Menu

Zaragoza te habla. El barrio de los “Chiflaos” o de las Acacias

17 febrero, 2017 - Zaragoza te habla
Zaragoza te habla. El barrio de los “Chiflaos” o de las Acacias

Sharing is caring!

 

 

 

 

Sobre terrenos de la antigua torre de Allustante junto al camino de Torrero, la Sociedad de Propietarios denominada “La Amistad” promovió en 1892 la parcelación y urbanización particular de una nueva barriada, en una zona hasta entonces virgen de construcciones que no fueran instalaciones industriales, muy cerca de los recientes depósitos de agua de la ciudad.

Calle Pradilla 1899

Calle Pradilla 1899. En la imagen, de muy mala calidad, porque la fuente no da para mejor cosa, vista de la calle Pradilla, con la calle Sáinz de Varanda a la derecha. De la espectacularidad de esas fincas con torres, apenas queda un leve reflejo en unas pocas construcciones supervivientes, entre una mayoría de nuevas, modernas y asépticas viviendas.Fuente: Revista “Nuevo Mundo”, 1899 – GAZA

 

El resultado final de este proyecto fue denominado “Barrio de las Acacias”, por los espinosos árboles con que se verdeó el trazado de sus calles, aunque la aguda socarronería indígena enseguida supo sacar aún más punta al asunto, ya que lo rebautizó como “Barrio de los Chiflaos”, porque no les cuadraba en la cabeza que gente de bien se subiera a vivir, y de forma permanente, a una zona tan alejada de la Zaragoza de toda la vida.

 

Plaza de la Constitución ca. 1918

Plaza de la Constitución ca. 1918. En la imagen, una de las líneas de primitivos autobuses urbanos que conectaban algunos barrios de la periferia (San José, Torrero, Puente del Virrey, etc.) con el “centro” de la ciudad. En este caso, se trataría de la línea de Torrero “por Acacias” (barrio particular en el paseo de Cuéllar), como aclara el cartel. Se trataba de líneas privadas que funcionaron hasta que nuevas líneas de tranvía las dejaron sin utilidad, en la posguerra, como por ejemplo la nueva línea 13, de San José. El vehículo está circulando por la plaza de la Constitución. Al fondo, el Palace Hotel, sito en el edificio que hacía esquina en la plaza de la Constitución con el paseo de la Independencia. Años después allí se ubicaría el antiguo Hotel Gran Vía, antes de ser cerrado, y derribado el edificio para levantar encima el edificio de La Catalana Seguros, a finales de los años 20 y principios de los 30 del pasado siglo – GAZA.

 

Aún con sorna cruel y todo, pronto fueron surgiendo nuevas y empinadas calles que recibieron el nombre de Vista Alegre, Sáinz de Varanda, Marqués de Ahumada, y Pradilla, y en unos pocos años fueron edificadas una cincuentena de singulares casas unifamiliares de destacado porte, con amplios jardines, y con todos los servicios básicos de la época. Como era una urbanización “particular”, tenía su guarda que de día disuadía a extraños y ajenos, y su cadena que, de noche, cerraba el acceso a su interior.

 

Autobús a San José-2 1934

Autobús 1934. Antes de la llegada del tranvía al barrio de San José, el transporte público contaba con unas líneas de “autobús” que prestaban servicio desde la Plaza de la Constitución, una hasta el barrio de las Acacias (calle Pradilla), y otra hasta el final del Camino de San José. Había cocheras para estos autobuses en la calle Lapuyade, que entonces era un camino de tierra sin apenas tránsito, aunque en ella estaba ubicada la importante fábrica de espejos y vidrios “La Veneciana”. La Compañía Sánchez era la que explotaba, desde 1932, las líneas de San José, además de otra que conectaba el centro con el Parque Grande. La Guerra que siguió al fracasado golpe de estado del 18 de julio de 1936 también tuvo un importante impacto en la suerte de estos autobuseros: tres de los cuatro propietarios de los autobuses que conectaban el centro con Delicias y con Venecia, fueron fusilados, no precisamente por desleales a las leyes del mercado y la competitividad. Las líneas de autobuses que daban servicio a S. José funcionaron hasta 1945, cuando se inauguró la nueva línea 13 del tranvía, “S. José”, que precisamente tomó el recorrido que antes realizaba una de esas líneas de autobús. Se trataba, en el caso de las líneas de S. José, de vehículos pequeños, que necesariamente contaban con escaso número de pasajeros. Pero marcaron un punto de inflexión: el tranvía ya no sería considerado como el único medio de transporte público. Al comienzo de los años 50, con el advenimiento de nuevos modelos de autobuses y trolebuses, la pugna se hará más acentuada, hasta vencer finalmente el motor a explosión y exterminar la modalidad tranviaria y trolebusera. En la imagen, captura de uno de esos autobuses que daban servicio al barrio, ante las cocheras de Lapuyade. Fuente visual: Archivo de Pablo Valdés – GAZA

