El pasado lunes, día 22, se cumplieron 82 años de la muerte de Antonio Machado, en el exilio, enfermo y cansado. Unos días antes había cruzado la frontera con Francia, junto a miles de personas que huían de la guerra y de la represión que estaba por venir. Su recuerdo, su poesía, siempre estará con nosotros. Hoy lo hacemos con “Camposanto en Colliure”, precioso poema del ovetense Ángel González (1925-2008) que expresa y transmite toda la soledad, la angustia, la melancolía que Antonio Machado debió sentir en sus últimos y tristes días en Colliure.
Camposanto en Colliure
-Ángel González (1925-2008)-
Aquí paz,
y después gloria.
Aquí,
a orillas de Francia,
en donde Cataluña no muere todavía
y prolonga en carteles de «Toros à Ceret»
y de «Flamenco’s Show»
esa curiosa España de las ganaderías
de reses bravas y de juergas sórdidas,
reposa un español bajo una losa:
paz
y después gloria.
Dramático destino,
triste suerte
morir aquí
paz
y después…
perdido,
abandonado
y liberado a un tiempo
(ya sin tiempo)
de una patria sombría e inclemente.
Sí; después gloria.
Al final del verano,
por las proximidades
pasan trenes nocturnos, subrepticios,
rebosantes de humana mercancía:
manos de obra barata, ejército
vencido por el hambre
paz…,
otra vez desbandada de españoles
cruzando la frontera, derrotados
…sin gloria.
Se paga con la muerte
o con la vida,
pero se paga siempre una derrota.
¿Qué precio es el peor?
Me lo pregunto
y no sé qué pensar
ante esta tumba,
ante esta paz
«Casino
de Canet: spanish gipsy dancers»,
rumor de trenes, hojas…,
ante la gloria ésta
…de reseco laurel
que yace aquí, abatida
bajo el ciprés erguido,
igual que una bandera al pie de un mástil.
Quisiera,
a veces,
que borrase el tiempo
los nombres y los hechos de esta historia
como borrará un día mis palabras
que la repiten siempre tercas, roncas.
Música: Biella Nuei – ‘Sol d’Ibierno’
Voz: Manuel Alcaine