Se cumplen cien años de la aparición del ULISES de Joyce, probablemente la novela menos leída (yo no he sido capaz de hacerlo completamente) y más comentada, denostada por unos y alabada por muchos, de la literatura del último siglo. Para celebrarlo vamos a detenernos en sus dos últimas páginas, son el final del célebre y larguísimo monólogo de Molly Bloom, una de sus protagonistas, con el que Joyce pone fin a esta fascinante y compleja novela.
Pero no asustarse porque, tras más de 700 páginas, que personalmente encuentro a veces aburridas e incoherentes, damos con esta maravilla que es el dialogo interior que mantiene Molly en la cama junto a Leopold Bloom, su marido dormido. Nos detendremos únicamente en las últimas líneas de ese monólogo, y nos atrevemos a hacerlo ambientándolo con palmas por bulerías. Resulta fácil imaginar que resonaran en su mente pues su madre era andaluza.
Molly, nuestra particular Penélope, soliloquia a las tres de la madrugada. Por su atropellada y medio sonámbula mente pasa el recuerdo de la primera vez que se entregó a su amante (Teddy Boylan, con el que ha estado durante el día en que transcurre la acción del Ulises), lo cual le lleva al recuerdo de su primera experiencia sexual en el Gibraltar de su infancia, al de diversos admiradores (Molly es cantante lírica)…todo ello enmarañado con su compromiso matrimonial con Leopold.
En definitiva, uno de los finales más rotundos de la Literatura: Sí. Una sola palabra que define a la perfección el vitalismo salvaje de Molly, su consciencia de lo femenino que va más allá de la moral convencional. Sí.
-Fernando y Manuel Alcaine-
Voz: María José Sampietro (Trafulla Teatro)
MS- El niño de Elche (Ilegales)
Montaje y ambientación: Manuel Alcaine
Un pensamiento sobre “Molly Bloom por bulerías. Si.”
Me ha encantado, tanto las palabras como el sonido que las acompaña. Enhorabuena Manuel. Casi que está escrito para mí…Qué ganas tengo de veros, compañeros y compañeras!