“El blues no es simplemente una secuencia de acordes de doce compases, es un estado mental y todo cabe dentro de él”.
Esto decía Graham Foster, el guitarrista británico afincado en España en una reciente entrevista. Y así es, el blues nos abre los ojos y nos hace ver la realidad de las cosas de la vida, es la queja interior que nos pone en movimiento, que nos hace ponernos en marcha.
La temporada pasada habíamos iniciado una “mini” serie dedicada al blues y hoy vamos a continuar con ella. Desfilarán por nuestro programa los mejores clásicos del género y la esencia de una música inmortal.
Vamos a empezar con Elmor James, un guitarrista de blues nacido en el condado de Holmes, Missisipi, el 27 de enero de 1918. Su estilo contundente y apasionado se distinguía por el sonido característico del slide blues, del que podríamos considerar inventor, y que podemos apreciar en canciones como este The sky is crying
Vamos a seguir nuestra andadura con otro de los grandes, un tipo al que ya hemos escuchado en programas anteriores y que, precisamente, anduvo con Elmor James durante algunos años. Se trata de Sonny Boy Williamson, poeta, músico, cantante y compositor, nacido, como no, en el estado de Misisipi en 1897. Nuestro amigo conoció la fama en vida y se codeó con lo mejorcito del momento. Se traslado a Inglaterra a comienzo de los años sesenta y tocó con gente como The Animals y Jimmy Page.
Esto es su Ninety nine.
Nuestro siguiente invitado, viejo conocido de la casa, es Little Walter, el fabuloso interprete de armónica cuya revolucionaria manera de tocar influyó en generaciones de músicos y que, además, la valieron comparaciones con artistas tan importantes como Django Reinghardt, Charlie Parker o Jimi Hendrix.
Tal fue su virtuosismo que fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 2008 siendo el primer artista incluido en la categoría de armonicista y, de momento, el último.
Juzgarlo vosotros sino en este Juke.
John Len Chatman, de nombre artístico Memphis Slim, vio la luz, que cosas, en Menphis, Tennessee en 1915 y es un reconocido pianista, cantante y compositor de blues que lideró un buen número de bandas que cultivaron el popular jump blues, un subgénero del blues que surgió a finales de la década de 1930 en los EEUU. En aquella época, el sonido del blues se fué “urbanizando” en una mezcla de blues clásico con letras humorísticas y ritmos heredados del boogie-woogie.
Memphis Slim y su Forty foour blues
Otis Rush nació en Filadelfia en abril de 1935 y fue un cantante y guitarrista de blues. Su sonido era lento, ardiente y con un característico glissando, ya sabéis, esa forma especial de arrastrar los dedos de la mano izquierda por el mástil de la guitarra.
A Rush le encantaba tocar en directo, desde pequeños clubes en el West Side de Chicago (donde por cierto le conoció Eric Clapton y desde entonces lo consideró como su Dios particuar) hasta locales con entradas agotadas en Europa o Japón. Rush fue incluido en el salón de la fama de la Fundación Blues en 1984 y ganó un Grammy a la mejor grabación de blues tradicional en 1999.
Este es su So many roads, so many trans.
Nuestro siguiente invitado es Howlin Wolf, el lobo aullador, un gigantón de dos metros de altura y 140 kgs. de peso, hijo de unos cultivadores de algodón y granjero en su juventud que llegó a instalarse entre los principales artistas de blues eléctrico. De él se dijo que “nadie puede igualar a Howin Wolf en su singular capacidad para el blues”.
Es curioso que, teniendo en cuenta sus orígenes clásicos, el rock psicodélico de los sesenta, tuviera en Wolf a uno de sus máximos inspiradores. De hecho, el mismísimo Jimi Hendrix comenzó su actuación en el mítico festival de Monterrey en 1967 con una frenética versión de un clásico de Howlin Wolf.
Vamos a escuchar al Lobo en Smokestach lightnin.
El cantante y pianista Ray Charles grabó entre 2003 y 2004 un disco de duetos, que resultó póstumo, ya que el artista falleció a los 73 años, unos meses antes de su edición.
Geniu Loves compay se puso en marcha en junio de 2003 cuando Van Morrison le hizo subir a un escenario neoyorquino para interpretar juntos un tema de Morrison.
