marcha.
A partir del disco Headquarters ya podían tocar los instrumentos sin organizar ningún desaguisado en la grabación y así lo hicieron. Desgraciadamente para ellos salió a la venta el álbum de The Beatles, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band y fueron desplazados del número 1 después de sólo una semana. Además emprendieron junto a Jack Nicholson el proyecto de la película «Head», que fue un desastre; su programa fue cancelado y al poco tiempo Michael Nesmith, el único miembro de la banda con algo de talento, la abandonó comprendiendo que para sus creadores los Monkees sólo habían sido un producto y nada más.

 

 

Curiosamente en esta época The Monkees rechazó grabar «Sugar Sugar» y la compañía, al ver la posibilidad de negocio con esta canción, creó un grupo de dibujos animados llamado The Archies, basado en la tira cómica Archie con cuyo nombre se publicó la canción. «Sugar Sugar» fue el mayor éxito de 1969.
En su origen, los Archies tampoco tenían discos, porque su distribución se hacía a través de un especie de acetato integrado en el reverso de las cajas de cereales para el desayuno, que podía recortarse y reproducirse en un tocadiscos.
Su mayor éxito: el citado Sugar Sugar.

 

 

Pero el acontecimiento mundial del momento fue el regreso del Rey, la vuelta de Elvis Presley.

A principios de 1968, cuando el cantante ya había vuelto de su aventura militar, estaba atravesando una crisis personal y profesional, y es que ni su vida privada ni su carrera pintaban nada bien.
De los ocho sencillos que lanzó entre enero de 1967 y mayo de 1968, solamente dos figuraron en el top 40, y ninguno de éstos logró posicionarse más arriba del puesto número 28.
Pero… la televisión volvió a salir en ayuda de Elvis. El día 3 de Diciembre de 1968 se emitió un programa, anunciado simplemente como Elvis, donde se presentaba a Presley cantando con una banda frente a una pequeña audiencia, convirtiéndose en la primera actuación en vivo del artista desde 1961. Interpretó varias de sus canciones en un estilo desinhibido semejante al de sus primeras interpretaciones de R&R.
El show fue el más visto de la NBC en esa temporada y logró atraer a un 42% del total de la audiencia. Elvis había vuelto. Esta canción, If I Can Dream fue especialmente escrita para la ocasión.

Empujado por el éxito del especial del regreso, Presley se sometió a una severa serie de sesiones de grabación en el American Sound Studio, que al final llevaron a la creación del aclamado álbum From Elvis in Memphis. Estrenado en junio de 1969, se convirtió en su primer álbum no inspirado en alguna película y surgido de un prolífico período en los estudios de grabación en ocho años, por lo menos.
El álbum incorporó el sencillo «In the Ghetto», lanzado en abril y que alcanzó el tercer puesto en el pop chart —el primer éxito top ten no gospel de Presley desde «Bossa Nova Baby» en 1963.

Y es en este momento cuando Elvis Presley aterriza en Las Vegas con gran éxito. En su debut, Presley se subió al escenario sin ninguna presentación. La audiencia de 2.200 personas, entre las cuales se hallaban varias celebridades, le dio una ovación de pie antes de que cantara siquiera una nota. Vamos a escuchar su famoso alegato a la ciudad del vicio: Viva las Vegas.

 

Su mayor éxito en listas fue Suspicious Minds que fue número uno, convirtiéndose en el primer tema pop de Presley en alcanzar tal logro en los Estados Unidos en más de siete años, aunque también el último.

El 21 de diciembre de 1970, Presley llevó a cabo un osado encuentro con el presidente Richard Nixon en la Casa Blanca. En esta reunión el cantante presumió ante Nixon de patriotismo y manifestó su desprecio hacia la cultura hippie y su devoción a las drogas. Además, le dijo a Nixon que la banda inglesa The Beatles, cuyas canciones cantaba regularmente en sus conciertos durante esa época, eran un ejemplo de lo que él concebía como una tendencia «anti-estadounidense». Paradójicamente se da la circunstancia de que Presley había tenido un encuentro de unas cuatro horas con la banda, hacía más o menos cinco años. Al enterarse de dichas declaraciones, Paul McCartney dijo luego que él se sentía confundido y decepcionado al respecto.
Y más paradojas del divo, por esa época publicó un disco de canciones navideñas en el que destacaba una muy buena versión del obsceno blues de Charles Brown “Merry Christmas, Baby”

Aunque Elvis ya no era un fijo en las listas de éxitos, algún material grabado con anterioridad logró colarse en el top five del country chart. Los más sonados fueron «My Boy», que se convirtió en un número uno del género y «Moody Blue» que fue, a su vez, número dos del mismo ranking. No obstante, su grabación más aclamada por la crítica de esa época fue el clásico del soul «Hurt».

