
Escritora estadounidense, conocida por sus relatos extremadamente cortos en los que suele abordar temas cotidianos, aparentemente sencillos e irrelevantes, pero que, gracias a su ingenio y habilidad para captar emociones, logra darles una original y desconcertante profundidad.
Hemos puesto voz a diez de estos breves relatos que aparecen en sus ‘Cuentos completos’ (Seix Barral).
CRÉDITOS (Título/voz):
1. La madre / Lola Orti
2. El otro / Ika Ventura
3. Afinidad / Mingo España
4. El honor del subjuntivo / Manuel Alcaine
5. El Momento más feliz / José Luis Hernández
6. Un trabajo en la Universidad / María José Sampietro
7. Desde abajo, como vecina / Elena Parra
8. Idea para un corto documental / Manuel Alcaine
Montaje y ambientación musical: Manuel Alcaine (IA-UDIO)
La madre
La chica escribió un cuento. “Sería mucho mejor si escribieras una novela”, dijo su madre. La chica construyó una casa de muñecas. “Sería mucho mejor si fuera una casa de verdad” dijo la madre. La chica hizo un cojín para su padre. “¿No hubiera sido más útil un edredón?”, dijo la madre. La chica excavó un pequeño hoyo en el jardín. “Sería mucho mejor si excavaras uno más grande”, dijo la madre. La chica excavó un gran hoyo y, dentro, se echó a dormir. “Sería mucho mejor si te durmieras para siempre”, dijo la madre.
El otro
Ella cambia algo en la casa para fastidiar al otro, y el otro se fastidia y lo vuelve a cambiar, y ella cambia otra cosa en la casa para fastidiar al otro, y el otro se fastidia y la vuelve a cambiar, y entonces ella les cuenta lo que está pasando a otros, y los otros creen que tiene gracia, pero el otro no puede y no cree que tenga ninguna gracia, pero eso ya no puede cambiarlo.
Afinidad
Sentimos afinidad con un pensador porque estamos de acuerdo con él; o porque nos muestra lo que ya pensábamos; o porque nos muestra de una forma más clara lo que ya pensábamos; o porque nos muestra lo que estábamos a punto de pensar; o lo que más tarde o más temprano hubiéramos pensado; o lo que habríamos pensado mucho más tarde si no lo hubiéramos leído ahora; o lo que podríamos haber pensado pero nunca habríamos pensado si no lo hubiéramos leído ahora; o lo que nos hubiera gustado pensar aunque nunca lo habríamos pensado si no lo hubiéramos leído ahora.
El honor del subjuntivo
Invariablemente precede, aunque no la reemplace por completo, a la determinación de alcanzar lo absolutamente justo y deseable.
El momento más feliz
Si le preguntas cuál es su cuento favorito entre todos los que ha escrito, dudará mucho rato y dirá por fin que quizá sea un cuento que una vez leyó en un libro: un profesor de inglés en China le preguntó a un alumno chino cuál había sido el momento más feliz de su vida. El estudiante dudó mucho rato. Por fin sonrió, ruborizado, y dijo que su mujer había ido una vez a Pekín, donde comió pato, y que a menudo le hablaba de aquel viaje, así que podía decir que el momento más feliz de su vida era el viaje de su mujer, cuando comió pato.
Un trabajo en la Universidad
Creo saber qué tipo de persona soy. Pero entonces pienso: esta persona desconocida me imaginará muy distinta cuando él, o ella, oiga esto o aquello sobre mis méritos, por ejemplo, que trabajo en la universidad. El hecho de que trabaje en la universidad sugerirá que debo de ser el tipo de persona que trabaja en la universidad. Y entonces tengo que admitir, asombrada, que, después de todo, es verdad que trabajo en la universidad. Y, si eso es verdad, entonces quizá, en el fondo, sea el tipo de persona que uno se imagina cuando oye que una persona trabaja en la universidad. Pero, por otra parte, sé que no soy el tipo de persona que me imagino cuando oigo que una persona trabaja en la universidad. Entonces veo que el problema es el siguiente: cuando otros me describen así, parecen describirme por completo, mientras que, de hecho, no me describen por completo, y una descripción completa de cómo soy debería incluir verdades que parecen totalmente incompatibles con el hecho de que trabaje en la universidad.
Desde abajo, como vecina
Si yo no fuera yo y desde abajo me oyera, como vecina, hablar con él, me diría cuánto me alegra no ser ella, no hablar con el tono que ella habla, con una voz como su voz y con ideas como sus ideas. Pero no puedo oírme desde abajo, como vecina, no puedo oír cómo no debería hablar, no puedo alegrarme de no ser ella, como haría si pudiera oírla. Y, además, puesto que soy ella, no lamento estar aquí, arriba, donde no puedo oírla como vecina, donde no puedo decirme, como haría abajo, cuánto me alegra no ser ella.
Idea para un corto documental
Representantes de distintos fabricantes de productos alimenticios intentan abrir sus propios envases.
Un pensamiento sobre “Lydia Davis – 8 Relatos cortos”
Desde luego..sois geniales leyendo y comunicando los pensamientos y palabras de otra persona.
Los textos, todos, te hacen plantearte cosas complicadas de las cosas más simples, o sólo cambiándote de lugar físico e imaginarte a tí misma allí…dónde no estás,…
Me ha encantado esta selección de esta autora y escuchar vuestra interpretación.