El dúo le gustó tanto que al mes siguiente, se reunió en un estudio con B.B. King. El guitarrista recordaba a un Ray meditabundo que le dijo “Sabe B.B., si hubiéramos sabido que íbamos a vivir tanto, seguro que no habríamos hecho tantas barbaridades con nuestros cuerpos”.
Al poco tiempo su salud empeoró y se dedicó en exclusiva al proyecto de duetos, abandonando todas las giras. Y lo cierto es que ninguno de los invitados quiso perderse la ocasión, sabían que era ahora o nunca.
Este es el corte que grabó con B.B. King, Sinner’s prayer.
William James “Willie” Dixon fue un bajista, cantante, compositor, productor discográfico y… boxeador.
Como instrumentista destacó con el contrabajo y, como para corroborar la vieja discusión del origen de rock and roll en el blues, Willie colaboró en numerosas ocasiones en las grabaciones de Chuck Berry.
No fue un tipo fácil, tuvo problemas con la justicia en su juventud por lo que tuvo que salir pitando para Chicago. Se negó a alistarse en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial por lo que fue encarcelado durante diez meses.
El mismo estaba orgullosísimo de conocerse. Dijo: “Yo soy el blues” viniéndose arriba. Bueno, lo cierto es que, a pesar de la fanfarronada, sí es cierto que Dixon fue una de las personas más influyentes en este género musical, principalmente debido a la gran cantidad de composiciones originales, actuaciones en directo, grabaciones y trabajos de producción que realizó.
Trabajos como este Pain in my herart.
Otro músico que protagonizó la transición del blues al rock and roll fue Bo Diddley. Su estilo personal ha influido y sigue influyendo de tal modo que según pasa el tiempo su figura se agranda en el panorama de la música rock. Por otro lado, su fama no fue premiada en el aspecto económico como cabría haber esperado. La crudeza de su estilo le cerró las puertas a ventas millonarias, puertas que, paradójicamente, sí se abrirían de par en par para muchos músicos y bandas en los que influyó.
Hombre de profundas creencias religiosas, vivió siempre bajo la influencia de la Biblia y una filosofía en la que todos los seres humanos eran como hermanos y hermanas independientemente del color de su piel.
Mona, uno de sus muchos éxitos.
Todos hemos escuchado versiones de este blues: Eric Clapton, The Blues Brothers, Bonnie Raitt y un larguísimo etcétera. Hoy escucharemos el original, la versión mítica del no menos mítico Robert Johnson. Por supuesto, estamos hablando de Sweet home Chicago.
Al parecer, Johnson pretendía que la canción fuera una descripción metafórica de un paraíso imaginario en el que se mezclaran lo mejor del norte y el sur de los EEUU, lejos del racismo y la pobreza característica del Delta del Mississippi en aquel lejano 1936.
Por otro lado, la autoría de la canción siempre se le ha atribuido a Johnson pero, según otros historiadores, ésta podría ser el resultado de la mezcla de varios viejos blues de origen desconocido.
Sea como fuese, esto es Sweet home Chicago.
Buddy Guy, nacido el 30 de julio de 1936, es un guitarrista y cantante, exponente del blues de Chicago que ha influido en generaciones de guitarristas como Clapton, Hendrix, Page, Richards, Ray Vaughan y tantos otros.
Como hemos dicho, la música de Guy se etiqueta como blues de Chicago, pero su estilo es único y personal. Su música puede variar desde el blues más tradicional y profundo hasta una mezcolanza creativa, impredecible y radical del blues, rock, soul y free jazz y que, además, puede cambiar en cada actuación.
Y si no, oigamos este Goin’ down slow con un regusto innegable de soul.
Y nada más por hoy. Le hemos dado un buen repaso al blues más clásico con grabaciones que nos pueden sonar un poco rancias que son la esencia de todo lo que vendría después. Cualquier género posterior al blues, le debe algo.
Gracias por vuestra atención y, si os parece, nos seguimos escuchando aquí, en Sienteloconoido.caster.fm.
Y como siempre, os deseo una muy ¡¡¡Buenas vibraciones!!!