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Nada más que libros – Aldous Huxley. «Un mundo feliz»

17 enero, 2020 - Literatura
Nada más que libros – Aldous Huxley. «Un mundo feliz»

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“La población óptima está sobre un modelo de iceberg: ocho de nueve partes debajo de la línea de flotación, y una de nueve partes por encima.- ¿Y ellos son felices debajo de la linea de flotación en detrimento de ese horrible trabajo?- Ellos no lo encuentran como tal. Al contrario, les gusta. Es ligero y de una simplicidad infantil. Sin esfuerzo excesivo ni de espíritu ni muscular. Siete horas y media de un trabajo ligero, nada cansador, enseguida la ración de soma, deportes, copulación sin restricción y el cine sentido”.

Aldous Huxley. «Un mundo feliz»

 

 


 

Durante los denominados felices años veinte, cuando en la narrativa británica predomina un clima de efervescencia experimental y se produce la eclosión de relatos modernistas de la mano de James Joyce o Virginia Woolf, surge también la novela satírica y de ideas de Aldous Huxley. El autor nace en 1.894 en Godalming, pequeña ciudad cerca de Londres, en el seno de una familia distinguida, con una gran tradición intelectual. Como era de esperar en alguien de su clase, se educó en el prestigioso colegio de Eton, para pasar después a realizar estudios de literatura inglesa y filosofía en la universidad de Oxford. Sin embargo no todo fue bienestar y felicidad en la vida de Huxley. Su madre murió de cáncer cuando el tenía solo catorce años y poco después su hermano Trevenan se suicidó tras sufrir una depresión nerviosa. Por si fuera poco, a los dieciséis años se vio aquejado de una enfermedad que casi le dejó ciego, aunque consiguió recuperar la visión de un ojo.

Su vocación literaria se inició en el ámbito de la poesía con el libro “La rueda encendida”, de 1.916, al que seguirán otros poemarios. Sin embargo fueron sus novelas de la década de los veinte “Los escándalos de Crome”, “Danza de sátiros” o “Contrapunto”, las que le trajeron popularidad y reconocimiento. Por entonces ya casado con María Nys, hija de un industrial belga, pasaba mucho tiempo viajando por todo el mundo, recogiendo sus experiencias en varios libros de viajes. En 1.937 Huxley se trasladó a Los Ángeles, California. Allí entabló amistad con actores como Charlie Chaplin o Greta Garbo, y escribió guiones para el cine. Ya en la década de los cincuenta el autor se interesó por el empleo de drogas, como la mescalina, en el tratamiento de enfermedades mentales, y en 1.953 decidió experimentar con esta droga. Entonces nació su obra “Las puertas de la percepción”. Huxley continuó escribiendo y residiendo en los Estados Unidos hasta el final de sus días. Su muerte se produjo el mismo día del asesinato del presidente John F. Kennedy, el 22 de Noviembre de 1.963, de ahí que su fallecimiento pasara casi totalmente inadvertido. Sin embargo su obra siempre obtuvo el reconocimiento de la crítica, que le ha considerado como uno de los novelistas ingleses más destacados del siglo XX. Huxley fue un autor prolífico que, a lo largo de los casi cincuenta años de su carrera literaria, escribió más de cincuenta volúmenes. La crítica suele estructurar su producción en tres etapas: una primera en la que predominan sus primeros relatos breves y novelas de corte satírico, con las que fustiga a la burguesía británica, sus costumbres y sus valores establecidos. Con humor e ironía arremete, por ejemplo en “Los escándalos del Crome” y “Arte, amor y todo lo demás”, contra intelectuales, esnobs y artistas diletantes. La segunda etapa se suele situar en los años treinta, con un Huxley más serio, que asume una función de mayor responsabilidad, mediante ensayos y novelas que rezuman matices políticos y filosóficos. De estos años son su distopía “Un mundo feliz” y sus ensayos “El fin y los medios” de 1.937, donde presenta un credo claramente pacifista. En su tercera y última etapa el autor empieza a interesarse por una filosofía basada en el misticismo oriental.

En “Un mundo feliz”, novela publicada en 1.932, Aldous Huxley nos sumerge en una visión deshumanizada del futuro, donde domina una sociedad totalitaria regida por un sistema inmutable de castas. A modo de parodia de las utopías de H.G. Wells, se presenta aquí un mundo aséptico y supuestamente feliz, donde los habitantes no padecen enfermedades ni tienen carencias de tipo material, pero se ven totalmente sometidos por un régimen político que utiliza los avances tecnológicos y las drogas de diseño para anular todo atisbo de libertad e individualidad. La trama presenta un intento de rebelión al sistema protagonizado, primero por Bernard Marx, un miembro inadaptado de la casta superior que es diferente a los demás por un supuesto fallo durante su gestación, y en la segunda parte de la novela por John “el salvaje”, que se ha criado en una reserva, fuera de esa sociedad. Ambos personajes fracasan en su intento de cambiar ese horrible mundo y el trágico fin de John viene a representar un aviso sobre aquello a lo que está abocada nuestra propia sociedad si no se pone antes remedio. Huxley ofrece en esta obra una critica feroz contra el consumismo, el materialismo, la propaganda, la destrucción de la cultura y la falta de libertad y privacidad. Alerta asimismo sobre los peligros del progreso y de la ciencia, cuando no van acompañados de principios éticos.

La historia de este “mundo feliz” demuestra cómo los avances tecnológicos y científicos se pueden convertir en un instrumento del poder para el control de la humanidad. Aunque se trate de una obra de ciencia-ficción emplazada en el año 632, después de Ford, son constantes las referencias al mundo contemporáneo de Huxley. A principios de los años treinta, la sociedad europea sufre grandes tensiones políticas, sociales y morales. Diversos acontecimientos se viven intensamente en los foros políticos europeos: el fascismo en Italia, el nazismo en Alemania y la consolidación del régimen comunista de Stalin en Rusia. En definitiva, la sociedad sufre el conflicto entre los ideales democráticos y sus adversarios de la derecha y la izquierda, conflicto que desembocará en la segunda guerra mundial. “Un mundo feliz”, sin ser una novela abiertamente política, da cumplido testimonio de esta situación por la que atraviesa el mundo occidental y denuncia las conductas totalitarias de gobiernos que no dudan en utilizar cualquier instrumento a su alcance para mantener el poder. En este sentido los nombres de algunos personajes – Bernard Marx, Hubert Bakunin, Sarojini Engels, Polly Trotsky, Darwin Bonaparte, Benito Hoover..- son muy sugerentes. Por otro lado algunos temas que se tratan en la obra son cuestiones sobre las que se debatía intensamente en medios intelectuales y científicos del periodo de entreguerras y por las que Huxley mostraba un gran interés, como la manipulación genética para la mejora de la raza humana, las técnicas conductistas y psicológicas para condicionar el comportamiento de las personas, el culto a la belleza y a la perfección física, o el uso de drogas como remedio para prevenir el malestar social y las ideas subversivas.

Algunas de estas cuestiones siguen de actualidad en nuestros días, por lo que no extraña que a Aldous Huxley se le vea, con frecuencia, como a un autor visionario y profético, que anticipa algunos de los temas que siguen sacudiendo la opinión pública actual.

 

 

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