Empezamos hoy con un poema de Pessoa; son los cuatro primeros versos de un texto más largo que lleva por título Tabaquería y que escribió Pessoa cobijándose en el seudónimo de Álvaro Campos. La traducción es de Octavio Paz.
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
El fin de semana pasado fuimos a ver una interpretación del mismo poema. Poesía o teatro en casa, by Vicente Palatof. Gabriel, con el sobrenombre de Vicente Palotof, recita a Pessoa en una habitación de su casa. Una interpretación dura, dramática y muy depurada. Una habitación oscura y pequeña, una silla, una mesita, una jaula y un foco led en el centro que aleja y deforma rostro y figura y nos conduce hacia la negrura de una cortina que cierra el angosto espacio de la misma forma en la que se cierra un espacio escénico. Estamos en una habitación de una casa particular, de su casa, pero también estamos en una habitación de un manicomio acompañando a un personaje que sufre, grita, se retuerce y se hunde poco a poco en las tinieblas de su soledad. Lleva Gabriel varios meses representando a Pessoa en su casa, que se convierte los sábados por la tarde en su manicomio particular. Y continuará haciéndolo un tiempo más. No sabemos cuánto.
Un espectáculo muy recomendable, original, un poquito duro, aunque la verdad es que yo me hubiera quedado media hora más (por lo menos) escuchando cómo se expresa Pessoa a través de Gabriel/Vicente Palotof. Buscad en redes o en internet por su alias o por Pessoa dentro de mí y escribidle un correo para reservar. La aventura empieza en ese momento y termina en el sofá de un cuarto de estar con una copa de vino una vez que artista y público salen del pequeño infierno que logra crear en esa habitación; es como salir del manicomio a la vida, aunque si nos ponemos muy muy líricos también vale verlo al revés: cuando salimos de la vida al manicomio.
Nuestra segunda recomendación de hoy es para una exposición de fotografía que se inauguró el pasado 7 de marzo el Centro de Historias. Lleva por título Brujas, y su autora es Judith Prat, una fotoperiodista que ha denunciado con sus trabajos las condiciones de vida, o el maltrato, de las mujeres en México o en África. Pura denuncia social.
Brujas cuenta la historia de la caza de brujas que se produjo en Europa entre los siglos VX y XVIII, centrando su objetivo en hechos que tuvieron lugar en el Pirineo. Son 67 fotos con las que construye un mapa visual de situaciones y lugares claves de esta persecución, legitimada por argumentos sociales y jurídicos que normalizaron y justificaron el ajusticiamiento en la horca o en la hoguera de muchas mujeres. A través de la identificación y el reconocimiento de símbolos y tradiciones que surgen de un diálogo entre el pasado y el presente, el objetivo de la exposición es destruir viejos estereotipos y dar voz y poner cuerpo a estas mujeres, y dignificar su memoria.
Terminamos este breve tiempo de diurno nocturno con nuestra aportación a la polémica surgida en torno a la Canal Roya, valle virgen, reducto único que iba para parque natural y puede terminar en catástrofe ambiental. Reproducimos parte del texto que Antón Castro escribió el día 6 de marzo sobre este proyecto de unión de las estaciones de esquí de Astún y Formigal a través de una telecabina que mellará el valle de la Canal Roya, desde arriba hasta abajo, como una cremallera. “Tras todo lo que se está escribiendo estos días, el presidente Javier Lambán debería llamar a Eduardo Martínez de Pisón y a los que saben de este asunto, y escucharlos con suma atención. Sin un solo fotógrafo; solo para entender mejor, para poder decidir en condiciones, con la generosidad del que no puede entender de todo y se toma en serio la inmensa responsabilidad de su trabajo. Eso también sería un auténtico servicio a la Comunidad Autónoma. Ya se sabe que gobiernan él y su equipo de consejeros, directores generales y técnicos, pero no hay que tener miedo a quien esgrime argumentos con sensatez, educación, buenos modales, y ama la tierra, el paisaje e incluso el futuro por lo menos casi tanto como tú”.
Transcrito queda. Y desde aquí, con el corazón en la mano, suscribimos su propuesta. A dios rogando, pero con el mazo dando.
-Elena Parra-