El divorcio de Presley ocurrió el 9 de octubre de 1973. A partir de entonces, comenzó a enfermar cada vez más constantemente. Hacia finales de 1973, fue hospitalizado en estado semicomatoso por los efectos del abuso en el consumo de Demerol. Según su médico, el doctor George C. Nichopoulos, Presley «sentía que al obtener los medicamentos, las drogas realmente, de un medico no se sentía como el adicto común que tiene que salir a la calle a conseguirlas».
El periodista Tony Scherman escribió que, a principios de 1977 «Elvis Presley se había convertido en una caricatura grotesca de su elegante y enérgica forma de ser. Un tanto pasado de peso, directamente gordo, y con su mente trastornada por la medicación que diariamente ingería, era casi incapaz de sacar adelante sus breves conciertos». En Luisiana, el intérprete estuvo en el escenario menos de una hora y «le resultó imposible, en todo momento, saber donde estaba». Incluso, no pudo presentarse en el Baton Rouge; aquí ni siquiera fue capaz de levantarse de su cama del hotel donde se hallaba.
Sus fans empezaron a dejar de seguir sus actuaciones, decepcionados por la gran cantidad de cancelaciones. Pero todo esto a Elvis le importaba nada: su mundo ahora se hallaba confinado casi por completo a su cuarto y sus libros de espiritismo».
Su último concierto se dio en el pabellón Market Square Arena, en Indianápolis, el 26 de junio.

 

El libro Elvis: What Happened?, coescrito por tres guardaespaldas que habían sido despedidos un año antes, se convirtió en el primer testimonio detallado de los años en que Presley fue un drogadicto. Tras su publicación, el cantante quedó hecho polvo e intentó sin éxito evitar su lanzamiento ofreciéndo dinero a la editorial. Por entonces ya sufría de diversas enfermedades: glaucoma, hipertensión arterial, daños en el hígado y megacolon. En todas ellas, Presley presentaba un cuadro médico serio, causado y agravado por el consumo excesivo de drogas.
Una tarde, su asistente lo encontró inconsciente en el suelo del baño. Los intentos de reanimación fueron en vano. La muerte del cantante se hizo pública oficialmente a las 15:30 en el Baptist Memorial Hospital. Elvis Presley falleció en Memphis a la edad de 42 años, a causa de un Infarto agudo de miocardio.

 

El funeral del artista fue todo un despropósito. Miles de personas se reunieron afuera de Graceland para observar el ataúd abierto. Uno de los primos de Presley, Billy Mann, aceptó 18.000 dólares a cambio de una fotografía exclusiva del cadáver de Presley; la imagen apareció en la portada del siguiente ejemplar de National Enquirer, convirtiéndose en el número más vendido de todos los tiempos. Alden, su asistente, exigió 105.000 dólares al Enquirer para publicar su historia, pero tuvo que reducir la cantidad al romper su acuerdo de exclusividad. Presley no le había dejado nada en su testamento.
En pleno funeral, un automóvil arremetió contra un grupo de curiosos, matando a dos mujeres e hiriendo de gravedad a una tercera persona. Aproximadamente, 80.000 personas participaron en la procesión hacia el cementerio de Forest Hill, donde Presley fue enterrado al lado de su madre. Pocos días después, «Way Down» alcanzó los primeros puestos de las listas de popularidad pop y country.

 

Y esto ha sido todo por hoy. Triste la condición de los famosos que no saben o no pueden asumir sus vicisitudes. Su reinado podría haber sido mucho más feliz. En fin, no es nuestro caso.
Y a todos vosotros, recomendaros encarecidamente la escucha de la radio, de esta radio. La hacemos para vosotros con mucho cariño y con gran placer. Volvemos la próxima semana con más música, más músicos y más historias. Hasta entonces… BUENAS VIBRACIONES.

 

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