 

Muy pocas imágenes guardan testimonio gráfico de este desaparecido barrio, cuyas espectaculares fincas siguieron la suerte de otras muchas zonas de la ciudad en los locos años del denominado “Desarrolllismo”: sus propietarios las vendieron, y sobre ellas se construyeron nuevos bloques impersonales y seriados, al uso de la época.

 

La Zaragozana 1931

Imagen de “La Zaragozana” (1931) capturada desde el Camino de las Alcachoferas. Fue construida en 1900 como “Fábrica de cerveza, Malta y Hielo” al lado de la acequia de El Plano, justo al lado del particular “Barrio de las Acacias”. Esta imagen se ha realizado tras la adición al edificio original de la fábrica, la mole oscura de cinco plantas con chimenea, del edificio en tonos más claros de la izquierda, o embotelladora, que en 1963 será recrecido una planta. Fuente: “Los tranvías de Zaragoza”, J. Peña – J. M. Valero, DPZ, 1985 – GAZA

 

Apenas queda un leve reflejo del antiguo barrio de las Acacias en forma de unas pocas construcciones que sobreviven entre una mayoría de nuevas, modernas y asépticas viviendas. Cuando alguien se topa con una de ellas, no es de extrañar que piense eso de “¿qué hace una chica como tú en un sitio como éste?”

 

Torre Buil 1898

Torre Buil 1898. “Lejísimos” de Zaragoza, imagen de 1898 de la Torre de Buil, elegante, airosa y amplia finca de recreo sobre parte de la más antigua Torre de Júdez, donde la selecta “crème” de la “gente guapa” de la ciudad festejaba y tomaba aires más puros que los de abajo, pues estaba ubicada sobre una de las elevadas terrazas naturales que caracterizan la zona. Su propietario, Pablo Buil, se opuso con fervor a ser desalojado para que el ayuntamiento realizara, en ese lugar, un pequeño parque “raquítico y mezquino”. Años después, tras la explanación de la zona, comenzaría la historia del parque de Pignatelli de Zaragoza, vinculado con el proyecto más global de ensanche burgués hacia el sur. En octubre de 1904 sería reinstalada la estatua de Pignatelli, referencial elemento, desde entonces, de este peculiar y escaleno parque. Fuente visual: recopilación de reportajes “¡Aqui… Zaragoza! “, José Blasco Ijazo – GAZA

 

13 pensamientos sobre “Zaragoza te habla. El barrio de los “Chiflaos” o de las Acacias

Juan Antonio Peña Gonzalvo

Me ha ayudado en la investigación sobre los Tranvías de Zaragoza. Gracias

Respuesta
    Manuel Alcaine

    Nos encanta saber que nuestro programa te haya sido útil. No dejes de visitarnos.

    Respuesta
Juan Antonio Peña Gonzalvo

Me ha ayudado en la investigación sobre los Tranvías de Zaragoza. Gracias

Respuesta
    Manuel Alcaine

    Nos encanta saber que nuestro programa te haya sido útil. No dejes de visitarnos.

    Respuesta
Ania Olavide Sánchez

Yo viví en la calle Sainz de Varanda, y también en Pradilla, años 60, toda la zona estaba llena de chalets particulares con sus estupendos jardines. Muchas veces no se veían estos puues estaban en las traseras de las casas, pero estaban. Mi padre el dr. Olavide, fundó la clinica de reposo (psiquiatrica) villa Elena. Al igual que los pacientes yo viví allí en su casa y su precioso jardín.
Lástima que las constructoras presionaran a los vecinos a vender, con lo cual mi casa quedaría encajonada entre edificios altos. Por tanto mi padre tuvo que vender igualmente.
De aquella época solo queda en pie un bonito chalet en Marqués de Ahumada, junto a la farmacia de la esquina con Pradilla. Un hurra por sus propietarios.

Respuesta
    Josefina Bolea

    El jardín a la derecha de la clínica era de Alfonso Navarro, padre de mi amiga, Ana Mary. Yo vivía en Pradilla 17. Era un bonito chalet

    Respuesta
    Pilar

    Yo conocí el centro psiquiatrico pero no se que edificio era

    Respuesta
Ania Olavide Sánchez

Yo viví en la calle Sainz de Varanda, y también en Pradilla, años 60, toda la zona estaba llena de chalets particulares con sus estupendos jardines. Muchas veces no se veían estos puues estaban en las traseras de las casas, pero estaban. Mi padre el dr. Olavide, fundó la clinica de reposo (psiquiatrica) villa Elena. Al igual que los pacientes yo viví allí en su casa y su precioso jardín.
Lástima que las constructoras presionaran a los vecinos a vender, con lo cual mi casa quedaría encajonada entre edificios altos. Por tanto mi padre tuvo que vender igualmente.
De aquella época solo queda en pie un bonito chalet en Marqués de Ahumada, junto a la farmacia de la esquina con Pradilla. Un hurra por sus propietarios.

Respuesta
    Josefina Bolea

    Esa esquina de la farmacia, era la casa de mis abuelos. También recuerdo la clínica.Ah¡ y a un chico que se llamaba Severo, hijo de uña conserje o algo así de la clinica

    Respuesta
      Ania Olavide Sánchez

      Ana Mary, sí, me suena esa familia, su casa tenía una terraza donde desde mi jardín veíamos a los Navarro. Una vez estuve allí celebrando un cumpleaños. Tenían una higuera y una de sus ramas caía sobre mi jardín. ¡Qué ricos higos!
      Segúramente, Josefina, también tú y yo jugaríamos en la calle alguna vez con otros críos.
      ¡Qué bonitos eran algunos chalets!
      Recuerdo a mis vecinos de la izda, doña Corina, Conchi y Rosi y su jardín con gallinero.
      Mi padre tenía un muy bonito y cuidado jardín, y yo pasé toda mi infancia allí jugando con mis hermanas.
      Un saludo a todo el barrio.
      Lo peor era el cierzo en la calle Pradilla. Mi madre casi no llega a San Juan de Dios, en el parto de una de mis hermanas, con la calle tan empinada y embarrada por la lluvia, el taxi no podía subir…
      También recuerdo la tienda de Eulogio y la de bebidas y caramelos a 1 céntimo.
      Al autor, gracias por los recuerdos, pero tiene que haber cientos de fotos de las casas y jardines. Alguno de nosotros podría enviarte. Mis hermanas seguro que tienen un montón en el jardín.

      Respuesta
        Ania Olavide Sánchez

        Ana Mary, sí, me suena esa familia, su casa tenía una terraza donde desde mi jardín veíamos a los Navarro. Una vez estuve allí celebrando un cumpleaños. Tenían una higuera y una de sus ramas caía sobre mi jardín. ¡Qué ricos higos!
        Segúramente, Josefina, también tú y yo jugaríamos en la calle alguna vez con otros críos.
        ¡Qué bonitos eran algunos chalets!
        Recuerdo a mis vecinos de la izda, doña Corina, Conchi y Rosi y su jardín con gallinero.
        Mi padre tenía un muy bonito y cuidado jardín, y yo pasé toda mi infancia allí jugando con mis hermanas.
        Un saludo a todo el barrio.
        Lo peor era el cierzo en la calle Pradilla. Mi madre casi no llega a San Juan de Dios, en el parto de una de mis hermanas, con la calle tan empinada y embarrada por la lluvia, el taxi no podía subir…
        También recuerdo la tienda de Eulogio y la de bebidas y caramelos a 1 céntimo.
        Al autor, gracias por los recuerdos, pero tiene que haber cientos de fotos de las casas y jardines. Alguno de nosotros podría enviarte. Mis hermanas seguro que tienen un montón en el jardín.
        Ah, del tal Severo no sé nada, pero sólo teníamos a una mujer en edad de tener hijos -además de las cocineras- y no recuerdo su nombre. Sí una mujer multiusos, enfermera o auxiliar, creo.

        Respuesta
        Javier

        ¿Sería posible acceder a esas fotografías?. Hay tan pocas publicadas de este legendario barrio. Saludos y gracias.

        Respuesta
Ania Olavide Sánchez

Recuerdo también la pequeña iglesia a donde íbamos todos los domingos; recuerdo al cura, al que seguí viendo y saludando años y años por Cuellar, una vez que todo aquello había desaparecido. ¡Ese cura era muy guapo!
Y recuerdo un chalet con una vieja, que no sé cómo entrabamos los críos para hacerla rabiar y salir corriendo. Todo eso estaba en la acera de la clínica. Que además era una calle cerrada.
Madre mía, qué cosas…

Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.